Con coloridos murales Cantarranas enamora a miles de turistas

ZV
/
8 de marzo de 2020
/
05:40 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Con coloridos murales Cantarranas enamora a miles de turistas

Por: Carolina Fuentes
Fotos: Omar Banegas

Pasear por las calles del municipio de Cantarranas, en el departamento de Francisco Morazán, es como recorrer una enorme galería a cielo abierto, pues 120 murales multicolores embellecen las paredes de las casas, muros y gradas, atrayendo a miles de turistas.

En las enormes imágenes, plasmadas por artistas nacionales y extranjeros, se observan rostros de mujeres, aves de exóticos plumajes, frutas locales, paisajes, entre otras figuras que ilustran la riqueza natural y étnica de este pueblo encantador, ubicado a una hora de Tegucigalpa.

El presidente del Consejo Local de Cultura de Cantarranas, Edilberto Borjas, manifiesta que desde el 2016, uno de los eventos “que ha hecho despuntar el desarrollo cultural del pueblo y que, por ende, ha desarrollado el turismo, son los guancascos de pintores”.

Este año, una vez más, el pintoresco municipio se prepara para la cuarta edición del Guancasco de Pintores, llamado “100 murales para Cantarranas”, en el que participarán 50 pintores nacionales y extranjeros.

Luego que el Consejo Local de Cultura de Cantarranas hiciera una convocatoria internacional para el evento, numerosos artistas “enviaron sus nominaciones, ya los escogimos… son 50 pintores que van a hacer dos murales cada uno, eso nos dará como resultado 100 murales más, aparte de los 128 que hay ya en los muros del pueblo”.

Más de 100 murales se han convertido en un atractivo turístico para el municipio de Cantarranas, en Francisco Morazán.

LOS GUANCASCOS LENCAS

¿Cómo surgió la idea de crear los Guancascos de Pintores? El muralista capitalino, Javier Espinal, quien se considera “hijo adoptivo” de Cantarranas, explica que el evento refleja una tradición lenca ancestral.

“Nuestros pueblos lencas, cuando tenían conflictos, resolvían sus diferencias realizando guancascos, en vez de luchas, de guerras; el consejo de ancianos se reunía, invitaba al pueblo en conflicto a una fiesta, como por ejemplo, Ojojona y Lepaterique, que en 1940 todavía estaban peleando El Aguacatal, que es una zona que queda entre las dos comunidades”.

Espinal agrega que “se estaban matando entre las comunidades, pero vino el consejo de ancianos lencas y dijo recuperemos los rituales nuestros y decidieron hacer el guancasco, hicieron una fiesta en Ojojona a los de Lepaterique…”.

“…aquellos venían con conjuntos de cuerdas, bailando y tomando chicha, llegaban a Ojojona, bailaban toda la noche, se ponían a bailar los jóvenes de Ojojona con los de Lepaterique, y después Lepaterique le hacía una fiesta a Ojojona, iban allá, bailando y todo, y ya cuando las parejas se conocían, el terreno de El Aguacatal les era dado a esas parejas y de esa manera terminaban los conflictos”, cuenta el pintor.

Javier Espinal

UNA HUELLA DE BERTA

La iniciativa de embellecer al pueblo con arte y cultura, según cuenta Espinal, nació cuando “Berta Cáceres, hace muchos años, en el 2015, me propuso hacer encuentros muralistas y me dijo que esto iba a funcionar”.

El artista recuerda que la ambientalista “consideraba que en las comunidades, en vez de llevar minería, o proyectos extractivistas, lleváramos arte y cultura, que eso iba a generar economía y tres años después hemos encontrado que eso es cierto”.

Berta fue asesinada por criminales que ingresaron a su vivienda, en La Esperanza, Intibucá, el 3 de marzo del 2016, un año después de que compartiera con el pintor esas ideas que hoy dan frutos en Cantarranas.

Espinal afirma que “Cantarranas se está desarrollando en base al arte y la cultura, en base a los murales, ahora en base a la escultura, y pronto se van a desarrollar aquí programas de cerámica, esta no solo es una galería de muralismo a cielo abierto, sino que es un jardín escultórico, y también va a pasar a ser un especio de cerámica abierto al pueblo, como lo hacían nuestros pueblos antiguamente”.

El arte le ha dado un valor agregado a este municipio que hoy le abre sus puertas a turistas nacionales y extranjeros que disfrutan caminar por sus calles empedradas y respirar la paz y hospitalidad que transmiten sus pobladores.

Edilberto Borjas

DATOS
El municipio de Cantarranas fue fundado aproximadamente en el año 1600, por españoles, quienes lo bautizaron con el nombre de Villa de San Juan de Cantarranas, sin embargo, “en el siglo XIX, un obispo vino al pueblo y le cambió el nombre”, cuenta el escritor y presidente del Consejo Local de Cultura de Cantarranas, Edilberto Borjas.

“En ese tiempo la iglesia tenía un gran poder y tomaba esas determinaciones en varias de las comunidades, y como no le gustó el nombre de San Juan de Cantarranas, entonces le quitó Cantarranas y le agregó la palabra Flores, por eso es que se llamó San Juan de Flores por un tiempo”.

Borjas agrega que “la gente del pueblo nunca aceptó ese nombre y cuando les preguntaban de dónde eran, ellos decían soy de Cantarranas y en la ruta de los autobuses se colocaba el nombre de Cantarranas”. Por eso, en el 2011, al pueblo se le restituyó su nombre oficial de Cantarranas.

Artistas pintaron una cascada en estas gradas, lo que llama la atención de chicos y grandes que aprovechan para tomarse “selfies”.
Numerosos pintores nacionales y de otros países han plasmado su talento en los inmuebles de Cantarranas.
El Consejo Local de Cultura, con el apoyo de la Alcaldía de Cantarranas, organizan cada año Guancascos de Pintores, que pintan los muros del pueblo.

Cantarranas le ha apostado al arte y a la cultura para atraer el turismo y reactivar la economía.

Más de Nacionales
Lo Más Visto