“A LA VIEJA USANZA”

SOBRE la ingenuidad de algunos políticos demandando que el país adopte el último grito de la moda tecnológica dizque para mayor seguridad de los resultados electorales –específicamente en lo relativo al voto electrónico, y los mecanismos digitales para transmitir resultados– convendría que leyeran el reciente artículo del consejo editorial de The Washington Post. (Es casi como pedir peras al olmo esperar que la dirigencia política nacional se interese en leer cualquier cosa. Es bochornoso el bagaje cultural de la mayoría por falta de vocación a la lectura. Sin embargo, quizás a uno que otro le dé por ojear las páginas de opinión). “El desastre de Iowa –según el WP– deja en claro que debemos seguir haciendo las cosas a la antigua usanza”. “¿Deberían los estadounidenses seguir votando con lápiz y papel? La respuesta, amplificada por el colapso de esta semana en Iowa, es un rotundo “sí””.

“El caucus inaugural de los demócratas fue un desbarajuste, después de la implosión de la aplicación de registro de votos del Estado. Voluntarios batallaban por descargar el novedoso producto, o cargar sus cuentas una vez que lograron ingresar. Lo que los oficiales del partido llamaron un “problema de codificación” hizo que el programa arrojara números incorrectos incluso cuando los resultados fueron ingresados con éxito”. “Una buena noticia entre todas las malas: hay un rastro de papel”. Debido a que los capitanes de los precintos mantuvieron un recuento manuscrito del resultado, los votantes pueden esperar una respuesta analógica confiable al final, sin importar cuán disfuncional sea el sistema digital que lo retrasó”. “Los expertos en seguridad electoral han estado insistiendo en las papeletas de voto de respaldo para votar en todas partes, aunque es probable que ocho estados sigan sin papel en la carrera presidencial de noviembre”. “También insisten en que los funcionarios usen las copias de seguridad para llevar a cabo lo que se llama auditorías de limitación de riesgos: conteos manuales de una muestra de todos los votos para asegurarse de que las computadoras lo hayan hecho bien”. “El alboroto de Iowa clarifica, más que nunca, la necesidad de tal sistema”. “También pone en evidencia los riesgos no solo de la transmisión de resultados por los móviles, sino también de la votación digital”. “Existe el riesgo de “malware” en el dispositivo utilizado para la transmisión, el riesgo de manipulación en la red que transporta los datos, el riesgo de que un servidor electoral sea penetrado, y cuando se envía el escrutinio de los votantes de afuera, no se cuenta siquiera con un rastro de papel seguro”.

Sin embargo, docenas de estados todavía insisten en experimentar en votación por Internet para ciertos subconjuntos de ciudadanos”. “Una elección robada no es el único riesgo”. “La democracia podría verse socavada incluso si una elección no es robada, pero los estadounidenses creen que sí”. “El fiasco de Iowa parece ser el resultado de una mala administración en lugar de malicia, sin embargo, la confusión después de la noche del caucus abrió un vacío de información que rápidamente se llenó de especulaciones y teorías de conspiración”. “Iowa podría haber evitado esta erosión de la confianza si hubieran considerado otra opción: hacer las cosas a la antigua usanza”.