¡El hombre generador de conflictos!

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19 de enero de 2020
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12:02 am
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¡El hombre generador de conflictos!

Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
E-mail: [email protected]

Sabes quién eres tú: la vida que llena mis sueños de amor, pero solo Dios es grande en poder y sabiduría. Y Él es el que me guía en cada paso que doy. Él hace que la tierra se sacuda y sus bases se estremezcan.

Él ordena al sol que no salga, y a las estrellas que no brillen. Él creó las constelaciones: la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades.

“No des lugar en tu casa a la maldad”.

Así podrás alzar limpia tu frente, y estarás tranquilo y sin temor; echarás al olvido tus sufrimientos; los olvidarás como al agua que pasa.

Para el hombre honrado y honesto su vida brillará como el sol al mediodía; y sus horas más oscuras serán como el amanecer.

El hombre malvado solo siente los dolores de su propio cuerpo, que es el sufrimiento de su propio ser.

Los hombres que practican el adulterio y los impíos no tendrán descendencia y sus enriquecidas casas con soborno y robo, arderán el fuego. Porque están preñados de maldad y darán a luz a su desdicha, porque el fruto que producen es el engaño. ¿Es que no hay fin para los corruptos, malvados y perversos? Serán los gusanos y el sepulcro donde han quedado sus esperanzas, pues bajarán solo al reino de la muerte, para que juntos reposen en el polvo del olvido. La raíz de los males está en el hombre mismo. Recuerden que nada en política es materia de honor. Porque solo deja falsos amigos y enemigos verdaderos. (Miremos el caso de un expresidente que fue electo por el Partido Liberal y terminó traicionándolo formando otro partido). Todos los grandes conflictos y problemas son generados por el hombre, por ser semilla de la vida y cómplice de la muerte. El hombre es promotor de ambiciones sin Dios, y por ello sus interpretaciones idealistas solo conducen a un destino incierto de sus falsas interpretaciones teóricas, obsesivas y tenaces que arrastran con su incongruencia, invitando al conflicto a los de la sociedad en que él vive.

El hombre es núcleo racional del universo: por formar sociedad y por ser fruto del amor, germen en envidias y egoísmo, pretendiendo escoger el destino de los demás y con sus fórmulas de carácter ideológico, narcisista por naturaleza, que se apodera incongruentemente de los demás. El hombre es idealista, soñador y generador de cambios y determina escoger un destino lleno de maldades y oscurantismo, enemigo del desarrollo tecnológico y científico para el hombre mismo.

Así es el hombre que cubre la verdad con sus mentiras, y Dios lo hace perderse en un desierto sin camino. Dios derroca a los que están en el poder, si practica la maldad, la corrupción y el robo. Y los fuertes pierden su fuerza y dan a conocer los secretos más ocultos por muchos millones que tengan, si son producto de perversidades los hará ir cautivos y desnudos.

Ante la presencia de Dios no hay nadie que se quede oculto, pues la grandeza de Dios los llenará de espanto y de terror. Hay que meditar y razonar, porque el hombre que no medita y habla, es el hombre que golpea, que hiere y mata, el puño cerrado se abre listo para el ademán fraterno cuando la palabra tiene puentes luminosos.

¡¡Solo Dios conoce el corazón del hombre y es el único que llena el vacío que hay en su corazón!!
¿Habrán hombres en la admistración pública que actúen de acuerdo a los mandamientos de Dios? ¿Serán honrados, honestos como los del Congreso Nacional?

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