Cultivos ya sustituyen a 15% de los bosques en el corazón de La Tigra

OM
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9 de marzo de 2020
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11:01 am
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Cultivos ya sustituyen a 15% de los bosques en el corazón de La Tigra

El avance de la frontera agrícola y el uso de fertilizantes y pesticidas sin ningún control, son algunos de los problemas que enfrenta actualmente el Parque Nacional La Tigra, según se desprende de un informe realizado en torno a esa área protegida, que abastece de agua al 25% de los habitantes del Municipio de Distrito Central y a otros 104 caseríos circunvecinos.

 Según el informe, esa situación hace “imperativo obtener un verdadero compromiso de parte de los entes involucrados del Estado para impulsar la actual política de regularización predial a los propietarios y ocupantes de las tierras comprendidas en el Acuerdo No. 013-2018, emitido por el Instituto de Conservación Forestal (ICF), para evitar que continúen siendo afectadas por el crecimiento poblacional y el avance de la frontera agrícola”.

 La zona de reserva forestal de San Juancito, más conocida como “La Tigra”, fue declarada bajo la categoría de Parque Nacional mediante Decreto No. 976-80, de fecha 14 de julio de 1980, con el objeto de promover su conservación, preservación ecológica y mantener su potencial hídrico.

La Tigra cuenta con una extensión de 24,040 hectáreas situada geográficamente entre los municipios del Distrito Central, Santa Lucia, Valle de Ángeles y Cantarranas, de la cuales, 16,469 hectáreas corresponden a su zona de amortiguamiento, mientras que las restantes 7,571 hectáreas, corresponden a su zona núcleo.

Avance agrícola pone en peligro a la zona núcleo: 

El documento, establece que la zona núcleo de La Tigra está constituida por una subzona de conservación absoluta y otra de recuperación absoluta.

La primera, es una zona de exuberante biodiversidad conformada por grandes extensiones de bosque nublado que corresponden al sector de vida de bosque muy húmedo, bosque de pino maduro, bosque latifoliado joven y bosque mixto de pino y latifoliado.

Esa subzona es considerada una fuente reguladora del microclima local, que funciona como pulmón productor de oxígeno y captador de dióxido de carbono, y es, según AMITIGRA, el sector del parque donde se producen alrededor de 30 millones de metros cúbicos de agua por año.

Añade que es de allí de donde se abastece de este vital líquido a aproximadamente un 25% de la población del Distrito Central, así como a 104 caseríos establecidos en torno a esta reserva natural, de los cuales, 14 se encuentran en la zona núcleo, 68 en la zona de amortiguamiento y 22 en sus zonas limítrofes.

 Según este ente protector del ambiente, “es indispensable conservar este medio natural a perpetuidad para beneficio de la presente y de las futuras generaciones”.

La segunda subzona corresponde a la suma de las áreas que han sido intervenidas por la actividad del hombre, donde se ha cortado el bosque para dedicar el suelo a la agricultura en terrenos de alta montaña, causando daños por erosión que provocan la contaminación del agua con sedimentos y residuos de fertilizantes y pesticidas.

Esa subzona está compuesta en su mayoría por terrenos privados en dominio pleno o dominio útil y otros que pertenecen en común a los pobladores de los asentamientos ahí presentes. Asimismo, existen terrenos ejidales y nacionales bajo ocupación.

El informe, que fue presentado al pleno del Congreso Nacional, señala que como resultado de la actividad del hombre en esta zona un aproximado de 1,100 hectáreas que representa el 15% de las 7,571 que comprende el núcleo del parque, ya no es bosque, pues han sido sustituidas por áreas de cultivo. (JUVE)

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