Los aspirantes a presidente y el “Principio de Peter”

OM
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14 de enero de 2020
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12:17 am
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Los aspirantes a presidente y el “Principio de Peter”

Las alianzas: ¿una espada de Damocles?

Por Boris Zelaya Rubí

En administración el Principio de Peter o principio de incompetencia de Peter está basado en el estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas. A lo que Laurence J. Peter denomina jerarquiología afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, a tal punto que llegan a un puesto en el que no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, y alcanzan su máximo nivel de incompetencia.

El principio descrito anteriormente, se hizo evidente cuando llegó a la presidencia el tal “Mel”, quien con una preparación académica básica llegó a ser mandatario de la nación. El doctor Mauricio Oliva, es el actual presidente del primer poder del Estado, un superhombre conocido por su tolerancia y habilidad para manejar la oposición en el Congreso Nacional de la República, soportando a los diputados “hablanchines” (como los del cuento de nuestro insigne escritor Luis Andrés Zúñiga). Oliva, es un correligionario con mucha experiencia política, señalado por los adversarios como el seguro sucesor del actual mandatario.

El señor Nasry Juan Asfura Zablah, un ciudadano con estudios de ingeniería, por fin decidió buscar la candidatura. Desde joven se convirtió en empresario dedicado a la construcción, “no fue ningún vago mantenido”, ha tenido la experiencia de manejar todos los problemas estructurales de la capital, poniendo en práctica su frase de batalla ¡trabajo y más trabajo!, ganándose, según las encuestas, la simpatía de los capitalinos, evitando como se ha acostumbrado, repartir dinero a periodistas para que magnifiquen su accionar como alcalde.

En el alboroto tempranero por lograr la candidatura por el Partido Nacional, el señor Asfura, se decidió casi a empujones, para participar en las elecciones internas. No dudamos que será un gran contendor y con alguna oportunidad de triunfo, aunque desde ahora las lenguas “bífidas” de la oposición, gritan a todo pulmón que solamente se trata de guardarle el puesto al favorito del actual gobernante y que las internas son una patarata para motivar al nacionalismo.

En el cercano futuro tendrán que gobernar con excelentes asesores tal como lo ha hecho el abogado Juan Orlando Hernández (sin alguno como aquel Zablah que dejó “inundada” de agua la capital y sus alrededores). Su misión será continuar con los proyectos de su antecesor y resultar como uno de los mejores.

Es arduo el trabajo político que le espera al doctor Mauricio Oliva y a “Papi a la Orden”, por todo el país. A ellos los tiene sin cuidado ese extraordinario esfuerzo, porque están acostumbrados a ese trajín, ahora tendrán que multiplicarse y llegarle al pueblo sin mentiras prometiendo acciones posibles de llevar a cabo, deberán ofrecer la unidad partidaria, trabajo y más trabajo, rodeándose de buenos asesores de campaña, tomando en cuenta que los adversarios serán capaces de cualquier cosa para atajarlos, pero con sus acostumbradas palabras lanzadas con sinceridad, el pueblo entenderá que la efectividad la han demostrado en el cumplimiento de sus actuales obligaciones.

Los líderes de movimientos o grupúsculos políticos de personajes que ostentaron el poder, cuyos beneficiarios oportunistas que hacen de la política su modo de vida, se resisten a retirarse, aunque ya no tienen seguidores, según ellos, fueron “exitosos” y sueñan que el Estado los mantenga hasta que les cubran el catafalco con la bandera azul de la estrella solitaria ¡pobres ilusos!

El abogado Reynaldo Sánchez, tendrá que esperar, es un gran prospecto y su juventud se lo permite.
De rodillas solo para orar a Dios.

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