Doloroso último adiós a nacionalista Dagoberto Villalta

Que sea Dios y su justicia quien se encargue, mataron a un buen hombre que ayudaba a su prójimo, tal como lo manda la Biblia: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ese fue el mensaje que quedó en la mente de familiares, amigos, vecinos y correligionarios del activista del Partido Nacional, Dagoberto Villalta, durante la misa de cuerpo presente oficiada por su eterno descanso. El nacionalista fue asesinado a disparos el pasado martes, frente a su casa, en la colonia Obrera, en Comayagüela.

Con dos banderas, una del equipo de fútbol Motagua y otra del Partido Nacional, adornaron el féretro del líder comunitario, al recordar que Villalta solía en sus ratos libres “celebrar cada partido y las glorias de ambos equipos triunfadores”, manifestaron sus parientes cercanos.

El llanto desgarrador de la familia solo pudo ser tranquilizado durante la misa, en la que se enfatizó la necesidad de fortalecer la paz y de tener resignacion, ya que debe haber amor entre la familia hondureña, a pesar de cualquier diferencia.

También se mencionó que la vida de Villalta sería recompensada conforme a la justicia divina, la que también alcanzará a quienes cometen malas acciones que traen sufrimiento y dolor al prójimo.

LUTO NACIONALISTA

El agradecimiento y petición por el eterno descanso de Villalta fue parte de las expresiones de sus familiares, al igual que las manifestaciones de respeto y admiración que le exteriorizaron los miembros y líderes del Partido Nacional, quienes se hicieron presentes en la Basílica de Suyapa, en donde permaneció el cuerpo de Villalta, previo a su traslado en el cementerio Tierra Santa, entre las colonias La Era y La Travesía, en la capital.

Entre los líderes del Partido Nacional que se hicieron presentes para exteriorizar sus muestras de pesar a la familia destacan el designado presidencial, Ricardo Álvarez; el diputado, Oswaldo Ramos Soto; el nacionalista Rigoberto Chang Castillo, el diputado, David Chávez; el asesor de gobierno, Ebal Díaz; su correligionario, Fernando Anduray, entre otros que posteriormente se hicieron presentes en el entierro.

“Lo que logró Villalta es concentrar en un mismo lugar a un buen grupo de líderes nacionalistas”, manifestaban otros activistas, al ver la presencia de los antes mencionados, tanto en la iglesia como en el sepelio. Además, expresaban casi al unísono que pedían justicia por este y los otros crímenes en contra de dirigentes de base de su partido.

“Yo sí creo que hay un plan para intimidar a los que estamos trabajando con el Partido Nacional, pero eso no lo van a lograr, no es de esa manera que nos van a derrotar”, afirmó a el exministro Chang Castillo, tal como lo expresó Ricardo Álvarez, al referirse a un “plan estratégicamente planificado”.

“No es una casualidad, es algo muy bien montado, que manda un mensaje muy duro para la gente de nuestro partido. No soy ningún experto, pero solo se me ocurre mencionar al crimen organizado, es un mensaje muy directo a la gente de mi partido”, concluyó.

Chang Castillo también sospecha de una “conspiración”, al conocer por 14 años a Villalta y descartar incluso enemistades, ya que por el contrario gozaba de popularidad, “lamentamos profundamente el fallecimiento de este buen amigo y buen líder del Partido Nacional”. (SA)

NOSTALGIA
ERA UN LÍDER ENTREGADO AL PN

El diputado nacionalista, Oswaldo Ramos Soto, exaltó el liderazgo de Dagoberto Villalta, la entrega y dedicación por los ideales del Partido Nacional, el respeto entre los activistas y el sentido de responsabilidad del que él fue testigo al conocerle por muchos años.

De igual manera, el asesor de gobierno, Ebal Díaz, lamentó esta y las otras muertes de dirigentes de partido, dijo que el gobierno haría todo lo posible por lograr la justicia anhelada por la familia doliente y para llevar el mensaje a los delincuentes, que no habrá impunidad contra este crimen ni contra el de Obdulio Licona y Marcial Martínez.

El presidente del Comité Central del Partido Nacional (CCPN), Reinaldo Sánchez, tambien condenó enérgicamente el asesinato de Villalta y de dos dirigentes más de esa institución política en diferentes sectores de la capital. Al tiempo, exigió a los entes correspondientes una investigación sobre estos crímenes.