“UN PLEITO DE NAVAJAS”

ZV
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7 de marzo de 2020
/
12:23 am
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“UN PLEITO DE NAVAJAS”

EL CONTAGIO Y LAS ALARMAS

SEGUIMOS de cerca el proceso electoral en los Estados Unidos no solamente por su fascinante desarrollo sino porque se presenta como un modelo para asimilar lecciones. Además, que cualquier cosa que acontezca repercute sobre nosotros. Se trata del mercado más grande para las exportaciones locales y la salud económica aparte de la influencia política que el imperio ejerce sobre el patio doméstico. No era usual en la política norteamericana que un aspirante del otro partido y menos un presidente interviniese en el debate interno del partido contrario. Usualmente había una especie de entendido de mutuo respeto. Un compás de espera mientras cada cual dilucidaba su lucha interna. La campaña iniciaba formalmente cuando cada uno de los partidos tradicionales contaba con su candidato oficial. Aunque en ocasiones, ha habido algunos lugares donde militantes del partido contrario han ejercido el voto cruzado inmiscuyéndose en la decisión interna de sus contrincantes. La táctica consiste en respaldar al aspirante contrario considerado el más débil para enfrentar al candidato de su propio partido.

En esta oportunidad, sin embargo, POTUS, como es su costumbre, no se ha quedado quieto. A cada uno de sus adversarios le ha puesto un apodo. A Biden le dice el “perezoso”. A Bloomberg “Mini Mike”, por su baja estatura, aunque también tiene otras implicaciones. A Bernie Sanders, “el loco comunista”. A Elizabeth Warren “Pocahontas”, por un comentario que tuvo sobre sus raíces indígenas. A la líder de la Cámara Baja que le inició el “impeachment” se refiere como la “loca” Pelosi. Los twitter de POTUS se han convertido en su estilo de comunicación habitual. Es su manera de influenciar la opinión pública. Antes hubiese sido inusual para alguien sentado en el Salón Oval gobernar de esa manera. Sam Donaldson, recordado como uno de los más influyentes presentadores de CBS, comenta en una entrevista que apoyaba a Bloomberg porque Biden no tiene lo que se ocupa para meterse en una “pelea de navajas” en un callejón sin salida, contra Trump. Hasta antes del supermartes, el socialista parecía imparable. Entonces –esos son los comentarios tras bastidores– entran las reliquias sagradas del partido –ambos expresidentes– a hacer sus llamadas telefónicas. Suficiente para persuadir a dos de los aspirantes a salirse de la contienda. Biden, cuya candidatura parecía desintegrarse, agarra impulso –ayudado del endoso del respetado congresista negro de ese estado– ganando Carolina del Sur. Allí medio se incorpora de una batalla que se creía perdida. Con el endoso adicional de dos de los aspirantes que horas antes se salen de la carrera, se anota 10 estados, incluyendo Texas, en las primarias del supermartes. Sanders gana California y otros 3 estados, pero se queda corto de delegados.

La competencia ahora es entre dos. La senadora Warren de Massachusetts, que le quitaba a Sanders votos de la izquierda, acaba de salirse de la carrera. Se trata ahora de una competencia de octogenarios. De la “revolución” antisistema, encabezada por Bernie, que apela a los jóvenes de las nuevas generaciones y el respaldo a Biden de los demócratas liberales, más al centro, la tradición del partido, con seguidores de las generaciones mayores. En una entrevista de POTUS en Fox –para que los demócratas continúen decantándose con lo que les espera– le preguntan que si prefiere enfrentar a Bernie Sanders o a Biden. Encantado responde a la pregunta: “Ustedes saben, uno se prepara para las cosas”. “Así que mentalmente ya estaba preparado para Bernie”: “El comunista Bernie” –mientras comienza a remedarlo como habla– “y de repente sucede la locura del martes”. “Biden creía que era el jueves –ironizando sobre un lapsus que tuvo el ex vicepresidente en uno de sus discursos políticos– y, además, continúa burlándose de su contrincante, “creía que estaba corriendo para el Senado de los Estados Unidos”. “Pues yo ya estaba enfocado, ustedes saben uno se enfoca, así como “Mini Mike” estaba enfocado en el debate hasta que fue destrozado por una señora bien malvada –se refiere a los comentarios demoledores de Elizabeth Warren a Bloomberg– mientras el pobre decía, sáquenme de este estrado, por favor sáquenme del estrado”. “Pues bien –continúa ironizando Trump– y estaba preparado para Bernie y de repente me informan que el otro había ganado Texas”. “En cierto sentido, yo siempre creí que Bernie sería hueso más duro de pelar, pero ya va a ser difícil que repunte, pero ganarle a Biden va a ser mucho más fácil”.

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