Alianzas estratégicas y democracia liberal

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13 de enero de 2020
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12:11 am
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Alianzas estratégicas y democracia liberal

Por Marcio Enrique Sierra Mejía

No cabe duda que para vencer en las elecciones generales que se avecinan hay que establecer una política de alianzas que contribuyan a lograr una correlación de fuerzas importante para enfrentarlas con éxito. Es fundamental, que los hondureños y las hondureñas, tengamos claridad en la lectura de la estrategia y las tácticas que los partidos políticos emplean para lograr la toma del poder del Estado.

Los grandes procesos de cambio que requiere la democracia liberal, entendida como la forma de gobierno que consiste en una democracia representativa en la que la capacidad de los representantes electos, para la toma de decisiones políticas, está sujeta al estado de derecho y normalmente es moderada por una Constitución que la regula en la protección de los derechos y las libertades individuales y colectivas, y establece restricciones tanto a los dirigentes demócratas como a la ejecución de las voluntades de una determinada mayoría social dentro de esa democracia liberal.

Pues bien, en nuestra realidad política podemos constatar un escenario en el que los demócratas liberales enfrentan una estrategia política de alianzas y tácticas socialistas que busca cambiar el modo capitalista e instaurar un gobierno popular para, según ellos y ellas, modificar derechos fundamentales que la democracia liberal protege; tal como es el caso de la propiedad privada, la igualdad ante la ley, así como las libertades de expresión, asociación y culto.

Los socialistas ya entendieron muy bien que no pueden lograr su propósito político como una fuerza única; por lo que, buscan desarrollar una lucha política multipartidista. Es decir, llegar al Poder Ejecutivo con su candidato o candidata, pero dándoles la oportunidad a “otros políticos” no exclusivamente socialistas en la coordinación de la lucha por cambiar el entorno político vigente y en la integración del gobierno. Parten del supuesto que, para conseguir su objetivo político estratégico principal, el de un estado socialista, se deberá seguir un proceso gradual que vaya generando luchas políticas enfiladas en una lógica de conseguir objetivos estratégicos a partir de demandas concretas, inmediatas, que les permitan ir organizando políticamente a las masas e ir definiendo directrices políticas que permitan cooptar fuerzas politicas aliadas, y por ende, un volumen mayor de votos para hacerle frente al partido nacional y sus fuerzas políticas y sociales aliadas.

En otras palabras, están trabajando en impulsar mediaciones adecuadas necesarias, que le permitan a LIBRE generar espacios de lucha por los intereses materiales, concretos, inmediatos de la gente, pero que con ello a la vez logren que las personas tomen conciencia que sus intereses están ligados a una problemática más amplia, que los absorbe a todos: el modo capitalista de desarrollo económico. Son luchas planteadas a corto plazo, pero que van ligadas a una lucha general de mediano y largo plazo, son como pequeños pasos que van dando bien hilvanados, para cruzar un gran camino. En esto consiste la táctica de los socialistas, es decir, es la forma de avanzar y acercarse poco a poco a la toma del poder. Para los socialistas, si bien es indispensable la correspondencia entre su táctica y su estrategia, lo clave en su lucha política es ir generando conciencia en las masas de cambiar la necesidad de una democracia distinta a la democracia liberal que sea la forma de gobierno para resolver la situación del capitalismo en general.

Por su parte, los demócratas liberales ¿qué estrategia política y de alianzas nos están demostrando? Para dar respuesta a dicha interrogante es importante aclarar que el “término liberal” dentro de la expresión “democracia liberal” significa que los ciudadanos son libres y sus libertades individuales están reguardadas, es decir se trata de una democracia restringida. Y que en nuestro caso ha tendido a excederse en sus funciones, creándose promesas y expectativas tremendas, como suponer que la política, la democracia nos puede resolver de todo, dictar leyes, conceder derechos, intervenir (Mauricio Rojas: la crisis de la democracia liberal, 2018). Es una opinión generalizada entre nuestros analistas políticos el sostener que la democracia liberal en Honduras está condenada a dejar de ser “liberal” y que en nuestra democracia el populismo la está pervirtiendo. Se percibe que hemos caído en la desesperanza porque la falta de credibilidad de las personas en las instituciones es muy alta. La gente tiende a dudar de los gobiernos, de los medios y hasta de instituciones como las iglesias. Convivimos bajo la influencia de una política mediática del descrédito y las figuras políticas son cotidianamente atacadas con el escándalo en su máxima relevancia. Ante un panorama de tal naturaleza, considero que los demócratas liberales no tienen una estrategia política y tácticas claras para contrarrestar a los socialistas efectivamente. Los nacionalistas, al menos tienen la ventaja que, el gobierno sí está aplicando una estrategia política para devolver la credibilidad perdida.

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