De invenciones e invasiones

OM
/
28 de febrero de 2020
/
01:02 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
De invenciones e invasiones

Estelas del saqueo en las Ruinas de Copán

Por Óscar Armando Valladares

Parte de la novelística de Vargas Llosa, se funda en hechos históricos que el nobel peruano suele inyectarles fuertes dosis de inventiva. Así amenizó “La Fiesta del Chivo”, sobre el tirano Trujillo, y, últimamente, “Tiempos recios”, un relato ambientado en la Guatemala de 1954 con los entresijos económicos, ideológicos y conspirativos que incidieron en la caída del gobierno popular de Jacobo Arbenz, por ser “un satélite soviético, mediante el cual el comunismo internacional se proponía socavar la influencia y los intereses de Estados Unidos en América Latina”, un embuste echado al vuelo con que se daba por justa la intervención armada que “indujo” la administración de Dwight Eisenhauer.

En otra acción nada oculta, consumada en Panamá el 20 de diciembre de 1989, tropas del país del Norte arrestaron y llevaron consigo a un sinuoso y viejo aliado, el general Manuel Antonio Noriega, dejando innúmeras víctimas en la nación panameña. Un fotógrafo español, Juantxu Rodríguez -recordó la agencia AP-, logró salir del aeropuerto y “acceder sorprendentemente al hospital Santo Tomás, adonde llevaban los heridos y muertos durante el ataque estadounidense”. De las “impactantes imágenes” que captó, registró “nueve cadáveres tendidos en la morgue”. Adicionó la agencia noticiosa que “en la mañana del 21 de diciembre (Juantxu) cayó muerto por un disparo de un soldado norteamericano frente al hotel donde se encontraba la prensa extranjera”.

Semanas antes de recordarse el desembarco, familiares del fallecido montaron una exposición con tres fotos y copias de negativos. “Para nosotros la importancia de presentar la obra de Juantxu es que los panameños conozcan el recorrido y la trayectoria profesional de una de las víctimas de la invasión”, destacó a The Associated Press la cuñada y portavoz del fotógrafo, Elisa Pavón. Además, “porque llevamos treinta años, al igual que los familiares de las otras víctimas, pidiendo verdad, justicia y reparación”. La invasión -narró la AP- encontró al español accidentalmente, pues “pasaba por la nación centroamericana en el marco de un trabajo que realizaba para el diario El País, sobre los padres jesuitas en América Latina tras la muerte, un mes antes de un grupo de jesuitas en El Salvador”.

Hoy que nuevos planes y maniobras aprestan “represalias” -so pretexto de remediar problemas de orden interno y “reparar” diferencias políticas con Estados Unidos-, principios consagrados internacionalmente, como la autodeterminación y la no intervención, parecen no incumbir a gobiernos situados al lado opuesto del corazón y proclives a cobijar sumisamente injerencias colectivas. De esa forma, invenciones e invasiones se entremezclan, al filo incluso de lo absurdo, como es el caso de “Guaidó” y su “gobierno” de foráneo sustentáculo.

En contraste y como cosa curiosa, vale al final consignar la posición que el régimen de Carías Andino fijó en nota del secretario de Relaciones Exteriores, Silverio Laínez, dirigida el 22 de diciembre de 1945, al secretario del mismo ramo de la República uruguaya, Eduardo Larreta. Dijo cautelarmente: “Así como la paz es indivisible, también es indivisible el principio de no intervención, y en ningún caso y por ningún motivo podrá mistificarse aceptándolo como acción individual y negándolo como acción colectiva, sin desquiciar la arquitectura interamericana, cuya grandeza y esplendor es el orgullo y la esperanza del continente”.

“Por otra parte, si se aceptara la intervención colectiva, ¿cuál sería el procedimiento para utilizarla, sin cometer injusticias fundándose en informaciones basadas en la verada y no en acusaciones interesadas de los partidos políticos? Mal podría, pues, una organización regional adoptar medidas contrarias al espíritu y al texto de la Carta de las Naciones Unidas, ni con el loable pretexto de mantener la paz y la seguridad interamericana”.

“Por lo expuesto, mi gobierno cree que debe mantenerse la no intervención tal como se ha pactado en conferencias interamericanas. Sin embargo, está dispuesto a discutir con el ilustre gobierno del Uruguay y los demás de América sobre cuáles serían los medios adecuados para la efectividad de los derechos esenciales del hombre…, sin lesionar la soberanía e independencia política de los estados”.

Más de Columnistas
Lo Más Visto