Hipermetropía y miopía

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20 de febrero de 2020
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12:28 am
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Hipermetropía y miopía

Por Rodolfo Guillermo Pagán Rodezno

Abogado y Notario
Máster en Derecho Empresarial

La hipermetropía es definida como una anomalía o defecto del ojo que genera imposibilidad para ver con claridad los objetos cercanos o próximos. Si se realiza una analogía con lo que ocurre en el país, pareciera que muchas personas, incluyendo analistas y simpatizantes del partido de gobierno, padecen de una especie de hipermetropía, ya que tienen la enorme facilidad de apreciar lo que ocurre en otros países, pero misteriosamente se ven imposibilitados de percibir lo que ocurre en Honduras.

El “síntoma” más reciente de hipermetropía se debe a lo ocurrido en El Salvador con las desafortunadas actuaciones del presidente del vecino país, el señor Nayib Bukele, quien en días recientes ordenó la militarización de la Asamblea Nacional, además de llamar a la insurrección a la población, todo con la intención de presionar a la mencionada Asamblea Nacional para la aprobación de un préstamo de $ 109 millones, destinados a financiar un plan de seguridad, lo que sin duda constituye una flagrante violación al principio de separación de los poderes, esencial en un sistema democrático y republicano, lo que obviamente ha generado un sinnúmero de críticas en su contra, al realizar acciones propias de gobiernos tiránicos, los que él mismo tanto ha criticado.
Lo insólito de todo esto, es que los mismos que hoy “se rasgan las vestiduras”, por lo que ocurre en El Salvador, son los mismos que han guardado un “silencio cómplice” con las graves violaciones a la Constitución de la República ocurridas en Honduras, como cuando se produjo la reelección del actual Presidente, a pesar de que la misma se encuentra expresamente prohibida en la “Carta Magna”.

No se puede desconocer que el señor Nayib Bukele tiene muchísimos admiradores en Honduras, especialmente entre la denominada como “generación millenial”; debido a su peculiar estilo de hacer política y de gobernar, muy alejado de los políticos tradicionales, sin embargo, también es evidente que el mismo tiene muchísimos detractores, ya que se ha ganado la antipatía de “tirios y troyanos”, como diría don Miguel de Cervantes y Saavedra, ya que por un lado las personas afines al partido de gobierno, no perdonan sus incendiarios “tweets” en contra del señor Juan Orlando Hernández, y por otro lado los simpatizantes de los partidos de izquierda tampoco perdonan el hecho que el señor Bukele haya “osado” comparar al señor Juan Orlando Hernández con los señores Daniel Ortega y Nicolás Maduro, presidentes de Nicaragua y Venezuela respectivamente, a quienes ha tildado de dictadores, lo que fue suficiente para que cayera del pedestal en el que se encontraba.

A contrario sensu, la miopía es una anomalía o defecto del ojo que produce una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos, por lo que también existen personas que cuestionan la situación del país y señalan vehementemente las actuaciones del gobierno, sin embargo son incapaces de observar lo que ocurre en países afines a su ideología, como Nicaragua o Venezuela, “defendiendo lo indefendible” como justificar las graves violaciones a los derechos humanos que ocurren en dichos países, las poco democráticas actuaciones de sus gobernantes, o los reiterados casos de corrupción que ocurren en los mismos.

Sin duda que ambas posturas, la hipermetropía o la miopía, hacen perder la objetividad o imparcialidad en cualquier análisis acerca de lo que ocurre en Honduras, evidenciando así, que lo que rige las actuaciones de muchas personas es su interés personal o partidario, por lo que el interés del país está muy lejos de ser una prioridad.

Que Dios bendiga a Honduras.

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Twitter: @rpaganr

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