Richard Barathe, representante del PNUD en Honduras

OM
/
11 de enero de 2020
/
12:45 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Richard Barathe, representante del PNUD en Honduras

*Hay una transmisión intergeneracional de la pobreza

Su primer trabajo fue en una firma francesa que fabricaba y exportaba equipos industriales. Después en bienes y raíces. Por último, se hizo cosmopolita como funcionario de la ONU. Ahora está de regreso en Honduras como representante del PNUD, luego de su estadía post Mich en 1999 y casarse con una hondureña. Se trata de Richard Barathe, un francés que se declara terco, amante del fútbol y de la carne. En esta entrevista y basado en el último informe sobre desarrollo humano, Barathe advierte que las desigualdades tecnológicas (acceso a internet) están aumentando 15 veces más en países pobres y que si Honduras no aplica políticas públicas de largo plazo, la brecha digital será absoluta en los próximos años. De paso, propone una revolución en las métricas para mejorar la focalización e impacto de las políticas.

¿Cuándo llegó a Honduras?
En mayo, pero presenté cartas credenciales un poco después. Comencé a operar en Honduras en junio.

¿Dónde estuvo antes?
En Nueva York, África, Asia Central, El Salvador, Guatemala, Panamá y luego aquí.

¿No quería venir, me imagino?
Sí quería venir, lo que no me imaginé es que iba a ser tan intenso, sabía de los temas porque lo seguía de cerca.

¿Cómo se decidió?
Honduras siempre me ha interesado y entonces cuando se presentó la oportunidad de venir, le dije a mi jefe, me voy. ¿Estás seguro?, me respondió. Sí, y aquí estoy.

¿Es más complicado que otros países?
Tengo claro que los desafíos son más importantes de lo que me imaginaba en algunos temas, y, por otro lado, hay avances.

¿Había venido antes?
Conocí Honduras en 1999, después del huracán Mitch y estuve a cargo del área de desastres, gestión de riesgos y ambiente en esa época. De hecho, terminé casado con una hondureña.

¿Cómo se mira Honduras a nivel internacional?
Es mixto. Por un lado, se conoce como un destino turístico fantástico, con inmensas riquezas naturales, playas magníficas y gente muy cálida y amable y, por otro lado, se percibe algo inseguro y con tensiones políticas y sociales.

¿Es difícil reconocer los avances en medio de tanta crisis?
Lo que se está haciendo bien no necesariamente tiene un impacto inmediato y el problema de muchos países es eso, que no se aseguran del nivel de continuidad suficiente porque se critica todo y el que viene de nuevo trata de reinventar todo y obviamente eso no se puede.

Estos informes del PNUD parecen repetitivos y hasta da la impresión que copian lasmismas cifras. ¿Son tomados en cuenta por los gobiernos?
La respuesta corta es depende. Nosotros hemos sacado alrededor 600 informes desde 1990. No es un informe sectario. No es un informe hecho por cuatro economistas, sentados en Nueva York, Washington o en Kuala Lumpur.

No todos los países lo adoptan con el nivel de contundencia, pero las revisan y escuchan aunque no las ejecutan con el nivel de entusiasmo que uno quisiera.

¿Por qué será que los gobiernos no las aplican con esa contundencia?
Las recomendaciones que emanan frecuentemente son atrevidas, son desafíos muy grandes, provocan preguntas difíciles de contestar y es más fácil evitarlas.

¿Qué relevante es la continuidad de las políticas públicas?
Es fundamental. Nadie puede combatir la desigualdad y reducir la pobreza en cuatro años. Se pueden hacer acciones contundentes pero se necesita una visión a largo plazo.

Si la continuidad es una variable para que los países capitalicen estos impactos, cómo se explica gobiernos
continuos como en Ecuador, Venezuela, Bolivia, Honduras con la misma o más pobreza?
Estoy hablando de políticas públicas de desarrollo, no de autoridades de más alto nivel, porque la continuidad de un presidente no da garantía que la estrategia de desarrollo es la más adecuada. No es una relación de causa y efecto.

¿Cómo deben ser diseñadas estas políticas públicas?
Deben ser colegiadas, diseñadas por todos los sectores para que sean sostenibles. Se deben tomar en cuenta a esos grupos poblaciones dejados atrás, los más excluidos, porque es la única forma de sacarlos de la miseria. Y eso es por diseño, eso no se hace por accidente, solo de decir vamos a crecer económicamente y todo mundo va a mejorar.

¿Por qué tantas protestas en el mundo en este año?
Porque amplios grupos de población no se han sentido parte de los procesos de desarrollo. Por eso, las políticas públicas deben ser modernas y tomar en cuenta a los diferentes segmentos de la población pero cuando no es así surge la efervescencia de inconformidad como en Hong Kong, París, Santiago, La Paz, es global.

¿Qué están planteando en este nuevo informe?
Parte de las recomendaciones que nosotros estamos planteando es que tenemos que hacer una revolución de las mediciones métricas, porque no podemos seguir combatiendo los males de hoy día con las métricas de los años cincuenta, que es lo que hemos venido haciendo.

¿Qué significa eso?
Significa que los promedios han distorsionado y han limitado la eficacia de las políticas públicas. Que ya no se pueden hacer políticas públicas tomando en cuenta los promedios, la métrica ya no puede ser el índice de Gini para medir la desigualdad solo por la vía del ingreso porque la desigualdad no es solo ingreso. Yo puedo vivir en una zona urbana, donde los ingresos son mayores, pero sigo siendo pobre porque no puedo tener agua, acceso a salud, empleo, educación, transporte, ni tener techo, ni piso.

