Miramonte
Hemos expresado en comentarios anteriores que los partidos políticos y los movimientos que surgen y se crean dentro de los mismos, solo hacen mención de él o los dirigentes, y los que aspiran a serlo, pero se olvidan de dar a conocer al pueblo sus pensamientos e ideas en relación a los problemas económicos y sociales, culturales y políticos, que afronta, y de los métodos, medidas y acciones que piensan programar y ejecutar para resolver los mismos. Nosotros hemos expresado que el asunto primario a atender es el agrario, principalmente en el área rural, haciendo que la tierra sustituya los medios actuales por un sistema justo de uso, tenencia, explotación y comercialización de la tierra que asegure a los que la tienen y a los que carecen de esta, una tenencia ajustada a la realidad, un uso adecuado a las necesidades del país y una explotación que permita, a los tenedores de las mismas, una utilidad razonable para que sientan el estímulo adecuado de dedicarse a las actividades agropecuarias y a la explotación de los bosques racionalmente, que les permita subsistir dignamente, hacer sus ahorros adecuados y educar a sus familiares conforme a la técnica moderna, para que sirvan al país en forma adecuada y responsable, en las distintas áreas que poseemos y se creen o existan, todo adecuado a nuestra idiosincrasia y a las necesidades reales actuales y futuras de la patria. El desarrollo agrario auténtico será factor decisivo para hacer surgir el verdadero desarrollo nacional, en todos sus órdenes. Deben hacerse efectivos los derechos fundamentales que conlleva toda reforma agraria. El uso de la tierra, la asistencia técnica, la explotación adecuada y la comercialización de su producción.
Lo que hemos manifestado al pueblo hondureño se fundamenta en la lógica adquirida personalmente y en el conocimiento profundo de las reformas agrarias llevadas a cabo en otros países, principalmente, en la China Nacionalista (Formosa o Taiwán) país al cual junto con Japón, tuvimos el honor y la satisfacción de visitar y de estudiar sus reformas agrarias mediante invitación que nos hizo la Organización de Estados Americanos a través de su programa “Doscientos Seis”, el que muy acertadamente dirigieron el doctor Heraclio A. Lomvardo y el ingeniero Rodolfo E. Quiroz.
Justos en el orden social, eternos en la justicia.
Francisco Rodolfo Jiménez C.
San Pedro Sula
