“Chico” Cardona: caballero memorístico

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8 de marzo de 2020
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12:03 am
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“Chico” Cardona: caballero memorístico

Por: Segisfredo Infante

A pesar de mi condición marginal he conocido en forma directa o accidental a varios presidentes y ex–presidentes de la República. Entre ellos al ingeniero José Simón Azcona Hoyo (QEPD); licenciado Rafael Leonardo Callejas; abogado Carlos Roberto Reina (QEPD); ingeniero Carlos Flores; licenciado Ricardo Maduro Joest; bachiller Manuel Zelaya Rosales; licenciado Porfirio Lobo Sosa; y magister Juan Orlando Hernández. Más atrás en el tiempo tuve ocasión de saludar al doctor Roberto Suazo Córdova (QEPD); y coincidir con el general Policarpo Paz García (QEPD), auténtico héroe de guerra, con quien almorzábamos en mesas contiguas en un viejo restaurante del centro histórico de Choluteca. Silencioso, humildísimo y frágil de salud, Paz García evitaba las conversaciones sobre su pasado histórico como soldado en el frente de batalla en julio de 1969; o como jefe de Estado y presidente constitucional interino en los recomienzos del ya largo proceso democrático hondureño, iniciado a finales de la década del setenta y comienzos del ochenta del siglo recién pasado. Con el general Oswaldo López Arellano (QEPD) solíamos encontrarnos en los velorios de amigos, conocidos y parientes fallecidos; pero nunca conversamos. De hecho el ingeniero Norman García (hoy metido a diplomático en España) me ofreció conseguir una entrevista especial con López Arellano, misma que jamás de los jamases se realizó. El abogado Fernando Alvarenga también me ofreció una aproximación con el personaje aludido. Aquel hombre se llevó muchos secretos a la tumba, incluso de relevancia histórica para Honduras y América Central. (Parejamente he conocido y tratado a varios candidatos y precandidatos presidenciales, de diversos partidos y facciones, quizás por mi “oficio” de periodista de opinión; o incluso por simpatía o filiación política).

En lo que respecta al olanchano Francisco Cardona Argüelles (más conocido como “Chico” Cardona), recientemente fallecido, es muy probable que nos hayamos encontrado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, allá por la década del ochenta. Pero nuestra aproximación amistosa comenzó por la vía de los saludos graciosos con Rafael Leonardo Callejas, cuando este personaje se desempeñaba todavía como presidente constitucional de la República. Recuerdo que en un cierto evento conmemorativo en la ciudad histórica de Cedros, R.L. Callejas se aproximó a saludarme y luego intercambiamos un par de preguntas rápidas: “¿Qué hiciste a Luis Martín Alemán?”, le interrogué. “Por ahí lo tengo trabajando”, me contestó. “¿Y tú que hiciste a “Chico” Cardona?”, me preguntó Rafael Leonardo. Solamente le sonreí porque no tuve ninguna respuesta para explicarle nada. Lo divertido es que en encuentros posteriores con el presidente y ex–presidente siempre nos hacíamos las mismas preguntas sobre Luis Martín Alemán y “Chico” Cardona. Sin respuestas precisas, porque era para bromear sanamente.

De hecho en algunas ocasiones nos reunimos con ciertos altos dirigentes del Partido Nacional para conversar, crítica y autocríticamente, sobre el tema de la mal llamada “Cuarta Reforma Universitaria”. (Debió llamarse “Tercera Reforma Universitaria”, tal como lo propuse en un oficio). En aquellos pequeños eventos participaba a veces el abogado Francisco Cardona Argüelles. En tales reuniones pude percatarme de la valía intelectual de “Don Chico”; de su caballerosidad y de su memoria sorprendente. Se sabía la vida y milagros de todos los ex–rectores de la UNAH. Siempre estuve interesado en averiguar aquellas fuentes orales o bibliográficas de Cardona Argüelles.

Por otra parte me enteré que “Chico” Cardona había sido el redactor de varios discursos de Rafael Leonardo Callejas durante las campañas electorales. Especialmente de uno en donde el candidato presidencial retomaba algunas ideas centrales del discurso “Yo Tengo un Sueño” de Martin Luther King Jr. En tal contexto se me ocurrió compararlo con Dante Gabriel Ramírez, quien también le había confeccionado algunos discursos al doctor Ramón Villeda Morales (QEPD). Dante era otro hombre eruditísimo que sin embargo rehuyó asistir a un programa televisivo conmigo para abordar el tema del “Quijote de la Mancha”, quizás por cansancio, por edad o por problemas de salud. Mi buen amigo Herman Allan Padgett (QEPD) fue otro redactor de buenos discursos presidenciales.

Resulta moralmente obligatorio reconocer que “Don Chico Cardona” me guardaba un gran respeto intelectual y un dilectísimo aprecio personal. No es ausencia de humildad reconocer los dones de unos y de otros. Una mujer religiosa decía que “esconder los dones” que Dios ragala “es un verdadero pecado”. Como también es un pecado la egolatría exhibicionista y la soberbia, sugiere el texto bíblico. En algún otro momento relataré las fuertes virtudes y limitaciones reales del común amigo, hoy con una salud demasiado frágil, don Rafael Leonardo Callejas, un hombre inteligentísimo, a quien le recomendé por escrito, y con indispensable anticipación, alejarse de cualquier actividad futbolística. Aquel artículo está publicado en LA TRIBUNA de hace varios años. ¡¡Sea!!

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