Secretaría de Seguridad anuncia que 7,000 policías más combatirán criminalidad
Luego que el 2019 cerró con una tasa promedio de homicidios de 43 por ciento por cada 100,000 habitantes, la Secretaría de Seguridad informó ayer que este año harán replanteamientos en la estrategia para el combate a la criminalidad.
En el informe preliminar de muertes violentas de los 12 mes del año pasado, se presenta un leve incremento respecto al año 2018 (41.4%), ante las masacres que se han registrado en cárceles y las incidencias para fin de año.
El Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol) contabiliza hasta el 22 de diciembre un total de 3,920 homicidios en Honduras, 254 más, si se compara con el mismo lapso del 2018, cuando se registraban 3,666 casos.
Al respecto, el portavoz de la Policía Nacional, Edgardo Barahona, manifestó que entre los replanteamientos está el incrementar el número de policías para ofrecer una seguridad más proporcionada a la ciudadanía.
“La Policía Nacional, dentro de su estrategia de país, está considerando tener para el año 2022 alrededor de unos 26,000 elementos de la policía”, aseguró Barahona.
CIUDADES PRIORITARIAS
Indicó que hasta el momento cuentan con alrededor de 19,000 policías, es decir, que tendrán 7,000 más.
Añadió que “esto nos va permitir acercarnos al estándar nacional de Naciones Unidas, que recomienda que debe haber un policía para cada 300 habitantes”.
Esa nueva estrategia quieren implementarla en el Distrito Central y el Valle de Sula, donde hay una mayor población, tanto de oriundos de esas zonas como llegados de otros sectores del país. De esa manera, plantean fortalecer con más policías las unidades metropolitanas en estas dos regiones del país.
Indicó que “cerramos el 2019 graduando alrededor de unos 1,000 nuevos funcionarios policiales y estamos en la tendencia que, con nuestros centros de capacitación, podamos ya para el 2022 acercar a estas cifras que nos va permitir más policías en las calles brindando mayor seguridad”.
El funcionario consideró que la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes es algo que les preocupa.
“Teníamos un buen desempeño desde el 2014 hasta el año antepasado (2018), que había bajado hasta casi en un 50 por ciento el índice, moviéndolo desde 86.7 hasta 41.4, como el que se cerró en el 2018”.
Sin embargo, las situaciones que se presentaron el 2019, “con los homicidios múltiples y la crisis en los centros penitenciarios, donde en dos hechos en diciembre fallecieron casi 40 personas de manera violenta, nos van a obligar a replantear estrategias”.
SON REYERTAS ENTRE REOS
Para Barahona, los tres hechos de homicidios múltiples de las cárceles, donde murieron 41 privados de libertad, en diciembre, no son masacres y eso no les permite ponerse de acuerdo con el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), para consolidar el informe final del 2019. Ese año, la dependencia de la UNAH contabiliza 70 masacres, incluyendo las de los centros penitenciarios.
La primera masacre ocurrió el pasado 14 de diciembre, en la cárcel de Morocelí, El Paraíso, en una reyerta que dejó cinco miembros de la Mara Salvatrucha fallecidos.
La segunda se produjo el 20 de diciembre de 2019, cuando mataron 19 privados de libertad en un amotinamiento.
La última fue el día siguiente, en la cárcel de El Porvenir, en el Valle de Siria, donde perecieron 18 internos, durante un amotinamiento.
“Para nosotros esas muertes no son múltiples, son reyertas entre privados de libertad, y por eso no hemos consolidado el informe con el Observatorio de la Violencia”, sostuvo el funcionario policial.
Agregó que la muerte de tres personas, entre ellos dos policías y el cabecilla de la banda de Mito Padilla, en Guayape Olancho, no se deben de calificar como masacre. “Allí lo que ocurrió fue otra cosa, es decir, que los policías repelieron un ataque de delincuentes, pero murieron dos policías”.
LA TRIBUNA buscó la versión de la directora del OV-UNAH, Migdonia Ayestas, para conocer su opinión, pero no contestó la comunicación para tener su postura sobre las muertes múltiples en los centros penales.
