El padre de familia y la educación

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1 de febrero de 2020
/
12:01 am
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El padre de familia y la educación

Relevo generacional

Por: Miguel Osmundo Mejía Erazo
Profesor y periodista
[email protected]

Estamos a inicios del año escolar 2020 para las escuelas, colegios y universidades que siguen el plan nacional, miles de padres de familia se están preparando para los gastos en compra de útiles escolares, uniformes, matrícula, que en la mayoría de escuelas y colegios privados aumenta cada año, los hogares previsores posiblemente se han privado de muchos gustos del dinero de los aguinaldos para hacerle frente a esta responsabilidad, los matrimonios opulentes no necesitan de estas previsiones porque el dinero está a mano en el momento deseado. Recuerdo en otros tiempos a finales de enero y primeros días de febrero se hacían aquellas grandes filas de padres de familia con alumnos de primer ingreso queriendo lograr un cupo en las secciones diurna o nocturna en los colegios oficiales de las principales ciudades donde los espacios son insuficientes para las demandas educativas de la población de escasos recursos. La educación privada sigue constituyendo una alternativa para la clase media alta y ha llegado a convertirse en un buen negocio para algunos propietarios de escuelas y colegios que cobran altas cuotas y pagan bajos salarios a los docentes, además se quedan con las aportaciones a los entes de previsión social sin que nadie alce la voz por temor a perder su trabajo, a la vista y paciencia de las autoridades educativas.

Llegó el momento de iniciar las clases, los niños, jóvenes y adultos en un año muy difícil por la situación económica-social que nos tienen sumergidos los malos políticos y que de alguna manera repercutirá en los niños y jóvenes porque los padres de familia andarán en plena campaña política descuidando sus deberes, dejando la responsabilidad a las madres que usualmente son las que más se preocupan por la vida escolar de sus niños y adolescentes. Los mismos padres de familia no se dan cuenta de la importancia que ellos representan en el quehacer educativo, el trinomio: padre, maestro y estudiante deben marchar al unísono para la consecución de los objetivos de la educación, no es remota la posibilidad que existan padres que envían a sus hijos a la escuela o colegio para quitarse una carga y terminan preguntándose el porqué de las malas notas o pésimo comportamiento en las aulas escolares. La calidad educativa es mala porque los niños vienen de hogares desintegrados u hogares donde aprenden lo que en la escuela se prohíbe, los padres pasan muy ocupados, hoy en día tienen que trabajar los dos para sostener la casa, la mayor parte del tiempo los chicos la pasan en la escuela o colegio y con sus amigos del barrio, que muchas veces los inducen por malos caminos, siendo el blanco fácil de las maras y pandillas.

En los años 80, cuando hicimos nuestras primeras incursiones en Radio Tegucigalpa, el recordado amigo Antonio Mazariegos puso en moda el eslogan “sabe dónde y con quién andan sus hijos”, desarrollamos un programa llamado “Generaciones en conflicto” que era una conversación entre un padre de familia y su hijo o un joven, sobre temas de interés común, llevamos al micrófono a jóvenes que empezaban andar en maras. No olvidemos que la primera escuela es nuestro hogar, los maestros no podemos suplantar el rol del padre de familia, los primeros buenos o malos hábitos los aprendemos en casa y de ello los padres son los responsables. En las escuelas y colegios existen las sociedades de padres de familia, pero en la práctica son pocos los que se interesan por asistir a los llamados, en cada centro educativo debería existir una “escuela para padres” y no esperar que su hijo esté en problemas para acercarse a su maestro, juntos deben unir esfuerzos y evitar que niños y jóvenes prefieran andar en pandillas y formar parte de ese millón fuera del sistema que los están reclutando las maras.

Los buenos maestros no subestiman la importancia de la presencia de los padres de familia en cualquier comunidad educativa y si las autoridades dieran el papel protagónico a los padres de los educandos, estos podrían y deberían participar en las comisiones de planificación con sentido de responsabilidad, esperamos se concreticen estas ideas y muchas iniciativas para el mejoramiento de la calidad educativa que tanto se habla, pero que en la práctica solo quedan en papel.

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