El hombre del mañana

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2 de febrero de 2020
/
12:02 am
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El hombre del mañana

Por: Ing. Francisco Morales h.

Hace unos años, estaba yo compartiendo con un grupo de conocidos, cuando uno de ellos me presentó a un recién llegado, haciendo una introducción como la que se le hace a alguien importante, a alguien que se destaca por algún logro propio; el conocido me dijo: Mira Francisco, te presento a Óscar, “el hombre del mañana”.

Yo inmediatamente pensé en el significado de esa frase que suena tan peculiar: “hombre del mañana”, como si fuese alguien del futuro, ¿cómo será?, ¿qué distinguidas cualidades tendrá?, ¿qué logros habrá obtenido?, ¿será alguien diligente?, ¿más inteligente?, ¿más trabajador?, ¿con una mejor preparación?, y haciéndome en milésimas de segundo todas esas preguntas estaba yo, mientras saludaba al nuevo integrante del grupo, cuando otro de los que ya estaba me preguntó: ¿sabes por qué le decimos así?, no, le contesté, y me aclaró: le decimos “el hombre del mañana” porque a este nadie le saca carrera, todo lo deja para mañana; me reí y hasta el día de hoy es uno de los mejores y más originales apodos que conozco.

Pero hablando un poco más en serio, una vez leí que la postergación es una de las principales razones que nos permite tener algo de paz con nosotros mismos ya que nos hace la ilusión de que algún día, en el futuro cercano, haremos lo que sabemos debemos hacer para mejorar nuestra situación, más no ahora por las razones que sean válidas o no, ya que si fuéramos brutalmente honestos con nosotros mismos y nos dijéramos la verdad, es decir, que realmente no haremos lo que soñamos o queremos hacer, convivir con nosotros mismos sería un infierno terrenal.

Hace poco pero muy poco, estábamos expectantes por el año nuevo y transcurría el año 2019, cómodamente para algunos, pues se le daba largas a temas importantes: el otro año comienzo a ahorrar, el otro año voy a dejar de endeudarme, el otro año ganaré mejores comisiones, el otro año dejaré de pagar el mínimo en la tarjeta de crédito, el otro año comenzaré el gimnasio y mejoraré mi alimentación, el otro año aprenderé inglés, el otro año me haré mi chequeo de salud, el otro año sí me voy a poner las pilas en el trabajo y lograré mis metas profesionales, el otro año sí va a ser un buen año y en un abrir y cerrar de ojos el otro año llegó y no solo eso, ¡ya se fue el primer mes!, ¿cómo van sus propósitos de nuevo año?, ¿siguen siendo sueños o ya son realidades en camino de mejora?, o dentro de poco, en tan solo un par de meses, el próximo año donde ocurrirá todo lo que siempre ha deseado ya no será el 2020 sino el 2021 y así sucesivamente.

Y como dice la canción “veinte años no son nada”, pueden en realidad pasar 20 años soñando con vivir una vida que en realidad, no se vivió. “La vida es sueños y los sueños, sueños son” escribió don Pedro Calderón de la Barca, quien vivió en este mundo 81 años, nació en 1600 y murió en 1681, dejó de existir hace 339 años.

“El problema es que piensas que tienes tiempo” enseñaba Buda Gautama hace mucho más de 2020 años.

En la Biblia, que le aclaro al amable lector hasta ahora he comenzado a leerla, haciendo a un lado la religiosidad y tratando de enfocarme en la espiritualidad, he encontrado una gran sabiduría para cada aspecto de la vida, y de la vida diaria en concreto en este tema tan delicado del manejo del tiempo, por ejemplo, en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), se ilustra la tragedia de la oportunidad desperdiciada, ¡La tragedia de la oportunidad desperdiciada! no puedo dejar de hacer énfasis en esta impactante frase.

En su carta a los Efesios, Pablo advirtió: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. (Efesios 5:15-16). Tanta sabiduría en tan pocas palabras.

El gran John Lennon, el legendario miembro de la banda británica Los Beatles decía: “La vida es lo que realmente sucede mientras estas planeando lo que quieres que suceda”, vaya profundidad de pensamiento.

En lo particular y para tratar de vivir y aprovechar el día, me he enfocado en la parte comercial de los negocios ya que ahí existen presupuestos que cumplir, metas claras y definidas, estrategias, el camino a seguir para el logro de metas, objetivo por objetivo y se vive, de verdad se vive la presión del día y al hacerlo siento que aprovecho mi breve paso por esta tierra y trato de trasladarlo a mi vida personal, haciendo lo mismo con metas y objetivos.

No quiero ser “el hombre del mañana”, ¿y usted?

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