El legado de la MACCIH se queda y la lucha contra la corrupción no termina

OM
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21 de enero de 2020
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12:40 am
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El legado de la MACCIH se queda y la lucha contra la corrupción no termina

Por Rafael Jerez Moreno

Miedo. La herramienta de la que tanto ha hecho uso el gobierno para salirse con las suyas, es lo que hoy los obligó a recular. Miedo de que la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) continuara en el país. Miedo de que les tocaran la puerta, los investigaran, procesaran, sancionaran y condenaran. Miedo a la justicia.

La MACCIH llegó al país con pocos adeptos. Hay que aclarar, vino porque la ciudadanía se volcó a las calles, exigiendo no más corrupción, no más impunidad. Todos y todas, o al menos la gran mayoría, clamábamos por la CICIH, encantados por los resultados de su hermana CICIG en Guatemala, llevando ante jueces y tribunales presidentes y vicepresidentes, lo que todavía no hemos visto en el país. Justamente por ello, la misma clase política permitió que viniera. Un cachorro con pocos dientes, que nunca crecería, y nunca mordería. Con los meses, un Juan Jiménez Mayor los puso en el mayor de los aprietos, denunciando diputados y presidentes del Congreso, al parecer los congresistas no solo, no legislaban, sino que también, robaban. Lo que todos ya sabíamos, pero las instituciones nacionales no quisieron decir. “Nacionalistas”.

Como en toda pelea, el rival siempre tiene oportunidad de defenderse, y cuando se trata de un sistema, más de alguno de sus tentáculos reaccionará. Así fue. Entre pandoros y arcas abiertas, la MACCIH fue tocando intereses cada vez más altos, desnudando el silencio cómplice de las instituciones nacionales durante décadas, sobre el manejo de fondos públicos para pagar campañas políticas, tarjetas de crédito personales y viajes al exterior. Asuntos de Estado.

El tiempo se agotaba, y muchos sectores, con suficiente antelación exigieron la continuidad de la MACCIH. Claramente, su estadía no fue un cuento de hadas. Cometieron errores, pero también aciertos, más aciertos que errores. 13 casos judicializados junto con la cooperación de la Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad de la Corrupción (UFECIC) que equivalen a un perjuicio de 303 millones de lempiras en fondos públicos y 123 personas presuntamente responsables y partícipes de la comisión de delitos, no son poca cosa para una Misión que, según el gobierno, no merecía continuar en el país. Muchos dicen que con lo que tenemos en Honduras basta para combatir la corrupción. Lo que sucede es que, en muchos casos, quienes dicen eso son la viva representación de la corrupción. Democracia representativa.

La ciudadanía logró que la MACCIH viniera al país, y es la misma que logrará que los corruptos dejen el poder, en su momento. Sin embargo, debemos asumir que la Misión ya no estará, y debemos exigir que la UFECIC continúe funcionando. También, hay otra realidad. Se fue un gran aliado en el combate a la corrupción y la impunidad, pero la casa no queda vacía. Ha quedado demostrado que en coyunturas como esta, buenos empresarios, líderes sociales, organizaciones de sociedad civil y agrupaciones gremiales pueden formar un solo bloque, como las circunstancias lo demandan, todos y todas bajo la consigna del ¡basta ya!

Cada vez que pienses que no puedes hacer nada por tu país, recuerda a los cientos de migrantes que arriesgan su vida decididos a hacer algo por su familia, porque muy en el fondo, ellos luchan por ti también.

Twitter: @RafaJerezHn

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