El diálogo, fuente luminosa para el hombre

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2 de febrero de 2020
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12:05 am
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El diálogo, fuente luminosa para el hombre

Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
E-mail: [email protected]

El diálogo es el encuentro entre los hombres para ser más unificados de ideas afines para encontrar la raíz, por cual nos mantiene separados, por contradicciones de carácter ideológico o es matriz de nuestras discordantes contradictorias, que no nos permite unificarnos en el amor de criterios por mezquinos sentimientos que son producto de la ignorancia que no permite abrir nuestros corazones en favor de una paz en beneficio de todos, especialmente en el campo político, no existe otro camino para poner en práctica y hacerlo a través de la praxis auténtica; que no es ni activismo ni verbalismo, sino acción y reflexión en el diálogo, sin ello no hay y no existe la unificación entre los hombres. El diálogo no es un producto histórico, sino la propia historización. Es, pues, el movimiento constitutivo de la conciencia, por buscarse a sí mismo, es comunicarse con el otro. El aislamiento no personaliza porque no socializa.

La antropología filosófica, nos dice que el hombre es un animal simbólico, porque es un animal que habla, con la palabra el hombre se hace hombre. Al decir su palabra, el hombre asume conscientemente su esencial condición humana. Para el hombre, producirse es conquistarse, conquistar su forma humana.

En todas las épocas nos dice la historia que el hombre nace encadenado a los mismos prejuicios y tramas que la sociedad ha inventado con el pretexto de protegerlo o amparar la vida social.

Se dijo que el hombre fue hecho a semejanza de Dios, y mas no creemos que un ser imperfecto como el hombre, pueda ser igual a Él en ningún sentido. Es la imperfección humana la que ha engendrado la autodefensa social, pero esta se ha llevado más allá de lo necesario y queriendo liberar al hombre lo ha encadenado todos los días y todas las horas, en todos los tiempos, ayer, hoy y siempre, y siempre lo seguirá encadenando más y más, porque los sistemas que tratan de liberar en nuestros días, forjan cadenas más pesadas que las anteriores.

Hoy en día tenemos “muros” que nos abruman más que en el pasado histórico.

Los excesos del abuso del poder son los detonantes por la corrupción y la violación de los derechos humanos; estos tres incitan a la población a la reacción de revelarse contra el imperio del poder absoluto sin principios morales y éticos; si se apoderan en el pueblo obligadamente informa división profunda, mas si existen ideas de carácter ideológico, más profunda será la crisis y más violenta.

Y por eso comienzan a surgir más hechos que vulneran a la sociedad, y el pueblo tiene su propia sicología para poder darse cuenta cómo su gobernante violenta, con su accionar desmedido de actos de corrupción.

Tenemos el caso de Evo Morales en la república de Bolivia, un dictador con respaldo popular, es decir estuvo en el poder 14 años apoyado por el pueblo en elecciones libres según él, es otra forma de engañar al pueblo y la comunidad internacional, así también haciéndose pasar por demócrata y a través de esa farsa perversa y desmedida se vuelven dictadores y a la vez corruptos y ladrones, con cuentas bancarias onerosas en otros países.

La democracia es el motor impulsor de la libertad del hombre y a través de ella se encuentra cómo armonizar a los pueblos en su devenir histórico, no permitamos los caprichos, los abusos de poder de ningún perverso gobernante, ni pisotear los derechos del pueblo. Ni de izquierda ni de derecha y mucho menos del socialismo del siglo XXI.

Amén a Dios sobre todas las cosas, sin Él no existe nada.
¡Que Dios salve a Honduras con sus buenos hijos!

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