Aquí voy…

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13 de enero de 2020
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12:12 am
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Aquí voy…

Por Otto Martín Wolf

Desde hace algún tiempo una línea de pensamiento me ha dado vuelta en la cabeza, ha llegado el día de publicarla.

A ver si me doy a entender.

Por más que los ayatolás que dirigen Irán me caigan mal por su fanatismo religioso y después de analizarlo profundamente,  he llegado a la conclusión de que a mí no me han hecho nada malo.

Quizá a su país sí, pero eso es asunto de los iraníes si lo aguantan o no. No son mis enemigos aunque  deteste esos eternos turbantes y su radicalismo religioso.

Cierto que la situación política de su país afecta el precio del combustible que le pongo a mi auto, pero no es suficiente como para declararlos mis enemigos.

Simplemente a mí no me han hecho nada.

En Venezuela Nicolás Maduro se burla de las leyes emitidas por su mismo gobierno y tiene a parte de su pueblo pasando penurias y a 4 millones de venezolanos en el exilio.

Como diría Quico, “no me simpatiza”, pero también en ese caso debo concluir que a mí no me ha hecho nada malo.

Allá su pueblo si lo soporta.

Uno de los aportes más valiosos de México al derecho internacional se fundamenta en dos principios: la autodeterminación de los pueblos y la no intervención en los asuntos internos de otros estados.

Por otra parte está aquello de que “los pueblos tienen los gobiernos que merecen”.

Pero, en lo que a Honduras -y a mí en lo personal respecta- Maduro no nos ha hecho nada malo.
Tampoco la dictadura de más de sesenta años que gobierna Cuba.

Ni siquiera cuando visité ese país como turista me hicieron nada malo, excepto cobrar carísimo por algunas cosas, aprovechándose del férreo control que se ejerce sobre la economía.

El gobernante de Siria es uno de los hombres más antipáticos que existen pero, de nuevo, con todo lo sanguinario que pueda ser y lo mal que pueda caer; nada que ver con nosotros.

Vladimir Putin, el eterno mandatario ruso, no se ha metido con Honduras ni conmigo para nada.

Es grande la lista de gobernantes y gobiernos que sojuzgan a sus pueblos, que los mantienen en la miseria, tiranías terribles, dictaduras hereditarias como la de Corea del Norte y toda clase de déspotas, la lista siempre ha sido enorme.

Pero debo repetir lo mismo: mientras no se metan con Honduras o conmigo personalmente, por mi parte pueden seguir ahí por siempre.

Aquí en la distancia no estoy ajeno a las noticias sobre las barbaridades que muchos cometen contra sus pueblos, tampoco apruebo sus acciones y me asusta (por el planeta) los vientos nucleares que están de nuevo soplando en algunas partes del mundo.

Rechazo toda forma de dictadura y cualquier clase de violencia, soy un idealista que siempre soñará con un mundo mejor; con libertad y respeto a los derechos de todos, buena comida sobre la mesa, salud y bienestar.
Pero debo ser objetivo: allá esos pueblos con su problema, ellos verán cómo hacen para cambiar sus cosas.
Mientras no se metan con nosotros…

Ayatollah o ayatolá:  vocablo árabe que significa “señal de Alá o señal de Dios”.

[email protected]
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