Víctor Martínez: Con la venta de “burritas” le hace frente a desempleo juvenil

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6 de febrero de 2020
/
05:00 am
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Víctor Martínez: Con la venta de “burritas” le hace frente a desempleo juvenil

Por: Wilfredo Hernández

El joven Víctor Martínez (21) fue uno de los 200 mil egresados de colegios pero que no encontraron trabajo para continuar sus estudios en la universidad. Las estadísticas dicen que él forma parte de la Tasa de Desempleo Abierto o personas que quieren trabajar, pero no encuentran plaza.

Sin embargo, su historia y actitud es diferente, pues con la venta de burras, almuerzos y desayunos le ayuda a su madre soltera (Virginia Andrade) y a su hermano de 12 años (Anthony Martínez), quien se recupera de un infarto cerebral.

LA TRIBUNA abordó a Martínez cerca del aeropuerto Toncontín, donde a diario obtiene su fuente de ingresos. “Sin mentirle, desde los 13 años trabajo, no me da pena vender burras, pena me daría que me vieran en cosas delictivas”, indicó Víctor Martínez.

A continuación su historia:

Pregunta. ¿Cuándo inició en la venta de comida?
Respuesta. Llevo un año, no es mi primera vez, he trabajado en la 15 de Septiembre, en Residencial Plaza y otros puntos en la venta a domicilio de almuerzos y desayunos. Gracias a Dios me da para darle dinero a mi familia y a mi hermano que sufre una discapacidad.

P. ¿Por qué no ha entrado a la universidad?
R. Aún no he podido por el aspecto monetario, mi prioridad es proveer a mi familia, especialmente a mi hermano que enfrenta un problema serio.

P. ¿Qué pasa con su hermano?
R. A los 8 años le dio un infarto cerebral. Según doctores unas arterias de su cerebro se le reventaron. Fue de nacimiento, pero hasta después se lo detectaron. Gracias a las terapias de la Teletón ya camina y allí vamos. Hoy tiene 12 años, va entrar al colegio, le vamos ayudar con el estudio. El 21 de febrero lo van a operar.

P. ¿De qué se graduó, qué sabe hacer?
R. Saqué Informática en el Saúl Zelaya (Instituto Técnico Saúl Zelaya Jiménez). Le entiendo al mantenimiento de computadoras, paquetes de Office y programación de páginas web, entre otras cosas que le enseñan a uno en el bachillerato.

P. ¿A qué más aspira?
R. Me gustaría sacar Administración de Empresas, tener mi propio negocio, me iría por el ámbito de las comidas a domicilio en lugares estratégicos. Pero de momento, la prioridad es mi hermano, quiero que salga adelante, deseo que tenga la educación y el mejor el trato, a veces me gustaría tener dinero para llevarlo a hospitales de otro país.

P. ¿Ha pensado en enrolarse en caravanas?
R. Realmente no. Tengo familia en los Estados Unidos, pero no me atrevo a alejarme de mi madre, necesita de mi apoyo, soy el hombre de la casa. En Honduras voy a lograr mis sueños, aquí nací y aquí deseo terminar mi vida.

P. ¿Cuánto gana a diario?
R. Me pagan por comisión, gano 150 lempiras al día ($6), lo más importante es que estoy cerca de mi hermano. (En Honduras el salario mínimo es de L400 diarios o $16).

P. A muchos jóvenes les da pena vender burras.
R. Para mí no hay pena, todo lo contrario, me gusta lo que hago y estoy muy orgulloso. Pena me daría que me vieran en cosas delictivas. Vendiendo comida me ayudo y ofrezco un servicio. Es algo sano. Realmente estoy muy a gusto con los clientes que tengo.

P. ¿Cómo se metió en este negocio?
R. A través de mi cuñado, él elabora la comida y yo la vendo. También he trabajado en proyectos, estuve en el Canal Seco, tengo dominio de máquinas de pintura, puedo decir que soy profesional en la premarca vial, el dibujo que le hacen a las carreteras antes de pintar, para que no quede con curvas torcidas.

P. ¿Y eso cómo lo aprendió?
R. Con un hermano de mi cuñado. Me fui a vivir a Valle, ese trabajo me dio para aportar a la familia. Sin mentirle desde los 13 años estoy trabajando.

P. ¿Y su papá?
R. Mi papá se fue, decidió formar otra familia en otro lugar… cosas que pasan.

Yo le prometí a mi madre estar cerca de ella, ha tenido golpes bajos tras la enfermedad de mi hermano. Cuando la veo triste le digo: Tranquila mami, ya veremos un milagro para Anthony, me tienes a mí y a mi hermana (Luzely Martínez).

Eran las 8:00 de la mañana, Víctor Martínez se levantó como un rayo atraído por clientes que ingresaban a una empresa. Entre sonrisas y cortesía ofreció el desayuno del día, optimista de que su esfuerzo, ejemplo y responsabilidad contribuirán algún día en el milagro de ver a su familia próspera, a su hermano recuperado y a su madre feliz.

Contacto con Víctor Martínez. Tel. 9639-8414.

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