Derechos humanos en una perspectiva diferente

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12 de febrero de 2020
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12:25 am
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Derechos humanos en una perspectiva diferente

Por Ángela Marieta Sosa
Especialista en derechos humanos

El Relator de las Naciones Unidas para la situación de defensores de derechos humanos, en su reciente visita al Perú, manifestó: “Me preocupa que los funcionarios del Estado, las empresas privadas y los medios de comunicación no entiendan realmente quiénes son los defensores y defensoras de derechos humanos…” (Michel Forst, relator espacial de la ONU sobre la situación de defensores de derechos humanos, en su reciente visita al Perú, Noticias ONU 2020). Y esta declaración, constituye una importante justificación a la gran necesidad de educación, para un cambio de enfoque sobre el abordaje de los derechos humanos en ambos lados de la cancha (sociedad civil y gobierno).

Es oportuno reflexionar, ¿cómo haremos entender a los funcionarios del Estado, a los dueños de las empresas privadas y a los medios de comunicación, que garantizar, respetar y proteger los derechos humanos, trae mayores beneficios a menores costos? ¿Es necesario presentar un balance de impacto en la economía, al violentarse los derechos humanos de la ciudadanía, y de cuánto representa para un Estado el activar el sistema nacional de protección y la representación ante el orden internacional?

Cómo haremos entender a la sociedad civil, que los gobiernos no son enemigos de los derechos humanos, que son los primeros garantes, protectores de los derechos y deberes de su ciudadanía, y que, para llegar a ese nivel, sociedad civil, debe evolucionar y comenzar a “jugar del otro lado de la cancha”; para lo cual tiene que desanclarse del antagonismo gubernamental argumentado que los ha sostenido por años.

Ciertos grupos organizados se fundamentan “solamente” en el empoderamiento necesariopara la reacción ante las supuestas violaciones de DH, pero ¿qué hay de la prevención?, ¿acaso es conveniente garantizar la perpetuidad o crear nuevos escenarios de violaciones a derechos humanos para mantenerse vigentes?; en la actualidad esa postura, condiciona el posicionamiento acusatorio y estigmatizante “antigubernamental” que mantiene radicalmente opuestos a diferentes sectores sociales y políticos del país.

Algunas asociaciones civiles vinculadas y mediáticas, no tienen voluntad de acercamiento a las estructuras del gobierno para la formación educativa en derechos humanos, ni aspiran a fortalecer la comprensión de la responsabilidad nacional e internacional en esta materia, tampoco hacen propuestas innovadoras para implementar programas educativos que incluyan a los miembros de la seguridad del Estado y que los fortalezcan.

El pensamiento estancado sobre los derechos humanos, sigue alimentando la oposición política, permitiendo la manipulación del tema para fines políticos partidistas, esos (as) tradicionales y reconocidos (as) activistas de los derechos humanos, deben ir al otro lado de la cancha.

Es tiempo que remanguen sus camisas, que se quiten sus collares, y se presenten en las aulas de clase de los batallones, de los centros de adiestramiento militar del Ejército, de las academias de policía y de las universidades de seguridad estatal, a convencer y a formar, con liderazgo, con una visión constructivista del conocimiento, con propuestas que generen cambios de actitud, con buenas prácticas, y que finalmente coronen su momificada carrera, aportando a la construcción de la paz, devolviendo la funcionalidad a los derechos humanos.

Estar solo de un lado de la cancha, se vuelve conveniente a los intereses personales de quienes activan por los derechos humanos, sin embargo, la tendencia apunta, por el contexto en el que nos encontramos, que debemos transitar al convencimiento de quienes aún no están del todo convencidos y dejar de acusarlos.

Sin condiciones óptimas para el cumplimiento del deber estatal y sin educación en derechos humanos en los funcionarios de gobiernos, no se puede garantizar el respeto y protección de los derechos humanos de la ciudadanía”, no se puede actuar sobre un tema en el que no se tiene claridad por falta de formación y conocimiento del rol que cada hondureño(a) tiene frente a la garantía de los derechos fundamentales.

El mejor camino al desarrollo sostenible y al fortalecimiento del sistema democrático y de derecho, es la inversión en la educación para el respeto, protección y garantía de los derechos humanos de la ciudadanía hondureña.

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