Honduras celebra al Arrecife Mesoamericano, sin olvidar sus desafíos y amenazas

OM
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10 de marzo de 2020
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04:25 am
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Honduras celebra al Arrecife Mesoamericano, sin olvidar sus desafíos y amenazas

La cobertura viva de coral por metro cuadrado en los arrecifes de Honduras es de 27%, según el Reporte Salud del Arrecife Mesoamericano. Foto: Shawn Jackson

Honduras, Guatemala, Belice y México están de fiesta este martes por ser el Día del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), la barrera coralina más grande del océano Atlántico, que comparten estos cuatro países a lo largo de unos 1,000 kilómetros.

Cada 10 de marzo, desde 2007 se conmemora este día, luego de que mandatarios de estas naciones se reunieron el 11 de julio de 2006 en Panamá para renovar sus compromisos en torno al SAM, en el marco de la Declaración de Tulum, suscrita en 1997.

Representantes del Fondo SAM (MAR Fund, por sus siglas en inglés) destacan que este maravilloso ecosistema posee una significativa diversidad biológica, provee de múltiples beneficios y servicios, los cuales contribuyen al bienestar económico y social de las comunidades costeras.

“El SAM es un vivero, una biblioteca genética, protector de la costa, productor de arena, proveedor de bienestar económico y salud humana, tanto para la región que abarca como para el mundo”, resalta MAR Fund en un comunicado.

Infografía: David Martínez Díaz

“Los arrecifes de coral también son estabilizadores de las zonas costeras; resguardan especies de importancia ecológica y comercial y proporcionan alternativas de empleo e ingresos para las comunidades aledañas”, añade el escrito.

Ana Paz, representante de MAR Fund en Honduras, anuncia que para el 2020 esta organización cooperará con unos 90,000 dólares, más de 2.2 millones de lempiras, para la restauración arrecifal y el establecimiento de nuevas zonas de pesca.

“Contamos con diferentes mecanismos de apoyo para contribuir con la protección del SAM, uno de ellos el Programa de Pequeñas Donaciones, se ha apoyado a en Honduras con unos tres proyectos por año, los cuales oscilan en montos de 30,000 dólares cada uno”, manifiesta Paz a LA TRIBUNA.

Agregó que estos proyectos resultan de un proceso competitivo en el cual organizaciones dedicadas a la conservación del SAM someten propuestas para ser evaluadas por un comité multidisciplinario.

“Esta convocatoria es lanzada anualmente. Para el año 2020, se abordarán temas con enfoque en: manejo de residuos sólidos y agua residuales, la restauración de corales bajo la Iniciativa de Rescate de Arrecifes y el establecimiento de nuevos sitios de agregación (desove) de peces mediante el programa de pesquerías denominado MAR Fish”, cuenta Paz.

Las consecuencias de la actividad humana asfixian a los arrecifes, alertan conservacionistas nacionales. Foto: Shawn Jackson

Acciones en favor del Arrecife Mesoamericano: 

Científicos y conservacionistas de las regiones norte e insular de Honduras coinciden que “es imprescindible hacer un aprovechamiento sostenible” de los arrecifes de coral, que también son más vulnerables debido a el cambio climático.

“Diversos factores deterioran a los arrecifes, entre ellos es el turismo excesivo e irresponsable. Los corales brindan turismo de diferentes formas, entre ellos directo: como el buceo, esnórquel, barcos con fondo de vidrio”, sostiene Sobeida Núñez, directora de la organización Amigos del Arrecife de Tela (AMATELA).

“De forma indirecta generan arena blanca, aguas claras y tranquilas, marisco frescos, entre otros. Sin arrecifes de coral, no tendríamos nada de lo antes mencionado, es por ello que se debe fomentar el turismo sostenible y responsable”, añade la bióloga.

Los corales son objeto de grandes amenazas, MAR Fund y AMATELA resumen que entre las principales está: el desarrollo incesante de las costas que trae consigo la destrucción de los manglares y el aumento de la sedimentación.

