Mujeres protagonistas de la historia de ayer y el presente

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. Desde el principio de la humanidad la mujer por designio de Dios, ocupa el lugar más importante en la historia y preservación de la especie humana. Sin la mujer no existimos. Ese principio estuvo matizado de gloria y dolor, así lo dice el Génesis, no se trata de una sentencia divina en contra de la mujer, sino del privilegio de ser madre, sin embargo, con dolor daría a luz a sus hijos, en consecuencia, el papel protagónico de la mujer está por encima de todas las cosas creadas y nada ni nadie lo puede cambiar.

Sara la mujer de Abraham, fue madre del hijo de la promesa y de su hijo Isaac, surgió una gran nación y por su descendencia fueron benditas todas las naciones de la tierra. La madre hebrea de Moisés tuvo gran influencia en su vida, así que ciertamente él fue criado bajo la herencia hebrea de su madre y así sucesivamente hasta el mensaje del Ángel a María anunciando que ella sería la madre del Mesías prometido a Israel.

La mujer es y será siempre protagonista en las diferentes facetas de la vida humana. La mujer no solo está hecha para parir hijos, ser ama de casa, complacer al marido en todo, sujeción total por insuperables prejuicios religiosos al negarle el derecho a expresarse y ser libre. Dios la hizo libre, el hombre la esclavizó por milenios, la religión la opacó y la borró de todo protagonismo.

Hoy quiero destacar a las mujeres protagonistas del ayer y el presente en la zona oriental de Honduras. Las de ayer y hoy con un amplio perfil que hicieron y hacen historia. La primera, e indudablemente grande, Lucila Gamero de Medina, novelista, escritora, que rompió los parámetros de una época cuando la mujer no tenía derecho al estudio y superación, privilegio exclusivo para los hombres. Sin dobleces y sometimiento al sistema, se rebeló contra el clero, los jueces y hasta la misma población sumisa.

Nery Alexis Gaitán, escritor nacional, la destaca como “la gran dama de las letras hondureñas, según lo expresó Luis Mariñas Otero, y según nuestra apreciación, una de las fundadoras de nuestra literatura, nació en Danlí en 1873 y murió en la misma ciudad el 23 de enero de 1964. Su padre fue el doctor Manuel Gamero y su madre Camila Moncada. Precursora de la novela en Honduras, su novela “Adriana y Margarita” se considera la primera escrita en el país, propiamente estructurada según el género narrativo. Ejerció la profesión de medicina con gran acierto, habiendo estudiado bajo la dirección de su padre. Le fue extendido un Diploma de Médica y Cirujana, siendo decano de la Facultad de Medicina el doctor Manuel G. Zúñiga.

Lucila Gamero Moncada de Medina fue una de las primeras mujeres escritoras de Honduras. Los temas que sobresalen en el argumento narrativo de sus obras son el amor y la familia, pero insertados en un contexto de análisis y crítica del status quo.

No se sabe con exactitud de dónde hereda su vena literaria, desde joven se dedica a escribir y en 1892 a sus escasos 19 años publica su primera obra narrativa, que se asemeja más a un cuento, Amelia Montiel, la cual terminó el 30 de junio de 1891 y era divulgada por entregas en la revista “La Juventud Hondureña”.

Prosiguiendo el legado de Lucila Gamero, en un contexto diferente pero sin obviar el espíritu de las obras de la escritora, la dramaturga Miriam Sevilla Rojas, con el objetivo de llevar a las nuevas generaciones la obra literaria, ha logrado introducirse en la trama adaptando para el teatro la novela Aída, a petición de la Universidad Nacional (UNAH), durante el año académico “Lucila Gamero”. Posteriormente, Adriana y Margarita, Blanca Olmedo, El Dolor de Amar. La Secretaria, Betina y Amor exótico, estarán en escena este año.

De acuerdo a lo expresado por Sevilla, la adaptación al teatro la hace sentirse parte de las ideas de la novelista, “la admiro por su visión anticipada en relación a la época que le tocó vivir, en el teatro recojo su legado que ahora es compartido con la juventud. Lucila nunca perdió su identidad, Danlí y Honduras siempre estuvieron en su pensamiento, vio en su tiempo, lo que hoy vivimos.

En iguales términos se expresa Vanessa Mairena, actriz del Grupo de Teatro Maizales, “además de identificarme con el personaje, también lo hago con la novelista para trasmitir al público desde el escenario la esencia del personaje, la época, costumbres y cultura. Soy parte del mensaje porque a través del teatro somos parte del desarrollo y del papel protagónico de la mujer”.

Bety Judith Ávila, también actriz, ha representado varios personajes de las obras de Lucila, a través del teatro expresamos muchas cosas. Lo importante es identificarse con el personaje, forjar amistades sólidas con el elenco y con la sociedad misma. Las mujeres a través de las artes vivimos en constante evolución, preparadas para una revolución social. Somos mujeres de pensamiento libre, concluye.

Mercedes Gamero, directora del Centro Universitario Regional de Danlí de la Universidad Pedagógica (UPNFM), afirma que la mujer históricamente ha marcado pautas positivas. Lucila a través de su invaluable obra literaria, sentó las bases para el despertar intelectual de su época.

“En nuestro país la mujer tiene un enorme protagonismo en la docencia, de los 60 mil docentes que trabajan el 88% son mujeres de las cuales trabajan en espacios geográficos de difícil acceso y conflictividad social en los centros urbanos. Las mujeres representan el 51% de la matrícula del nivel pre básico, básico y media, sin embargo, a nivel universitario, el 65% de la matrícula son mujeres, a nivel de universidades privadas representan el 56%.

A nivel de rendimiento académico, las pruebas de evaluación externa demuestran que las mujeres en matemáticas tienen similar rendimiento, pero están sobre la media con relación a los hombres en el dominio del español.

Sobre la situación actual de la mujer, Gamero hace una interesante observación, afirma que las mujeres necesitan reforzar la educación sexual o reproductiva, en el país hay un promedio de 120,000 embarazos por año de adolescentes entre 14 y 17 años, y en los últimos años el incremento ha llegado al 24%. No obstante, las mujeres en Honduras siguen siendo una de las fortalezas importantes, requieren crear oportunidades y superar las desigualdades de salario que se dan con relación a los hombres, a excepción de la docencia las diferencias son significativas, puntualizó.

En la composición gráfica hago referencia a reconocidas mujeres que se han destacado en el ámbito educativo y social, porque Danlí es una cantera enorme que encierra páginas gloriosas del feminismo productivo.