A mayor inteligencia ciudadana menor violencia

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3 de febrero de 2020
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12:45 am
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A mayor inteligencia ciudadana menor violencia

Por Marcio Enrique Sierra Mejía

Para que logremos con mayor efectividad bajar las cifras preocupantes de la violencia se hace necesario que, el enfoque de prevención de la violencia y la delincuencia, tal y como se ha venido desarrollando en las últimas décadas, cambie la óptica de intervención. En Honduras, si bien en menos de ocho años hemos logrado una reducción admirable de la violencia criminal, causada por organizaciones criminales organizadas, ahora los datos estadísticos nos evidencian que los móviles o causas de generación de la violencia obedecen más a conflictos por convivencia; sobre todo, en el ámbito rural. ¿Qué es necesario implementar? ¿Qué cambios en el diseño de política pública se deben de realizar? ¿Hacia a dónde debemos redirigir los presupuestos? Se propone que la participación activa de la ciudadanía se aumente, sin quitarle la rectoría de la fuerza al Estado ni minimizando su responsabilidad en garantizar la seguridad a la ciudadanía, sino fortaleciendo el modelo de policía comunitaria y proveyendo a la ciudadanía las herramientas para minimizar la violencia por convivencia, en los tres niveles conocidos ya de la prevención: primaria, secundaria y terciaria.

Necesitamos impulsar mecanismos de participación ciudadana directos e indirectos, de modo tal, que nuestra sociedad sea más activa en la construcción de estados de convivencia municipales o locales. Se ha comprobado que en el tema de la prevención del delito no puede ser de otra manera, en la medida que la ciudadanía tenga la inteligencia ciudadana y herramientas en una unión con las instituciones encargadas de la seguridad del Estado, es que, con una visión prospectiva, en el mediano plazo, empezaremos a mover los indicadores y podremos vislumbrar resultados más esperanzadores.

Entendamos que la inteligencia ciudadana resulta de la práctica colectiva de la inteligencia individual en sistemas abiertos en torno a un recurso común que maximiza el acceso y la contribución. Debemos convertir la inteligencia ciudadana en el motor principal de un proceso compartido en el que reflexionamos y compartimos experiencias. Es construir plataformas colaborativas para generar nuevos imaginarios colectivos que permitan subvertir la lógica de la violencia por convivencia.

Actualmente, en la sociedad hondureña la fragmentación y polarización política afecta a la mayor parte de nuestra democracia representativa, la gobernanza local avanza sin reparar adecuadamente en los derechos de sus representados, porque no aplican un adecuado norte republicano y participativo. Ante tales circunstancias, la ciudadanía hondureña debe ser preparada para contrarrestar y corregir los efectos tóxicos, utilizando adecuados recursos tecnológicos que la mayoría de las personas tienen a la mano; las redes sociales y las aplicaciones de mensajería en línea son sus mejores aliadas, pues estas forman una mayor cadena productiva.

Frente a la violencia por convivencia que entraña nuestra realidad, la ciudadanía debe encontrar respuestas adecuadas, aliándose entre sí para resolverlas en consecuencia. Necesitamos que nuestros ciudadanos que ya están abrumados por la violencia actúen con inteligencia ciudadana (IC), con una actitud diferente que motive a difundir y formalizar una esperanza de cambio, bajo la premisa de inteligencia ciudadana (IC), una gesta reaccionaria que cada día adquiera más fuerza e interés público y cuyos conceptos tópicos puedan ser la libertad, la justicia, la responsabilidad y el compromiso.

Como muy bien lo plantea Óscar Calvete Souza, “cuando situaciones como la falta de seguridad exigen a un sector de la sociedad más coraje y honradez, mientras otro sector carece de estas características; la tarea no consiste en disminuir temporalmente los síntomas o efectos manifiestos de dichos sucesos, sino en atender las causas que los originan con la intención de erradicarlas o menguar su latencia. Ergo, debe tratarse integral e inteligentemente al dejar de lado intereses mezquinos”.

En fin, en Honduras la Inteligencia Ciudadana (IC) debe tener cabida sociopolítica y funcionalidad institucional, “mediante la coexistencia de dos factores antagónicos en el ámbito social; el primero y más llamativo es el súbito despertar ciudadano, la salida del anonimato y el interés por participar de decisiones vitales, además de despojarse del temor a las represalias; el segundo, que se encuentra en fase terminal, es la clase dirigente, pues no termina de comprender que las recetas actuales del poder no son suficientemente eficaces para satisfacer las demandas de sus representados; resulta inconcebible que a estas alturas del siglo XXI todavía se apliquen paradigmas políticos, sociales y económicos que arrastran fracasos centenarios”.

Es importante destacar la necesidad de desarrollar la inteligencia ciudadana en Honduras. Hay que salir del anonimato y participar en el proceso de desarrollo de un estado de convivencia mejor y sano. Unos y otros somos parte de un elenco actoral que tenemos que dinamizar aplicando soluciones con visión integral, ideas realistas profundamente trabajadas y estratégicamente ejecutadas.

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