¿Se han reducido las desigualdades?
Hemos mejorado tremendamente. En 1990 solo habían 12 países que eran de muy alto nivel de desarrollo, ahora hay 62 países. Los países de menor desarrollo, han bajado a 36, pero ahora lo que está sucediendo, y esto es una de los principales mensajes del informe, es justamente las desigualdades hacia el futuro.

¿Concretamente en qué?
Las desigualdades están creciendo de manera exponencial en la penetración tecnológica, medida a la banda ancha, o telefonía celular, está aumentando 15 veces más rápido en países desarrollados que en países en vías de desarrollado.

Asimismo, el acceso a niveles educativos superiores está aumentando seis veces en países desarrollados.

¿Es para preocuparse?
La transformación es urgente, porque si esa brecha sigue creciendo, el nivel de desigualdad va a ser absoluto en los próximos años, hay que tener medidas y políticas públicas a esos temas.

¿Hay otras preocupaciones en el informe?
Además, la tecnología e inteligencia artificial, la cuarta revolución industrial que llamamos, y otras macrotendencias, como el cambio climático porque afectan de manera contundente a las poblaciones vulnerables que a las poblaciones resilientes.

¿Qué factores están incidiendo en el aumento de las desigualdades?
Las desigualdades se van construyendo alrededor de todo el ciclo de vida, hay una transmisión intergeneracional de la pobreza, pero no solo de la pobreza, de las carencias en general, entonces, el desafío es cómo tener políticas anticíclicas que rompan con esas tendencias.

¿Honduras mejoró el IDH?
Honduras está en la posición 132 en relación a la posición 133 que estaba el año pasado y ya medido con un índice de desarrollo medio, con un 0.623 frente al 0.617 del año pasado, países como Noruega o Suecia, tienen índices cercanos a 0.94, que son países altamente desarrollados.

¿Para qué sirven estos índices?
El ranking no es una ciencia exacta. Ese índice permite una comparación global de los países en función de su desarrollo humano. Toda la cooperación internacional está evolucionado en esa dirección, ya las cifras absolutas y los promedios, no es argumento suficiente para dictar una política de cooperación porque hay que entender los problemas de fondo, las carencias más importantes y qué tipo de cooperación se necesita ahí.

¿Ustedes también tienen sus recetas como los organismos crediticios?
Uno no pude tener una receta única de un país, donde ya se conoce que hay desigualdades profundas y que se están agudizando en la medida que pasa el tiempo.

¿Qué sugeriría de inmediato para Honduras?
La adaptación al cambio climático es prioridad y hay grandes desafíos de pobreza. Hay que desarrollar competencias nuevas para hacerle frente a los grandes cambios en conectividad, inteligencia artificial y vamos a tener que alinear a los ciudadanos en la demanda de este tipo de modelos, ya no podemos seguir pensando que el modelo tradicional va a resolver los problemas del futuro. Hay que corregir algunas reglas del juego porque las estructuras tradicionales de poder son las que están perpetuando algunas de estas desigualdades.

Hallazgos del informe

El Informe de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD identifica una nueva generación de desigualdades que están condicionando el éxito de la gente y de los países en siglo XXI. El 42 por ciento de los adultos que viven en países de desarrollo bajo, poseen estudios primarios, frente al 94 por ciento en el caso de los países con IDH alto. Solo el 3.2 por ciento tienen estudios superiores en los países en vías de desarrollo frente a un 29 por ciento en los desarrollados. En el tema tecnológico, el 67 por ciento de la población en países pobres tiene acceso a teléfono móvil, la mitad de lo que tiene los países ricos. En Honduras es de 80 por ciento. El acceso a banda ancha, a nivel global, es de 1 por ciento en las naciones pobres y de 28 por ciento en los ricos. En Centroamérica se entiende banda ancha un mega de velocidad en Francia es de 80. Honduras tiene un 30 por ciento de cobertura de 3G. Esto está creciendo a 15 veces superior en los países ricos.

¿Qué papel juega la democracia frente en todo esto?
En este momento, el 42 por ciento de la población de América Latina no cree en la democracia, el 79 por ciento creen que los gobiernos solo gobiernan para unos pocos y que el 35 por ciento de los jóvenes no cree en los procesos electorales.

¿Cómo devolver esa credibilidad?
Ocupamos políticas públicas que respondan a las desigualdades, porque la percepción de la gente es que no le están respondiendo, Ahí es donde le aprieta el zapato a la población y eso no está siempre medido con la calidad que se necesita y es por eso que hay tanta inconformidad a nivel global.

¿Estas desigualdades son un fracaso conjunto de gobiernos y organismos como el PNUD y otros abanderados de la lucha contra la pobreza?
Demuestra que organizaciones como PNUD tienen vigencia y relevancia ya que aún quedan muchos desafíos por superar en materia de pobreza y desarrollo sostenible. La pobreza es compleja y organizaciones como PNUD estamos aportando en la comprensión de que para acabar con la pobreza debemos mirar más allá de los ingresos, y abordarla desde las múltiples dimensiones que crean bienestar y progreso en las personas.

¿Le gusta el fútbol?
Me gusta mucho jugarlo y verlo. Aunque soy leal al equipo de los Girondins de Bordeaux a pesar que su desempeño no ha sido muy bueno estos últimos años, ¡pero va mejorando!

Más de Día 7
Lo Más Visto