MORAZÁN, VARÓN INMORTAL

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15 de febrero de 2020
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MORAZÁN, VARÓN INMORTAL

Por: Óscar Aníbal Puerto Posas

A la memoria de Filánder Díaz Chávez.

Luis Enrique Trundle Fagot (Macuelizo, Santa Bárbara, 1944). Ha dado luz a un libro maravilloso, se titula: “Antología de Homenajes a Francisco Morazán” (editorial Bennedetto Publicidad, noviembre 2019). El autor se apresura a dedicarles la obra a “mis colegas gremiales afiliados al Colprosumah”.

“Homenajes…”, es una antología, florilegio o selección de lo mejor que se ha escrito en torno al varón más importante nacido en Centroamérica. Significando un “arduo, rudo, triptolémico y complejo trabajo” (me fascina citar a Luis Andrés Zúñiga, a fe mía el mejor escritor en prosa de Honduras o si no, uno de los mejores). Sin que constituya crítica a Trundle, lamentó que su antología no haya incluido a Luis Andrés Zúñiga, autor de una pieza teatral dedicada a Francisco Morazán: “Los conspiradores”. Asumo que en sus afanes de búsqueda bibliográfica, no dio con la obra del insigne autor. Eso no le quita brillo a la antología, objeto de estos comentarios.

Trundle, divide su obra en “Homenajes en Prosa a Francisco Morazán durante el siglo 19. Y allí sobresalen: José Francisco Barrundia; Nicolás Raúl (es célebre el paralelo que el guerrero galo establece entre Morazán y Bonaparte, a las órdenes de ambos combatió; al final de su artículo Raúl, expresa: “En materia de virtudes, Napoleón no puede sostener el paralelo con Morazán”.

William Walls (explorador y escritor estadounidense), conoció a Morazán y lo describe así: “De estatura alta e imponente, con una encantadora manera de tratar a las personas y de índole jovial”… Su destino puede basarse en las intrigas de las personas arteras que siempre temen su influencia poderosa.

Juan Montalvo, autor de “Memorial Eclesiástico”, se ocupó de Morazán, en los siguientes términos: “Convenid conmigo en que la espada de Morazán mutiló los dogmas y los prejuicios esclavistas, convirtiendo a Centroamérica en un emporio de sublimes libertades”. Por otra parte, Álvaro Contreras, con ocasión de la develación de la estatua de Francisco Morazán (fue El Salvador, y no su patria Honduras el primer país del istmo en rendirle homenaje en bronce al héroe de Gualcho), expresó –entre otros conceptos- “Desde que Morazán entra en escena dejó de ser un hombre para convertirse en una misión”. Asimismo, en la misma pieza oratoria, Contreras, lo considera: “el apóstol armado del pueblo”.- El discurso –el mejor que jamás se ha dicho en Centroamérica- data de 1882 y sus conceptos siguen vigentes.- Todos los grandes pensadores de América hispana, en el siglo 19 se ocuparon, en términos elogiosos de Morazán: José Martí, Rafael Montúfar, Juan Ramón Molina, Ramón Rosa, Rómulo E. Durón.- José María Vargas Vila, elevan a Morazán hasta la cumbre más excelsa de la Historia: “Después de Santander que fue el hombre en la esfera intelectual y política más grande de su época, el liberalismo americano no registra en aquellos tiempos figura más simpática, más innovadora, más gallarda que Morazán”. Dijo el fuerte prosista colombiano José María Vargas Vila, autor de “Auras o las violetas”, “Flor de fango”, entre otras obras.

