Kilo por kilo

OM
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28 de enero de 2020
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12:14 am
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Kilo por kilo

Miramonte

Como todos los días al leer mi periódico favorito el cual leo por completo me encontré con una columna donde expresan una opinión sobre el acontecer político y el desarrollo de las actividades de los funcionarios públicos, encontré un análisis de dos amigos a los cuales conozco muy bien y les tengo aprecio, a pesar de que uno de ellos ha sido mi amigo de toda la vida junto a todos sus hermanos y descendientes, pero que el poder nos separó políticamente, pero, mi cariño en lo personal, lo mantendré hasta mis últimos días si así lo estima conveniente.

La política es un sentimiento subjetivo, nos hace seguir aún en la familia caminos diferentes, lo bueno en este caso es que: estamos unidos al mismo partido, somos hermanos de color azul, pero en corrientes internas diferentes. El analista en su escrito señala cualidades muy diferentes a las que un elector puede tener del candidato al cual favorecerá, y optamos por apoyar a aquel que solucionaría los problemas de país, para mí que no soy ni periodista, ni analista, ni intelectual, les puede parecer una opinión salida de una persona sin estas cualidades, sin embargo, provengo de una familia que desde chico nos enseñaron a vivir del trabajo manual, que con el aparecimiento de tantos graduados universitarios, es un milagro el encontrar una mano de obra profesional, al parecer con estas facilidades de obtener una profesión todos han migrado a lo intelectual, lo que me hace recordar a mi maestro y coterráneo en la escuela de Derecho Abog. Eliseo Pérez Cadalso cuando repetía: “qué lástima que nos hemos perdido de buena mano de obra” tan necesaria ahora para el desarrollo del país.

“Tito” Asfura el querido por todos, a quien llamamos “Papi”, por ser su agradable trato al interactuar con las personas, personifica a lo que mi ínclito maestro se refería, a la necesidad de poseer en Honduras un hombre con las características innatas de “Papi” que aprendió de don Nasry su padre, al cual conocí como persona al ser un cliente, al que le compraba la materia que necesitaba para mi negocio, además fuimos vecinos y observaba día a día a “Papi” marchar a su colegio y yo a mi tienda la cual me dio el sustento para jubilarme y vivir mi otoño.

Honduras está cansado de tanto intelectual que nos aconseja hasta cómo sembrar maíz, “Papi” nos enseña a trabajar, un hombre rudo hecho por la vida, convertido en un gran administrador, pulcro en sus finanzas, al grado que para él, como a nosotros, nos llena de orgullo el escucharle repetir como una letanía soy un burro para trabajar, y si su padre estuviese vivo se sentiría más que orgulloso, viendo a su hijo cómo desarrolla Honduras al igual que nuestra capital, a la cual sin ser presidente nos ha dado de regalo en los últimos 40 años el mejor alcalde de Honduras, y como hombre que amo a mi país, prefiero seguir a un hombre trabajador como “Papi”, esto me hace recordar un verso corto del inmortal Rubén Darío: Estaba un pavo real/ en el solar de una casa/ desde las ramas de un árbol al verlo/ un pajarraco exclamaba/ que feas tiene las patas/ hay gente como el pájaro papanatas/ que al ver un pavo real, no más le miran las patas. Por eso y más, “Papi” pesa kilo por kilo más que todos los candidatos de todos los partidos.

Toño Flores
Choluteca, Choluteca

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