Un paro nacional. Augurio de incompetencia política

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15 de enero de 2020
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12:15 am
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Un paro nacional. Augurio de incompetencia política

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Por Jaime Martínez Guzmán

Algunos personajes de la oposición política, en cuenta don Salvador Nasralla, han manifestado públicamente que están en pláticas con diversos sectores nacionales, con el objeto de promover en este año un paro nacional que propicie la salida del poder del Presidente Hernández Alvarado y del Partido Nacional, que ostentan legítimamente la conducción del país, por la voluntad soberana del pueblo hondureño.

Esta ilusoria intención es muestra del complejo de inferioridad que a sus liderazgos les está desesperando, al tener la convicción de que no tienen la capacidad de derrotar democráticamente al nacionalismo. Recordamos que algunos líderes de la oposición, como niños de escuela, han viajado a Washington a poner sus quejas a fin de que el gran país del norte le quite el apoyo al gobierno de la República y así hacer factibles sus pretensiones. Igualmente, han acudido a jerarcas militares sugiriéndoles su intervención para botar al gobierno. En algún momento de euforia, pensando en la supuesta caída del régimen, un líder opositor se ofreció para encabezar un “gobierno de transición”.

Sin embargo, otros líderes opositores con sensatez han reconocido en foros televisivos que, ni las Fuerzas Armadas se prestarán para un golpe de Estado, ni el mandatario renunciará, ni tampoco serán eficaces las formas violentas, ilegales y antidemocráticas para quitar al gobierno. Que la única forma de lograrlo es mediante la vía electoral. Que para ello es necesario prepararse en la organización y el fortalecimiento de su base institucional. Han manifestado también que después de los arreglos partidarios internos, deberán conformarse alianzas, como única forma de derrotar al Partido Nacional, reconociendo su fortaleza. Consideramos que los políticos que tienen la esperanza de alcanzar el poder de la nación en forma diferente al sistema eleccionario, están perdiendo el tiempo.

Ese paro nacional que pretenden quienes no tienen confianza en su fuerza eleccionaria, está destinado al fracaso. El pueblo hondureño y sus organizaciones no les apoyarán, porque han perdido la credibilidad y se han sumido en el desprestigio, dada su improcedente conducta política, principalmente, por los perjuicios que han causado a la nación en los intentos desestabilizadores que han promovido. No abonan a su causa los hechos que han propiciado, tales como, la interrupción del tráfico carretero en detrimento de la producción comercial y de la libertad de locomoción de las personas, el vandalismo y la destrucción de la propiedad pública y privada. El único resultado conseguido, del cual solo pueden ufanarse quienes no quieren a Honduras, ha sido el deterioro de la imagen y la economía del país, todo lo cual ha afectado más a los hondureños de mayor pobreza.

De hecho, los militantes partidarios recalcitrantes o incautos que podrían apoyar el pretendido paro, tendrían como seguros acompañantes a los encapuchados, supuestos estudiantes y los integrantes de grupos delincuenciales organizados como “comandos”, que siempre se constituyen como grupos de choque para provocar y enfrentar a las autoridades del orden público distrayéndolas para el vandalismo. Se conoce que tienen fundadas esperanzas en el apoyo de la denominada Plataforma en Defensa Salud y la Educación, la que lamentablemente perdió su rumbo al politizarse y sumirse en la intransigencia anti dialogal, a pesar de todas las exigencias que le fueron satisfecho. Interés claro de no resolver problemas sino crearlos. Los paros de labores injustificados que promovieron, son la génesis de diversos problemas que impidieron la eficiente atención a los usuarios del sistema de salubridad, tal como la crítica mora quirúrgica que persiste en los hospitales; igualmente del evidente deterioro de la calidad educativa, cuando lograron, por muchos días, que los maestros unos voluntariamente y la mayoría presionados por dirigentes politizados, abandonaran sus aulas de clase.

Evidentemente, los maestros participantes en la forma indicada, se constituyeron en la fortaleza de la Plataforma, prácticamente, manejada por la directiva del Colegio Médico y la subordinación de dos de los seis colegios magisteriales, con dirigentes militantes de un partido de la izquierda nacional. Pareciera que los promotores del que denominan paro nacional están a la expectativa del inicio del año escolar, pensando contar con el involucramiento de los maestros, quienes en los eventos antigubernamentales del año pasado fueron la punta de lanza, prácticamente, manejados por la Plataforma.

Es de esperar que, en el presente año, ante la gestión y presión de los promotores del pretendido paro que persigue el objetivo político de deponer al gobierno constituido; el magisterio conocedor de la improcedencia y de la inutilidad de dicha acción y consciente de su propio prestigio y dignidad; no estará dispuesto a seguir de comparsa de sus estrategias, abandonando el proceso dialogal que mantiene con las autoridades, en procura del mejoramiento cualitativo de la educación nacional y del fortalecimiento y dignificación de la carrera docente. Así sea.

Exsecretario de Educación

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