Necesitamos medios de transporte alternativos

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22 de febrero de 2020
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12:11 am
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Necesitamos medios de transporte alternativos

Cultivos que trascienden las fronteras hondureñas

Por Carlos Medrano
Periodista

Era el viernes en la noche… estaba procurando relajarme y encendiendo mi televisor para ver una película de Netflix, cuando mi hijo menor todavía un adolescente entra y me pide llevarlo a una fiesta del colegio al otro lado de la ciudad, o sea del norte-este al sur de la congestionada capital de la República.

Inmediatamente me imaginé los miles de vehículos que atestan el anillo periférico a la hora pico, de 5 a 8 de la noche, atropellándose unos contra otros, pitando, moviéndose a 3 kilómetros por hora e insultándose por la desesperación de llegar a su casa. El anillo periférico supera el tránsito de los 80 mil vehículos diarios.

Casi al instante y en medio de mi negativa de pasar semejante estrés, se me ocurrió un par de opciones y una de ellas fue dos alternativas seguras que ahora se presentan para estos casos.

Una y aprovechando las herramientas tecnológicas denominada RAITE, que contacta a un transporte privado con una aplicación vía celular, le aparece un mapa y usted sabe adóonde está el vehículo, por dónde viene y hacia dónde va, la identidad del conductor y el precio que costará el viaje.

La otra opción es llamar al Uber hondureño, transporte de taxi privado, limpio, seguro y con precio razonable y en la que uno como usuario tiene la oportunidad hasta de calcular la tarifa que le cobrará por el viaje, entre otras ventajas.

La capital se ha vuelto complicada, pese a los extraordinarios esfuerzos y obras impulsadas por Tito Asfura liderando la Alcaldía Municipal, quién en una intensa actividad de infraestructura, ha logrado mejorar muchos de los atolladeros que existían en la capital, pero es imposible solucionar la circulación de por lo menos unos 20 mil automotores que se incorporan mes a mes al parque vehicular en el país y que en un buen porcentaje, transitan principalmente en Tegucigalpa.

Del 2012 al año pasado, el parque vehicular en Honduras aumentó en un 100%, sumando de 1,200,000 vehículos a 1,800,000 automotores, incrementándose solo en las motos en un 12%, fenómeno que ha aumentado los accidentes viales por toda la República.

Pero la realidad es que el transporte tradicional se ha ganado el repudio general de la población y ese monopolio que han tenido no lo han podido aprovechar para mejorar y ganarse a la población.

Los taxis, por ejemplo, son malolientes, los forros de los asientos están jucos y rotos, el piso del carro esta lleno de tierra y suciedad, a muchos no les abre la puerta y los vidrios, el conductor es maleducado y su aspecto es de una persona desaseada.

Los precios o tarifas van al antojo de quien conduce el vehículo, como popularmente se dice, “al cálculo”, no respetan normas ni reglas de tránsito, se detienen donde quieran y su radio es portador de música estridente.

Nuestra población no se siente segura en algunos vehículos que “les truena todo”, su aspecto es desagradable, no huele bien y en buena parte de sus autos el conductor es una persona que no se identifica.

Necesitamos transporte alternativo, la necesidad de trabajo es gigantesca, el transporte debe mejorar en base a la competencia, brindar un mejor servicio, de calidad y limpio, que no se aglomere gente en las horas pico suplicando transporte cuando hay tanta necesidad de atender a la población.

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