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Lo sorprendente es que durante el siglo 20 y en el actual siglo 21, Morazán siga siendo cubierto de lauros. Se han ocupado de él: Lorenzo Montúfar (guatemalteco). Sus compatriotas: Froylán Turcios (autor de la letra del Himno a Morazán, que mi generación aprendió a cantar en la escuela); Augusto C. Coello, Julián López Pineda, José Ángel Zúniga Huete, Arturo Mejía Nieto, Marcos Carías Reyes, Claudio Barrera (“Canto democrático al general Morazán”). Morazán como tema exclusivo lo aborda también Juan Ramón Saravia Orellana, en “Alta es la noche”; Filánder Díaz Chávez (morazanista de vanguardia); Olimpia Varela y Varela, Salvador Turcios, Antonio Peraza. Dejo por último a don Miguel Rodrigo Ortega (autor del monumental “Morazán, laurel sin ocaso”, tres volúmenes); y a Julio Escoto (autor de la más tierna biografía del héroe de San Pedro de Perulapán: “El general Morazán marcha a batallar desde la muerte”).

A ellos se suman otras plumas ilustres de diversos países: Luis Chávez Orozco (mexicano que reconoce paladinamente que su país está en deuda histórica con Francisco Morazán), Arturo Frondizi (expresidente de la República Argentina), Carlos Ferro (que compartió nuestro pan y nuestro techo, en tanto embajador de la República Argentina, en la dulce Hibueras); Mauricio Magdaleno (el autor teatral y escritor mexicano, con dos obras llevadas a la pantalla grande). En fin, de Morazán se han ocupado hasta grandes periódicos como “The New York Times”. Lo que lo convierte en el más universal de los hondureños, en todos los tiempos.

La poesía, género literario que fecundó con su sangre el buen Homero, ha hecho de Morazán su musa épica. La más conocida es -sin duda- la que le dedica a nuestro héroe Pablo Neruda, en su “Canto general”: “Ya viene el tigre enarbolando un hacha / vienen a devorarte las entrañas / vienen a dividir la estrella / vienen, / pequeña América olorosa, / a clavarte en la cruz a desollarte / a fundir el metal de tu bandera / alta es la noche y Morazán vigila” (Morazán, 1842).

El mejor poema a Morazán en pluma de un hondureño, lo escribió Jacobo Cárcamo: “Por montañas de pinos imposibles… / Por valles de verdor impenetrable… / Por ríos que paraban hasta el viento. / Por calles, por abismos, / Por sombras, por inviernos / iba en cascos de rayo tu caballo guerrero”.- Lleva el poema, un título escueto: “Morazán”.

Me encanta, por breve (“Lo pequeño es hermoso”, cito a Paul Samuelson). “Morazanto” de Livio Ramírez: “La poesía / borrando el abandono extendido en el bronce”. La poesía creciendo en los ojos del Héroe” (y siguen siete versos más). El título es un juego de palabras: “Morazanto”; o sea Morazán fue un santo. Un santo laico; pero un santo.

Hay otros títulos y otros autores: Rigoberto Paredes, Roberto Sosa, Adán Castelar.- Reparo y recojo, el poema de David Moya-Posas, ya que se ocupa de un tema específico y cruel: “Romance de la muerte de Francisco Morazán”. “El silencio se estregaba / contra todas las paredes / San José de Costa Rica, tiene el corazón ausente… Como sombra de la tarde / que en los altos cerros muere / va Francisco Morazán, por caminos de la muerte”.

Hay en la antología poemas a Morazán, de parte de países hermanos: Otto Raúl González y Oswaldo Escobar Velado y Roque Dalton. Dalton dice: “Puesto que era un verdadero padre de la patria / al fundirlo no solo lo fundieron a él / sino que también fundieron al amor por Centroamérica. (Del poema “Morazán y la juventud”.- En su excelente antología, Trundle incluye poesía femenina: Olimpia Varela y Varela, Clementina Suárez y Anarella Vélez (hondureñas las tres).-Hay más autores(as) que no menciono por razones de espacio.- A todos y todas los convoca el amor al héroe epónimo.

El libro de Trundle, debería estar en los estantes de todo centroamericano(a). Debería, también, entrar a los cuarteles, para que los militares de esta región reciban, de una vez, las aguas lustrales del civismo y adquieran la vocación democrática del héroe de Perulapán, La Trinidad y Gualcho.

Tegucigalpa, M.D.C., 27 de enero de 2020

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