Miramonte
Una nación se construye con esfuerzo y unión por parte de sus ciudadanos, respetando las leyes, siendo honrados, luchando y empujando juntos a llevar a la nación a ser una gran patria, teniendo los valores morales a tope. En estas pequeñas cosas es que se demuestra el amor a su país y una verdadera identidad nacional.
Suele pasar que en nuestro medio, adoptamos costumbres y formas de hablar de otros países, olvidando las nuestras. Esto nos hace alejarnos más de lo que somos en realidad, y olvidamos que pertenecemos a un país tan grande en cultura y tradiciones.
Existe también lo que se llama la “fuga de cerebros”, esto significa que muchos hondureños, realizan sus estudios de post grado en el extranjero, y se quedan trabajando afuera, desperdiciando que esa inteligencia la pueden usar en su país de origen.
La carencia de una verdadera identidad nacional, se muestra en pequeñas cosas. Desde que el niño o adolescente “copia” en un examen, hasta el funcionario que realiza actos de corrupción, es una muestra de que sus valores morales, amor patrio e identidad nacional, andan por los suelos.
Hace falta que en las escuelas se inculque más la clase de educación cívica, una materia que educa a la persona a conocer más de sus raíces y cultura, y de esta manera, se logrará tener un especial interés por querer lo que nosotros tenemos como país.
Nosotros como hondureños debemos ser más unidos y poseer una verdadera identidad nacional e inculcársela a nuestros hijos, para que esa buena cultura, lleve a un mejor desarrollo como nación, y como hijos de esta hermosa patria llamada Honduras.
Hebert Rolando Maradiaga
Licenciado en Periodismo
Tegucigalpa, M.D.C.
