UN NUEVO AÑO DE RECUERDOS

MA
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7 de enero de 2020
/
11:10 am
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UN NUEVO AÑO DE RECUERDOS

Barrio Los Horcones en La Plazuela, antiguo barrio tegucigalpense.

Ayer con la Fiesta de la Epifanía o Día de Reyes finalizó la temporada navideña.- Tegucigalpa en este 2020 cumplirá sus 442 años de haberse establecido como poblado de Honduras, sus 199 años de habérsele otorgado el título de ciudad en diciembre de 1821 y 140 años desde octubre de 1880 de ser la capital de la República.

La vieja ciudad de las canteras que surgió con el asentamiento de mineros furtivos que salieron de Siria en 1578 en medio de las rancherías de aborígenes de descendencia lenca y chorotegas en el repartimiento que don Francisco de Montejo por orden de don Pedro de Alvarado dio a los capitanes Lope de Cáceres y Gregorio Muñoz conserva muy poco de sus antiguas edificaciones que comenzaron a levantar los colonizadores de la región rica en minas de oro y plata.

Transcurridos tantos años, hay todavía vestigios en los barrios que se fundaron en la época del primer Alcalde Mayor don Juan José de la Cueva donde sentaron sus feudos las primeras familias como los Santelices, los Ferrufino, los Rodríguez Bravo, los de Aciaga, los Juárez, los Venegas, los Cárcamo y otros peninsulares que se constituyeron en la clase élite del Real de Minas.

La casa de Don Tranquilino de La Rosa, de Don Pìo Uclès y siendo propiedad del estado, el Tribunal superior de cuentas.

Después surgieron los Celaya, los Cepeda, los Midence, los Fiallos, los Vigil, los Márquez, los Lozano, los Valladares, los Gálvez, los Durón, los Uclés, los Agurcia y otros criollos que tenían el control de las tierras del poblado.

Todas esas familias construyeron sus casas en los barrios La Moncada, La Plazuela (FOTO 1), Barrio Abajo, La Ronda, San Sebastián, El Centro, Los Dolores, La Hoya, La Pedrera y en las tres calles de Comayagüela que corrían de norte a sur.

Iniciando el nuevo año y primero de la segunda década del siglo XXI, vamos a recordar esas viejas construcciones de la época colonial con una serie de fotografías que les ubicarán en sitios que con el paso del tiempo o no existen o lucen diferentes al pasado de la ciudad.

“La Casona” de Don Jerónimo Zelaya donde Bressani construyó la Casa Presidencial en 1917.

En el centro de Tegucigalpa existió una hermosa casa construida por don Tranquilino de la Rosa, que después fue propiedad de la familia Uclés vendida a mediados del siglo XIX al Estado y donde por muchos años funcionó el Tribunal Superior de Cuentas.- El edificio era de dos plantas y abarcaba la mitad de la cuadra al norte de la Plaza Central (FOTO 2).

El inmueble fue demolido en los años sesenta para convertirlo en un estacionamiento y después pasó a ser parte de la remodelación que se hizo en lo que hoy conocemos como la zona peatonal.

Antes de construirse la Casa Presidencial, hoy Museo de la República, existió en la loma a la margen derecha del río Grande, una casa propiedad del abogado don Jerónimo Zelaya conocida como “La Casona” (FOTO 3).

La propiedad fue comprada por el gobierno durante la administración del Dr. Francisco Bertrand para edificar la sede del gobierno central obra encomendada al arquitecto italiano Augusto Bressani.

En éste edificio se instaló en 1880 la casa del gobierno al costado sur de la plaza La Merced.

La fotografía, además de “La Casona” nos muestra cómo era la edificación que en 1903 fue sede de la Legación de los Estados Unidos Mexicanos y el muro de piedra que protegía la ladera de las aguas del Río Grande, muro que le sirvió a Bressani para levantar su obra inaugurada en 1920.

En 1880 cuando se trasladó la capital de Comayagua a Tegucigalpa, el Dr. Ramón Rosa, Secretario General del gobierno del Dr. Marco Aurelio Soto, seleccionó una hermosa casa de esquina de dos plantas para sede de la presidencia de la República. El inmueble había sido parte del Convento de La Merced y después propiedad de la familia Vigil y se encontraba en la subida de la llamada “Cuesta del Río” frente a la Plaza de La Merced (FOTO 4).

La casa del Dr. Gustavo Walter antigua residencia en La Leona.

En ese lugar, con reformas que se hicieron en el gobierno del General Luis Bográn, despacharon como presidentes de Honduras el Dr. Soto Martínez, el General Bográn, el General Leiva Madrid, el General Vásquez Toruño, el Dr. Bonilla Vásquez, el General Sierra Romero, el General Bonilla Chirinos, el Dr. Bográn Baraona, el Dr. Membreño Márquez, el Abogado Dávila Cuéllar y el Dr. Bertrand Barahona que fue su último ocupante.- En ese lugar se construyó en 1954 el Palacio Legislativo.

Originalmente conocido como Barrio Berlín porque en ese sector en la parte alta de Tegucigalpa construyeron sus residencias ciudadanos alemanes, sitio que por una leyenda que decían los viejos pobladores una leona o puma americano hembra bajaba desde las estribaciones de El Picacho a saciar su sed en una vertiente donde mujeres lavanderas utilizaban las aguas para aseo de ropa, se le cambió el nombre a Barrio La Leona.- De ese viejo reparto habitacional de mediados del siglo XIX es la casa de la familia Walter ( FOTO 5) que todavía se conserva con su estilo señorial.

La antigua Plaza Central con edificaciones de finales del Siglo XIX muy poco o casi nada queda de ese pasado.

En el propio corazón de la ciudad capital (FOTO 6) hoy es irreconocible lo que se observaba en los años cuarenta y todavía en los años cincuenta; la plaza era diferente rodeada por viejas construcciones destacándose en el costado norte parte de la esquina del Tribunal Superior de Cuentas y los inmuebles que ocupaban importantes negocios como “La Moda de París” y el Bazar “Buenos Aires” al poniente estaban las propiedades de la familia Medrano y de don Santos Soto donde se construyeron a principios del Siglo XX “La Samaritana” y el Banco de Honduras.

Y el último recuerdo gráfico que les ofrecemos en esta primera entrega del año 2020 corresponde al aspecto que presentaba antes de 1939 el Teatro Nacional frente a la plaza “Dionisio de Herrera” en el Barrio Abajo (FOTO 7).- El hermoso templo cultural capitalino construido por don Cristóbal Prats Fonellosa lucía en ese entonces sus hermosas columnas dóricas.

Así lució el Teatro Nacional antes de haberle cambiado su hermosa fachada.

Comenzando el año, siempre es bueno recordar aquellos viejos tiempos de la noble ciudad de San Miguel Arcángel de Tegucigalpa.

Feliz Año Nuevo y hasta la próxima semana.

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