Vicepresidenta: Insurrección contra Ortega fue “tocar a Dios”

ZV
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7 de febrero de 2020
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08:00 pm
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Vicepresidenta: Insurrección contra Ortega fue “tocar a Dios”

La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, afirmó este viernes que la insurrección popular de 2018 contra su esposo, el presidente Daniel Ortega, y en la que murieron cientos de manifestantes, fue como “tocar a Dios con las manos sucias”.

“Esta Nicaragua que avanza desde un modelo económico (…) que nos ha permitido avanzar en la restauración de los buenos rumbos que traíamos, esos buenos rumbos que se atrevieron a destruir, es como tocar a Dios con las manos sucias”, dijo Murillo, a través de medios del gobierno.

En abril de 2018, tras 11 años seguidos de gobierno sandinista, cientos de miles de nicaragüenses salieron a las calles para exigir la renuncia de Ortega, al que culparon por la muerte de más de 20 jóvenes, en su mayoría estudiantes, en el inicio de las protestas antigubernamentales.

En los siguientes meses las manifestaciones se hicieron masivas, y fueron casi anuladas con ataques armados contra las manifestaciones multitudinarias o ejecuciones selectivas contra opositores, según el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni), adscrito a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Los ataques dejaron cientos de muertos, presos o desaparecidos, y decenas de miles empezaron a huir del país alegando amenazas de la Policía y de las llamadas “turbas sandinistas”.

Según Murillo, el buen desempeño de la economía nicaragüense bajo el gobierno de su esposo se correspondía con “la voluntad de Dios, eran precisamente los resultados de un plan cristiano, solidario, de opción preferencial por la mayoría”.

“Ese camino que traíamos, un camino bendecido, exitoso, victorioso, fue alterado interrumpido, por el terrorismo, el vandalismo, que gracias a Dios, por voluntad también de la mayoría de nicaragüenses han quedado atrás, salvo unos cuantos hablando locuritas”, dijo la vicepresidenta, sin mencionar a la oposición, que demanda el retorno de la democracia.

Murillo afirmó que el de su esposo, quien lleva 13 años consecutivos en el poder, es “un modelo profundamente democrático”.

“No podemos permitir agravios u ofensas de nadie, porque es de todos”, advirtió Murillo. “Vamos adelante en nuestra Nicaragua libre de odio”, agregó.

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