Al pan, pan y al vino, vino

OM
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7 de febrero de 2020
/
12:22 am
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Al pan, pan y al vino, vino

Miramonte

¿A quién se debe esta dramática situación de pobreza y delincuencia que vivimos?

¿Será a los políticos? ¿O acaso a los empresarios? ¿Al gobierno, tal vez?

Por ahí andan algunos pregonando que la culpable es la MACCIH.

Yo pienso que todos debemos aceptar la cuota de responsabilidad que nos corresponde.

Los políticos, por ignorar su verdadero rol en la sociedad, a quienes hoy tan solo los motivan enfermizas ambiciones de poder y riqueza.

Los gobiernos, que todo lo manosean y derrochan insensatamente, integrándolos con funcionarios incompetentes que solo llegan a  improvisar inversiones dudosas o infructuosas (aunque nadie duda el porqué se  califican de dudosas).

La  educación, que en vez de sembrarnos amor propio e iniciativa para volvernos productivos, nos induce a creer que un cacique político es quien resolverá nuestros problemas y nos proveerá el medio de vida, desde que algunos dirigentes abandonaron su noble misión de educadores para asumir la despreciable de enarbolar enseñas políticas en las aulas.

Los empresarios, por qué en vez de pagar impuestos y reinvertir ganancias para crear fuentes de trabajo, dedican buenas sumas en contratar expertos que les desaparezcan impuestos. Y la población en general, por qué hemos perdido la autoestima y nos acostumbramos a vivir del delito callejero o del delito burocrático.

Y todo empezó por un sistema educativo extemporáneo, que en vez de inculcarnos autoestima y convertirnos en imaginativos emprendedores, nos convierte en unos pobres buscadores de una triste plaza, o en precoces políticos, ayunos de valores y principios.

La solución está en la decisión que asumamos todos de cambiar: desde el más triste ciudadano, admirador de la pobreza, hasta el poderoso funcionario, u opulento empresario, adorador de la riqueza.

Decididamente creo que sí es posible.

Ojalá no me desdigan mañana, en algún programa matutino de TV, un par de políticos de tercera, agarrándose de las greñas frente a la audiencia general.

Carlos Edgardo Ayes
Tegucigalpa, M.D.C.

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