Pese a las múltiples denuncias que se han realizado, además de llamadas telefónicas, una cloaca en mal estado no ha sido reparada por las cuadrillas del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA).
La alcantarilla se ubica a unos pasos de la avenida Liquidámbar, en el casco histórico de la capital, provocando fetidez y mal aspecto, ya que se trata de una zona comercial donde funciona una farmacia, una panadería, varias tiendas y hasta un colegio privado.
Una de las personas que a diario circula por esta calle manifestó que esta cloaca tiene unos cinco años de estar en esas condiciones, sin que a los responsables del SANAA les interese solucionar este problema.
El hedor es insoportable, ya que del acueducto se derraman aguas negras y cuando los rayos de sol están más fuertes, la zona apesta, convirtiéndose en un foco de contaminación que afecta a todas las personas y negocios que operan en el sector.