La concesionaria COVI decidirá la otra semana el alza al peaje en la carretera de Tegucigalpa a San Pedro Sula, conocida como CA-5.
Los ejecutivos de la empresa se encuentran de vacaciones y regresan el lunes, confirmó Jorge Flores, asistente de la oficina en Tegucigalpa.
A petición de LA TRIBUNA, Flores se puso en contacto con los gerentes quienes le confirmaron que a partir del lunes comenzará la revisión de las nuevas tarifas en conjunto con el gobierno.
“Decir cuánto será el aumento sería especular, esperemos las negociaciones con todas las entidades involucradas”, agregó Flores.
Conforme al decreto de concesión, COVI está autorizada a revisar las tarifas a partir de enero tomando como base la inflación y la devaluación del lempira frente al dólar, estimada en 4 por ciento y 1.23 por ciento, respectivamente, al cierre del 2019.
En este momento, los carros turismo pagan 22 lempiras en cada una de las tres casetas de la CA-5 y lo mismo al retorno. Los furgones de dos ejes pagan 87 lempiras; los de tres, 130; los de cinco, 216 y los de seis, 260 lempiras.
Dirigentes del transporte pesado han adelantado que el cobro para los furgones podría ser de 70 lempiras ida y vuelta, pero que en todo caso lo pagarían los propietarios de los bienes y productos.
Funcionarios del Instituto Nacional de Transporte (ITH), vinculados a la negociación con COVI, no respondieron a llamadas y mensajes de whatsapp de este periódico.
EVITAR INCREMENTO
Por su parte, César Cáceres, el superintendente de concesiones, una oficina del gobierno que regula la alianza de COVI, afirmó que la compañía está facultada para ajustar los cobros todos los años y “nosotros no podemos hacer nada”.
Sin embargo, aseguró que el gobierno está buscando evitar el alza a través de las negociaciones a cargo de Invest, la oficina gubernamental que en su momento se llamó la Cuenta del Milenio, un fondo estadounidense, por medio del cual se construyó gran parte de la CA-5.
El superintendente defendió las concesiones de las carreteras al asegurar que es la única manera de evitar que se destruyan, como sucedió a partir de 1994 cuando quedaron en buen estado y los gobiernos sucesivos no les dieron el mantenimiento requerido.
Señaló que tanto Centroamérica como en Estados Unidos y todas partes del mundo, son comunes los peajes porque el Estado no puede darle mantenimiento en el tiempo a su red vial pavimentada.
