Jerson Mancía: Un incansable tejedor de sueños en la búsqueda de su infinito universo de crecimiento espiritual

ZV
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9 de enero de 2020
/
12:04 am
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Jerson Mancía: Un incansable tejedor de sueños en la búsqueda de su infinito universo de crecimiento espiritual

“El arte genera una conexión muy fuerte entre los seres humanos, toca aspectos muy altos de la sensibilidad humana, es lo que nos vuelve más conscientes de nuestra experiencia personal, y universal, en ese sentido mis obras buscan tocar temas que abordan temas sociales”.

Quien así se expresa es el artista Jerson Mancía, para quien la temática de niños en riesgo social y nuestras costumbres son abordadas en la edición de sus pinturas en tonos sepias –Gentes, Tierra y Memorias– y el realismo mágico es retratado en las obras Sinfonía a la Vida, Sueño Onírico y Alegoría a la vida.

Además de abordar temas realistas plasmando la figura femenina como modelo –Composición con Mango–, usando el óleo, acrílicos, técnicas mixtas y acuarelas.

“Me inspiran las historias que son muy humanas, la sencillez de la gente, la vida con todas sus luces y sombras”, explica.

Jerson, quien nació en Cañaveral, San Francisco de Yojoa, Cortés, sus estudios de educación primaria los cursó en la Escuela “José Castro López”, el ciclo común en el Instituto “Juan Alberto Melgar Castro”.

Posteriormente en el año 2003, con el patrocinio de la Parroquia San Juan Bautista –Rio Lindo–, ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, para realizar estudios de Artes Plásticas, egresando en el 2006.

Entre los años 2007-2009, recibe orientación artística del maestro nacional Gregorio Sabillón, regresando a Cañaveral, para generar una actividad de proyección social, impartiendo talleres a niños y jóvenes con interés en el dibujo y pintura.

Este taller toma mayor fuerza cuando en el año 2016 el artista inauguró su galería de arte “Molinos de Viento” en donde hasta el año 2019 desarrolla talleres para niños con orientación al dibujo, apreciación artística y pintura.

Pero los reconocimientos no le son desconocidos a este creador, quien en el año 2009, obtiene el III lugar en el Salón Nacional de Arte, evento desarrollado con la dirección del Centro Cultural Sampedrano, con la obra “El tejedor de sueños”.

Acerca de la influencia que otros artistas han ejercido en él, afirma que “en la búsqueda constante de mi lenguaje individual por la expresión artística, no puedo desconocer a todos los artistas que a lo largo de estos años he conocido, es tan conmovedor un cuadro de Oswaldo Guayasamín de su serie La Ira, como una obra de Armando Lara, o lo onírico en la obra de Sabillón”, afirma.

El nacimiento de su vocación

Desde pequeño siempre sintió inclinación por el dibujo, el olor a las crayolas le resultaba muy agradable e inspirador, ganando concursos en la escuela.

En el tiempo que cursaba sus estudios de ciclo común, recibió la clase de Artes Plásticas por el maestro Pompilio Tróchez, en el Instituto “Juan Alberto Melgar Castro”, y fue en ese momento donde descubrió “un nido de crecimiento espiritual a través de la expresión plástica”.

“Lo que más me gusta de ser artista, es tener la oportunidad de inventarle una mentira a la mente para robarle un aliento al corazón, creo que en el arte encontramos un universo infinito de crecimiento espiritual, lo que nos vuelve más humanos, en muchos sentidos pintar es el oficio de ser feliz”.

“Lamentablemente la promoción artística en nuestro país está penosamente ligada a un sentido elitista, y no a un sentido natural del ser, existen pocos espacios de promoción artística, la misma Escuela Nacional de Bellas Artes le ha dado a este país más gloria que la selección nacional de fútbol, pero lamentablemente la cultura en nuestro país no siempre encuentra tierra fértil para su crecimiento”.

“Sin embargo no podemos desconocer las enormes acciones que a nivel de gestiones dirigidas por organizaciones privadas, generan grandes luchas en pro de la divulgación y promoción de la cultura, como Mujeres en las Artes, el Museo para la Identidad Nacional, Centro Cultural Sampedrano, Escuela Nacional de Bellas Artes, entre otras”.

Así concluye la entrevista este incansable tejedor de sueños, para quien el arte es más un aspecto espiritual, que va más allá de lienzos, óleos y pinturas, que ha contribuido a su formación humana, más allá de simples tecnicismos.

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