“EL FINAL DE LOS DÍAS”

OM
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14 de febrero de 2020
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12:59 am
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“EL FINAL DE LOS DÍAS”

LOS analistas políticos se encuentran perplejos de cómo ese partido no encuentra rumbo. Nada precisamente que acá concierna, aunque mentes juguetonas no dejarán de encontrar coincidencias. De continuar el desbarajuste en la oposición lo más probable es que POTUS –pese a su controversial postura– con su 38% de fieles seguidores, se reelija. Ya inició el proceso de elecciones primarias en el Partido Demócrata, donde los aspirantes buscan capturar el número suficiente de delegados del colegio electoral, para asegurarse la nominación. Pronostican una convención controvertida. Por pobres resultados o falta de recursos, varios de los competidores tiraron la toalla. Sin embargo, hay total confusión entre los electores, cuál de la media docena que todavía queda, tiene lo que se ocupa para ganarle a Trump. Una buena parte de los consultados sostiene que de eso se trata la escogencia, del que mejor pueda enfrentar y derrotar al inquilino de la Casa Blanca. Hasta hace unas semanas atrás el exvicepresidente, tanto por notoriedad nacional como por reconocimiento de nombre, parecía ser el favorito. Encabezaba las encuestas a nivel nacional.

Sin embargo, no salió ileso de los ataques a él y a su hijo de parte de los republicanos durante el azaroso proceso del juicio político. Algún efecto tuvo tanta mención suya en forma negativa –de parte de los defensores de Trump– a lo largo del “impeachment”. Lo que parecía dirigido a debilitar la imagen de POTUS, más bien acabó favoreciéndolo. Salió absuelto de los cargos gracias a la mayoría oficialista en el Senado controlado por los republicanos. La votación, igual que sucedió en la Cámara Baja, se dividió obedeciendo a las lealtades de partido. Hasta el momento el senador Bernie Sanders encabeza la carrera en pos de la candidatura presidencial. No es sorpresa que el candidato más aislado de todo el combo haya obtenido buenos resultados en el caucus de Iowa y ahora en las primarias de New Hampshire. Lo sorpresivo fue que el exalcalde de un poblado de 120 mil personas, en el arranque, empatara en las primeras posiciones, incluso relegando a figuras más conocidas –y semanas antes preferidas– como la senadora Warren y el vicepresidente Biden. El estratega James Carville, advierte que, de ganar Sanders la nominación, colocaría el partido tan a la izquierda –en una especie de culto ideológico– que lo llevaría “al final de los días”. No solo a los demócratas, sino que al país ya que ello prácticamente “significaría la reelección de Trump”. “Lo único que separa a los Estados Unidos del abismo –sostiene Carville– es el Partido Demócrata”. Sin embargo, tan perdido anda ese partido, –sostiene– que “estoy asustado a muerte”, por lo que está a punto de suceder. Compara a Bernie con “Corbin” del Partido Laborista en el Reino Unido, cuyas posturas progresistas radicales favorecieron a los conservadores catapultando a Boris Johnson.

Sin embargo, lo impensable sucede, ya que al otro lado siempre hay militancia obcecada apegada al fatalismo de perdedores. Bernie compitió contra la Hillary la vez pasada y por sus posiciones sociales e ideológicas –en la extrema izquierda– pudo apelar al voto de universitarios e independientes, pero no al centro ni al “establishment” del partido. Perdió la nominación. Es una figura que motiva a un sector con su retórica radical, pero difícilmente arrastra al resto del partido que ocupa para triunfar. Ahora, vuelve a intentar. Muchos de los seguidores de Sanders, en la elección pasada, decepcionados por la nominación de una candidata más moderada, no apoyaron a la Clinton. Parecido estaría a punto de suceder. Un partido que se dispersa por falta de un liderazgo aglutinante. La estructura tradicional demócrata ya comienza a ver al multibillonario Bloomberg, popular exalcalde de Nueva York, quien ha gastado una fortuna en comerciales políticos atacando a Trump, como una de sus mejores opciones. Trump –asegura otro comentarista– tuvo su mejor semana. El caos del Partido Demócrata en la transmisión de resultados en Iowa, la absolución del “impeachment” y un efectivo mensaje del Estado de Unión. Sostiene que ya una buena parte de los norteamericanos se acostumbraron a Trump. Lo que era inusual, de tanto repetirse se ha “normalizado”. “Todo lo que se repite suficientes veces y se hace de manera reincidente se normaliza”. La gente se acostumbra a ello. Es parte de ser genuino –no un facsímil de nadie más– en lo que dice y en su forma de actuar como si se tratara de lo más natural del mundo. Hasta ahora, a no ser que los demócratas encuentren el norte extraviado, las apuestas son por la reelección de POTUS.

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