Problemas en la educación privada
Por Miguel Osmundo Mejía Erazo
Profesor y periodista
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Un nuevo año ha comenzado, algunas mentes abrigan esperanzas de un cambio positivo en la sociedad hondureña, mismo que consideramos difícil porque primero tenemos que cambiar nosotros para que cambie nuestra sociedad, la vida cambia, el tiempo no se detiene, solamente que nos enfrentamos a nuevos retos y escenarios. Este es un año político mucho más que el anterior, aunque aquí se vive en permanente campaña, todos los politiqueros luchan por alcanzar el poder para saciar sus ambiciones personales. El pueblo esperaba buenas noticias sobre las reformas electorales pero nos equivocamos, solamente se ha dado un maquillaje, cambiaron las caras de algunos funcionarios en los organismos electorales y vamos a elecciones internas posiblemente este año o en marzo del próximo, aún no hay seguridad y en noviembre del 2021 a las generales con las mismas reglas y normativas caducas, por lo que se avizoran los mismos resultados y funestas consecuencias.
Como ya están surgiendo las postulaciones para candidatos a los diferentes cargos de elección popular y por el comportamiento vulgar, señalamientos como narcotraficantes y vinculaciones en actos de corrupción de algunos diputados y alcaldes municipales, voy a dar a conocer algunas de las características de un buen político para que el pueblo no se vuelva a equivocar, que despierte, que piense por quién votará y si lo hacen que no nos quede el remordimiento, que pudiendo orientar al elector no lo hicimos en su debido tiempo, más adelante trataremos de hacer educación cívica electoral, aunque no nos reconozcan nuestro esfuerzo ni las mismas autoridades electorales, como me sucedió en las últimas elecciones generales.
Comenzaré mencionando que según el último barómetro postelectoral, para los españoles la honradez es la primera cualidad de un buen político, con un 61%, la capacidad de diálogo con un 4,2%, la preparación y capacidad de liderazgo con un 2.8%. Otros expertos sociopolíticos atribuyen unas diez cualidades a un buen político: 1) Transparencia, especialmente cuando va a manejar fondos del pueblo. 2) Compromiso social: pensar y actuar en favor de los más necesitados. 3) Consistencia: cumplir con lo prometido, no como muchos que una vez en el poder se olvidan de las promesas y hasta de su misma gente. 4) Preparación académica: influye en gran manera en el conocimiento de los macroproblemas de la sociedad y se supone han aprendido a respetar la opinión ajena. 5) Autocrítica: todo buen político sabe reconocer sus errores y acepta sugerencias. 6) Liderazgo: capacidad de influir positivamente en el comportamiento de otros. 7) Conocimiento de la realidad. 8) Interpretar los anhelos del pueblo. Conocer a su gente y comprenderla, no utilizarla solo para conseguir el voto. 8) Capacidad para la oratoria. Es fundamental saber dirigirse al pueblo, por cierto hoy en día no hay buenos oradores políticos, hay gritones, mentirosos, charlatanes menos buenos oradores como los de antes. 9) Ideología: todo político debe tener un pensamiento ideológico que sea el motor de sus actuaciones. A mi criterio un cristiano de verdad .10) Un pasado limpio: este último quizá uno de los más importantes. Amigo lector antes de ejercer su derecho piense en la integridad de su candidato, que no esté inmiscuido en investigaciones.
Las diez características anteriores aún no completan las muchas características de un buen político, los psicólogos agregan: que deben saber trabajar en grupo, gozar de empatía, ser responsable, sincero, inteligente, proactivo y otras cualidades más que sería mucho pedir. Lo que no deseamos es que tengamos en el Congreso Nacional y en las municipalidades, personas como dicen en mi pueblo, “que no se comporten como pencos” y los hay en muchos parlamentos del mundo no solo en Honduras.
No nos lamentemos de los gobiernos y de los malos representantes del pueblo, somos nosotros, el pueblo votante los que tenemos el gobierno que queremos. Necesitamos orientar políticamente a nuestros conciudadanos sin manipularlos, darles permanente educación cívica electoral por medio de los respectivos institutos de capacitación partidaria y obviamente las autoridades electorales. Hay muchas reformas importantes que se pueden plasmar en la nueva Ley Electoral y que no se necesita trastocar la Constitución de la República más de lo que ya está. Por lo que hasta el momento tenemos, vamos nuevamente a “elecciones estilo Honduras”, espero estar equivocado.
