LAS CORONAS

OM
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4 de marzo de 2020
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12:41 am
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LAS CORONAS

POR eso es que en la política no hay que ponerle las coronas al difunto hasta no cerciorarse si está 7 pies bajo tierra. Contra todos los pronósticos, el primer ministro israelí –lidiando con cargos por corrupción– pega un golpe insospechado. Es el primer líder político de Israel que busca la reelección mientras se defiende de acusaciones de la fiscalía de soborno, fraude y abuso de confianza. Con el 99% de los votos escrutados, el bloque derechista de Netanyahu obtiene la mayoría de representantes y prácticamente aseguran el control del próximo Kneset (Asamblea Legislativa). El Likud de Netanyahu gana 36 escaños que agregados a las otras formaciones en la coalición de la derecha religiosa, suman 59 asientos. Solo quedarían cortos en 2 de obtener la mayoría de los 61 necesarios para el control. Son 120 en total. El Likud de Netanyahu le gana con 36 diputados a los 32 obtenidos por la alianza centrista Azul y Blanco, liderada por el exgeneral Benny Gantz.

El Likud consigue 4 diputados más de los que obtuvo en las pasadas elecciones, mientras que el centro izquierda Azul y Blanco baja de 33 a 32. La mayor asistencia a los comicios favoreció a Likud, pese al temor de contagio del coronavirus. Las fuerzas ultra ortodoxas y de extrema derecha aliadas de Netanyahu han mantenido o aumentado sus posiciones respecto a lo alcanzado en la consulta del pasado septiembre. El bloque de la oposición ha retrocedido. Solo la Lista Conjunta árabe logra una pequeña ganancia gracias a la alta movilización del electorado de origen palestino. Los analistas juzgan que “el fuerte incremento del índice de votación entre la minoría árabe, y la presencia en los colegios de un gran número de electores ultra ortodoxos y colonos de los asentamientos”, incidieron en el vuelco electoral que favorece a Netanyahu. Los sondeos previos a la elección se equivocaron. Daban una repetición de los pasados resultados y de una continuación del bloqueo político. Las encuestas asumían alta abstención, que no se dio, por temor al coronavirus. O sea que Netanyahu logró derrotar la oposición y de momento el coronavirus, al aparecer de frente en los lugares públicos concurridos durante la campaña. Netanyahu –de 70 años– permanece en forma ininterrumpida como primer ministro desde el 2009.

Es el jefe de Estado que más tiempo ha estado en la cima del poder –ya lleva 11 años– en la historia del Estado hebreo. Batió el récord del fundador de Israel, David Ben Gurion. Sin embargo, todavía es temprano para cantar victoria. Parecería que el partido “Israel Nuestra Casa” con 7 asientos sería el fiel de la balanza. Este partido bisagra –conservador laico– del exministro de defensa Lieberman, ha dicho que no se moverá “un milímetro” en su rechazo a la continuidad de Netanyahu. POTUS, desde Washington, pudo haber contribuido a detener la caída electoral de su aliado, anunciando con su presencia, en enero, un plan de paz mediado por los Estados Unidos. Por el momento el primer ministro israelí ha logrado remontar los obstáculos. A ver hasta dónde y hasta cuándo. Porque hay coronas de ciprés y de laurel.

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