Bajo la carpa del circo político

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22 de enero de 2020
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12:03 am
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Bajo la carpa del circo político

Déjame que te cuente…

Por: José María Leiva Leiva

“Yo preferiría que fuéramos dignos de un mundo sin gobiernos, pero tendremos que esperar unos siglos”. Jorge Luis Borges.¡Vaya jodida, señor Borges! pero tal parece que no habrá forma de quitarnos de encima a esa manga de sinvergüenzas que suelen mal gobernar nuestros destinos cuando alcanzan el poder de la nación. Latinoamérica en general ha sido un pésimo ejemplo de ello. Calificarles de pícaros, lanas, mentirosos, farsantes, ladrones, tramposos, corruptos, y recientemente hasta narcos y miembros del crimen organizado tan solo es destacar sus calificaciones personales.

Por supuesto, estas honduras no son una excepción, pues la tal clase política se ha convertido en una especie de epidemia y pudrición por donde se le vea. ¡Soy un escéptico señor Borges! pues no veo por ningún lado, por dónde pasar. Basta echar un vistazo a quienes pretenden ser ungidos con la próxima banda presidencial: salpicados de anticuerpos que se traducen, por un lado, en más de lo mismo, o bien por el otro, en una sarta de demagogos y tontos útiles que se autoproclaman “mesías”, y se descalifican a sí mismo por ser incongruentes con una cantaleta cansina y trillada, no solo contradictoria y vacía, sino que ni ellos mismos se la creen.

Desde luego, lo que universalmente suele decirse o escribirse de estos politiqueros, no es ninguna exageración. Veamos en primer lugar, ese relato anónimo que apunta a un asesor político que le dio un día a un presidente de gobierno tres cartas que él debería abrir sucesivamente si las cosas le iban mal. “Así sucedió, con lo que el mandatario se enfrentó a la primera misiva. El mensaje era escueto, pero rotundo. Decía: “Échale las culpas a tu predecesor”. Aquello surtió efecto durante algún tiempo, pero no fue suficiente para resolver los problemas, por lo que el gobernante tuvo que abrir la segunda carta.

Esta rezaba: “Échale la culpa a la crisis general; di que es tan intensa que a pesar de las acertadas medidas que tomas para enfrentarla, las soluciones aún tardarán en llegar”. Así lo hizo con fortuna desigual porque el argumento convenció a los convencidos y no satisfizo a los detractores que criticaron su reacción tardía y el desacierto de sus decisiones. El presidente no tuvo más remedio, entonces, que rasgar la tercera carta que lacónica sentenciaba: “Vete escribiendo las tres cartas”.

En palabras de Angela Merkel, la Canciller Federal Alemana, “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hace elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”. No en balde se relaciona a los políticos con la tabla periódica al manifestarse que el 99.9% de ellos están compuestos de puro Calcio (Ca), Bromo (Br), Oxígeno (O), Neón (Ne) y Azufre (S). “Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan”. Benito Juárez.

Típico, pues les resultará más que conocido, juzguen ustedes: “Un político visitó una aldea y preguntó a los nativos cuáles eran sus necesidades. “Tenemos dos necesidades básicas señor honorable”, respondió el líder. En primer lugar, tenemos un hospital pero no un médico. Al escuchar esto, el político sacó su teléfono, y después de hablar durante un tiempo les dijo que no se preocuparan, un médico estará allí mañana, y pidió por el segundo problema. “En segundo lugar señor, no hay cobertura telefónica en ninguna parte de este pueblo”.

Otra vez Benito Juárez: “Nunca abuses del poder humillando a tus semejantes. Porque el poder termina y el recuerdo perdura”. Respetado lector debes tener presente que “un pueblo inteligente no vota por los que más regalan, sino por los que tienen vocación de servicio desinteresado. Aquel candidato que regala cosas para que lo sigan no es un buen líder, es un comerciante de la política, que te da algo a cambio de tu voto. El pueblo debe ser sabio y darse cuenta que esos candidatos son los que han destruido la política. Y hacen creer que porque regalan más, tienen el derecho de entrar a saquear las arcas del Estado. Así que recuerden: El pecado no es recibir el regalo, sino votar por ese comerciante de la política”. Y no menos cierto: “Un pueblo que elige a corruptos no es víctima, es cómplice”.

Nunca mejor dicho el término oclocracia, al que Polibio (220-118 ac), se refiere como la decisión que no toma el pueblo, sino la muchedumbre. “Cuando el pueblo es manipulado y decide sin información. Es el peor de los sistemas políticos, el último estado de la degradación del poder, o sea degeneración de la democracia. La oclocracia, se nutre del rencor e ignorancia. Para acabar con los malos políticos hay que elevar por todos los medios el nivel de conciencia de los que votan”.

Tres apuntes finales: (1) “Frecuentemente hay más que aprender de las preguntas inesperadas de un niño que de los discursos de un hombre”. (2) “La grandeza de una patria no se mide por la extensión de su territorio sino por la dignidad y honor de sus hijos”. Y (3) “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás, así te ahorrarás disgustos”. Confucio.

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