Hasta que la crisis los separe

OM
/
1 de febrero de 2020
/
12:40 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Hasta que la crisis los separe

 

El divorcio y sus consecuencias sobre los hijos ha sido un tema recurrente en el cine. Basta recordar títulos tan significativos como: “Kramer contra Kramer” (1980), dirigida por Robert Benton, donde Dustin Hoffman interpreta a un ejecutivo de publicidad, que es abandonado por su mujer (Meryl Streep), por lo que tiene que hacerse cargo de su hijo…al menos mientras se decide en un tribunal, quien se queda con su custodia.

 

En “Diferencias irreconciliables” (1984), de Charles Shyer, Ryan O’Neal y Shelley Long forman un matrimonio perfecto; tienen una hija de 9 años, (Drew Barrymore), y todo va perfectamente. Sin embargo, las múltiples ocupaciones laborales de la pareja terminan por afectar la vida familiar provocando su divorcio. En la “Sra. Doubtfire” (1994), dirigida por Chris Columbus, la vida de Robin Williams se desmorona cuando su mujer (Sally Field), le pide el divorcio, y por orden del juez es obligado a ver a sus hijos sólo una vez a la semana, razón por la cual decide transformarse en la señora Doubtfire, una supuesta niñera escocesa, con lo cual, podrá verles todos los días.

 

En “Mentiroso compulsivo” (1997), de Tom Shadyac, Jim Carrey es un abogado que sólo sabe ganar sus casos mintiendo. Este detalle y el hecho de que siempre antepone el trabajo a su vida familiar provocan que su mujer decida separarse de él, y que su hijo pida como deseo que su padre no pueda mentir durante un día entero. Mientras intenta sobrevivir diciendo sólo la verdad, se las ingenia para reconquistar a su ex y así evitar que esta se mude de ciudad con su vástago y su prometido.

 

                                   “Nader y Simin, una separación” (2011), dirigida por Asghar Farhadi, “relata la historia de la separación, civil y respetuosa, de un matrimonio iraní, en el que Simin, la mujer, quiere dejar a su marido porque no ve futuro en su país, mientras Nader se ve imposibilitado a seguirla porque se tiene que ocupar de su padre enfermo. El abandono de Simin obliga a Nader a contratar a una mujer para el cuidado de su padre, sin embargo la situación se complica debido a las diferencias culturales con su nueva ayudante, de clase social inferior, profundamente religiosa, embarazada y víctima de un marido despótico”.

 

                                   “Gett: el divorcio de Viviane Amsalen” (2014), dirigida por Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz, narra la historia de Viviane Amsalem, quien vive separada desde hace años de su marido, e intenta conseguir el divorcio (que este le niega) para no convertirse en una marginada social. “En Israel no existe aún el matrimonio civil; según las leyes religiosas, sólo el marido puede conceder el divorcio”. Viviane tendrá que luchar ante el Tribunal Rabínico para lograr lo que ella considera un derecho”. Y ahora nos llega “Historia de un matrimonio”, de Noah Baumbach (“The Meyerowitz Stories”, “Mientras seamos jóvenes” y “Frances Ha”, las tres protagonizadas por Adam Driver).

En lo personal, el registro más sólido y llamativo que le había conocido a Adam Driver, era el de su extraordinaria película y magistral papel en “Paterson” (2016), de Jim Jarmusch, dando vida a un conductor de autobús urbano en Paterson (Nueva Jersey). Cada mañana, Paterson (su nombre en el filme) se levanta temprano, sin necesidad de utilizar despertador, y da un beso a su mujer. Luego conduce el autobús y escribe en una libreta algunos poemas. Por la noche, saca a pasear a su perro (Marvin), un buldog inglés, y visita el bar de un amigo donde se rinde homenaje a las figuras claves de la ciudad, como Lou Costello, Allen Ginsberg o Iggy Pop.

 

En “Historia de un matrimonio”, Driver encarna a un director de teatro casado con una actriz (Scarlett Johansson), que dejó una prometedora carrera en el cine comercial para trabajar en la compañía teatral de su marido…del que ahora se está divorciando. “Con una química aplastante y un hijo en común, la historia de amor de esta pareja se romperá por completo, llegando a tener incluso que recurrir a los abogados y tribunales para zanjar una vida en común llena de heridas abiertas”.

 

De las críticas y comentarios que se han hecho a esta película, me encantaron las reflexiones y recomendaciones formuladas por Nory Camargo, comunicadora social colombiana que en el sitio https://catholic-link.com/, invita en primer lugar, a todas las parejas en crisis para que vean la película, y con ello, puedan salvar su matrimonio. “Los matrimonios –dice-, se acaban por falta de amor, bondad, humildad y esfuerzo, se diluyen, se deshacen como el azúcar en el café. Se quiebran como un plato y se echan a la basura”.

 

El filme, “retrata lo que ocurre hoy en millones de matrimonios. ¡Qué impotencia, que triste es ver cómo una pareja se rinde! Las excusas suelen ser infinitas, mientras que el esfuerzo por recuperar lo que algún día los unió es casi nulo al primer tropiezo. “Historia de un matrimonio” nos permite reflexionar sobre lo que no debemos permitir que pase en nuestro matrimonio: rendirnos… La razón por la que Nicole (Johansson) y Charlie (Driver) deciden separarse se basa en estos dos enemigos: el egoísmo y el orgullo”.

 

Agrega: “Toda la crisis de esta pareja es por el trabajo. Porque uno se siente pisoteado por el otro, porque ambos no se sienten tan grandes juntos, porque tus logros al final no son tan míos o porque jamás pensaste que quería llegar más lejos…En esta historia gana la avaricia, la sed de poder, el querer ser más que el otro a toda costa. Olvidan por completo que son uno, para guiarse, para apoyarse y para luchar juntos por los sueños que les roban el aire. ¿Por qué en vez de esforzarse tanto en el proceso de divorcio no se utiliza esa fuerza para recuperar la unión? La única opción que tenemos si nos hemos unido bajo el sacramento del matrimonio, es luchar por el otro. Perdonar aunque nos cueste, amar hasta que duela”. Finalmente: “No olvidemos a Dios en medio de las crisis. No lo olvidemos, no lo dejemos de lado, porque si eres católico el matrimonio es de tres”.

 

Más de Cine
Lo Más Visto