Jornada nocturna “no mira la luz del día”

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24 de febrero de 2020
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05:30 am
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Jornada nocturna “no mira la luz del día”

Cada vez son menos los centros educativos que imparten clases en la noche.

Son más los factores que se alinean en contra de las posibilidades de subsistir con los que cuenta la educación nocturna, jornada que se mantiene de pie, gracias a la entrega de los maestros y la infranqueable ilusión de sus alumnos por salir adelante.

Muchos que hoy en día cuentan con un título universitario y un trabajo complaciente, tras lograr cursar su primaria y secundaria estudiando por la noche, ya que las circunstancias de la vida los obligaron a cumplir otras tareas durante los horarios matutinos y vespertinos.

Cada vez son más los centros educativos públicos que cierran sus puertas a esta jornada, debido a que la misma ha presentado una alarmante baja de población estudiantil.

El maestro Pompello Aguilar, agradeció al expresidente Carlos Flores, por abrir varios colegios que mantiene hoy en pie las clases nocturnas.

DÉCADA DESCENDENTE

Tomando como factor de índice comparativo los últimos 10 años del sistema educativo, las aulas lucen cada vez más vacías cuando el sol descansa, según reconoce el maestro, Pompello René Aguilar, quien tras 24 años como docente tiene palabra autorizada para referirse al tema.

Elevando su mirada al cielo y con rostro nostálgico, el catedrático recuerda los mejores tiempos de esta jornada, que rondan allá por el año dos mil.

“No sé si fue por el fenómeno del Mitch o cuál fue el motivo específico, pero entre 1999 y 2004, nuestra jornada era robusta, teníamos un promedio de entre 1,200 a 1,300 alumnos. Sin duda fue la mejor época”, recuerda refiriéndose concretamente al colegio San José de El Pedregal, uno de los centros educativos que hoy en día funciona con una población menor a los 400 estudiantes.

De ese tiempo al actual el número se ha disminuido por algunos factores concretos según analiza Pompello: “Ahora existen otros mecanismos de aprendizaje, como el programa –Maestro en Casa/Instituto Hondureño de Educación por Radio (IHER) y eso nos ha afectado a nosotros, porque son más fáciles, pero definitivamente el aprendizaje no es el mismo. ¡No hay como aprender en el aula!”, afirma el catedrático, quien también reconoce que el IHER es efectivo para la gente que vive en el campo.

Entre el 2000 y 2003, la jornada nocturna registraba hasta 1,300 alumnos, hoy con esfuerzo llegan a 400 por colegio.

TRASPORTE Y SEGURIDAD

Los maestros de la jornada nocturna coinciden que si existen dos problemas claves para erradicar el ausentismo, es mejorar el sistema de trasporte público y la seguridad.

“Lamentablemente no contamos con un buen servicio de transporte, la mayoría de los autobuses y taxis colectivos dejan de funcionar a las 8:00 de la noche y eso representa un gran problema para los alumnos y maestros, ya que retornar a sus hogares es toda una odisea”, explica Martha Cecilia Andino, subdirectora del Instituto Saúl Zelaya Jiménez.

“Nuestros alumnos son personas luchadoras y requieren que se mejore el trasporte público, para que ellos se puedan desplazar ida y vuelta, los más económicamente posible. Le aseguro que no existe maestro de jornada nocturna que alguna vez no se haya tenido que –tocar el bolsillo- para auxiliar con pago de taxi directo a un compañero o estudiante, porque también está el tema de la inseguridad y caminar en la noche es peligroso”, agrega Andino.

Por tal razón, distintas autoridades que imparten enseñanzas en las horas finales del día, ha sido clave establecer un convenio con la Policía Militar, la cual ahora mantiene siempre presencia en los colegios que se ubican en barrios y colonias identificados como vulnerables.

Es común ver a muchos estudiantes llevar a sus hijos a clases.

CON LIBRO E HIJO EN MANO

No obstante, irónicamente, en esta horario estudiantil la calidad de los docentes es altamente calificada, debido a que se deben entender con personas adultas, madres que llegan a recibir clases con sus hijos y también con menores de edad.

De 24 maestros que imparten clases en el Instituto Saúl Zelaya Jiménez, todos cuentan con sus especialidades en sus respectivas áreas técnicas.

“Aquí se recibe todo tipo de personas y se debe tener mucho tacto, ya que algunos hasta son señalados como ex-integrantes de maras. También está el caso de las madres y padres que llegan con sus hijos, muchos de ellos bebés y lloran, por lo que se debe tener mucha experiencia en docencia para saber lidiar con todo eso”, detalla un profesor que solicita anonimato.

Sin embargo, una innegociable vocación por trasladar sus conocimientos a sus oyentes, caracteriza a los pedagogos de la jornada nocturna.

“Cuando era estudiante no me imaginaba dar clases en la noche, pero cuando el presidente Carlos Roberto Flores, junto al diputado Marco Antonio Andino (QEPD), nos ayudaron a fundar el Colegio San José de El Pedregal, noté la gran necesidad de enseñanza que existía en la nocturna y me encariñé. Dar clases en la noche es muy especial, pues las circunstancias son complejas y se debe querer mucho a la profesión, pero es un gran aliciente cuando en la calle me encuentro a un exalumno ahora convertido en un profesional”, comenta Pompello Aguilar.

Para muchos jóvenes es la única opción de poder seguir estudiando.

SU ÚNICA OPCIÓN ESTUDIANTIL

El 90 por ciento de la población estudiante de la noche, escoge esta jornada por motivos laborales, lo cual demuestra su compromiso con las ganas de superarse tanto a nivel económico como intelectual.

Así lo confirman los jóvenes de 22 años, Francisco Javier y Noé Rodrigo, éste último mientras empuja el coche de su hija, quien lo acompaña a clases.

“Estoy en segundo de ciclo y sueño con graduarme, pero la única manera de conseguirlo estudiando en la noche, ya que trabajo de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde y no me puedo dar el lujo de renunciar al trabajo”, explica Francisco.

Por su parte, Noé, coloca a su hija en el –carrito andador- y responde: “En su momento pensé en abandonar y solo trabajar, pero estoy estudiando por darle un mejor futuro a mi hija, ya estoy en décimo y seguiré luchando para sacar el título e ir la universidad”.

Entras las instituciones que mantienen impartiendo el pan del saber en la noche, se destacan el Mery de Flores, Monterrey, Milla Selva, Luis Bográn y a nivel privado San Juan Bosco, Guillén Zelaya; mientras que centros que en antaño eran fuertes, como el Instituto Mixto Hibueras, hoy han cerrado esta jornada.

Otro de los puntos criticados por los protagonistas, es la falta de comprensión de parte de cierto sector de la empresa privada, ya que algunas empresas no conceden flexibilidad para que sus empleados puedan gozar de un horario que les permita llevar clases.

No obstante, pese a los obstáculos, son más poderosas las ganas de enseñanza de los maestros y aprendizaje de los alumnos para que este pese a la oscuridad del panorama, este espacio especial de educación siga formando nuevos profesionales para la nación.

La subdirectora del Saúl Zelaya Jiménez, Martha Andino, asegura que el personal de la noche es muy calificado.

(Texto, Josué Castro/ fotos Omar Banegas).

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