Infraestructura resiliente ante desastres
Por Álvaro Sarmiento
Especialista Internacional
en Comercio y Aduanas
Como lo habíamos adelantado en esta columna el mes de diciembre, el pasado viernes 10 de enero, se oficializó la incorporación de la República de Corea (Sur) al Banco Centroamericano de Integración Económica BCIE como socio extrarregional. Según comunicado “la solicitud de suscripción de capital de la República de Corea asciende a US$450 millones, lo que generará un incremento en el monto disponible de créditos por US$2,250 millones, esto representa un aumento en la cartera del BCIE de US$7,000 millones a más de US$9,000 millones para promover programas y proyectos en la región”,
Asimismo, el presidente ejecutivo “resaltó la importancia para el BCIE de atraer un socio de alta calidad crediticia como la República de Corea, que ya ha generado un impacto positivo e inmediato en el perfil financiero del Banco. También fortalecerá la gobernabilidad institucional, mejorando a su vez los beneficios de los esquemas de cooperación suscritos entre el BCIE e instituciones coreanas en favor de sus países miembros”.
Seguramente no es casualidad que a partir del inicio de año, el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica (con excepción de Guatemala) con Corea entró en vigencia. Ya desde octubre anterior está vigente para Honduras. El profesor de John Hopkins University, Theodore Khan lo explica claramente. “Quienquiera que se proponga comprender las relaciones económicas entre América Latina y Asia debería plantearse las siguientes tres preguntas: ¿Hacia qué lugar de Asia exporta ALC la mayor parte de los bienes manufacturados?¿Qué economía asiática tiene la mayor cantidad de socios latinoamericanos en tratados de libre comercio (TLC)? ¿Qué país asiático destina la mayor proporción de Inversión Extranjera Directa (IED) en ALC al sector manufacturero? La respuesta a estas tres preguntas es Corea”.
El aprovechamiento del TLC con Corea no es de ninguna manera “materia ganada”. Por ejemplo las exportaciones peruanas a Singapur en el 2018 crecieron un 26% y para el mismo período a Corea un 3%.. Ya el BID en el estudio “Aprovechar la Conectividad” calculó un potencial de crecimiento del 27% a mediano , si se reducen los costos asociados a aspectos logísticos y obstáculos no arancelarios.
Además de la obligada felicitación obligada al Banco, sus gobernadores y al presidente ejecutivo, por fortalecer sustancialmente las finanzas del BCIE, se puede encontrar una excelente oportunidad para repotenciar asistencia técnica para diversificar las inversiones a campos como investigación y desarrollo. Seguro que miles de jóvenes informáticos en la región podrían soñar ya en convertirse en expertos certificados para proveer servicios a empresas de alta tecnología en Corea, presencialmente o a través de comercio transfronterizo. ¿Qué le haría falta digamos al INFOP o universidades tecnológicas para ser fuente de técnicos o ingenieros con esos conocimientos especializados? Al final del día cada dólar adicional al capital del BCIE, debería reflejarse en apoyo tangible y de largo plazo a los jóvenes y emprendedores para integrase en nuestro mundo globalizado.