Otro reto son los plásticos y los desechos sólidos que afectan directamente a la fauna marina y por último se descomponen en microplásticos, lo que supone un peligro adicional para la vida acuática.

Los peces loro son una especie clave para la salud de los arrecifes. Foto: Shawn Jackson

El crecimiento desmedido de las macroalgas asfixian a los corales y por ello piden no comprar ni consumir peces loro (familia Scaridae),  que son un aliado para combatirlas porque se alimentan de ellas y las mantienen bajo control.

Otro dificultad que afronta el SAM, es la invasión de especies exóticas como el pez león (Pterois volitans) y como respuesta a este desafío la organización Bay Islands Conservation Association (BICA) celebrará una vez más su ‘Lionfish Derby’. 

“En julio de este año celebraremos la edición 14 de nuestro Derby, con el objetivo de promover el consumo del pez león, su carne es muy rica y esperamos que participen muchos buzos de la zona”, cuenta Edoardo Antúnez, director de BICA en Útila, Islas de la Bahía.

El pez león (Pterois volitans) es una de las especies invasoras del SAM. En Útila se promueve su cacería. Foto: BICA

Este evento ya es una tradición en la isla, según Antúnez, y en las 13 ediciones anteriores participaron 767 buzos, que atraparon a unos 3,814 peces león.

Esta especie puede ser aprovechada para consumo y la elaboración de artesanías debido a la belleza de sus aletas, escamas, espinas y piel. 

Más retos para el bienestar de los arrecifes:

La sobrepesca es el ‘titánico reto’ en el que Honduras debe concentrar ‘más esfuerzos’ para recuperar y garantizar la sanidad de sus corales, alertó la Iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable (HRI, por sus siglas en inglés) en su informe ‘Salud del Arrecife Mesoamericano’ 2020.

Los pesca excesiva e irregular incidió significativamente para que Honduras bajara de lo más alto en la calificación regional de acuerdo al reporte de 2018, de “regular a malo” (3.0 a 2.5), y “es la  primera vez que un país ha caído”, asegura el reporte de HRI.

En la Bahía de Tela, el 90 por ciento del recurso pesquero se comercializa en la comunidad a la que pertenece el pescador, lo que significa que el recurso pesquero es clave para los medios de vida y seguridad alimentaria, destaca Julio San Martín, coordinador de programas de Coral Reef Alliance (CORAL) para Honduras.

“No existen centros de acopio oficiales ni plantas de procesamiento. La pesca artesanal en las comunidades aledañas a en Tela genera aproximadamente 29 millones de lempiras al año”, señala San Martín.

Las redes con dimensiones no permitidas o dejadas en sitios prohibidos se decomisan y destruyen en Tela. Foto: J. Quintana Gómez

De acuerdo a las investigaciones pesqueras realizadas por CORAL desde el 2015, la especie de mayor captura en la bahía de Tela son los pargos (Lutjanus synagris), llamados por los hondureños como ‘calale’, que es una especie asociada a los arrecifes coralinos.

A finales de 2019, LA TRIBUNA con apoyo de la Earth Journalism Network (EJN) de Internews, alertó sobre la pesca ilegal en la bahía de Tela (Atlántida) y especialmente la sobreexplotación ‘por más de 100 años en la Laguna Los Micos’, una guardería donde crecen varios tipos de peces que en su vida adulta regresan al mar Caribe.

San Martín informa que las acciones para contrarrestar la sobreexplotación ya rinden frutos.  “Gracias a la intensificación de los patrullajes y aplicación normativas para la recuperación del recurso pesquero, este se recupera, pero al disminuir la vigilancia la cantidad y tamaño de los peces vuelven a caer”, lamenta el biólogo.

Honduras actualmente tiene 16 zonas de recuperación pesquera en siete municipios y aunque más del 50 por ciento del Arrecife Mesoamericano está dentro de áreas marinas protegidas, sólo el 3 por ciento está realmente protegido de la pesca, contrasta la HRI.

Conservacionistas piden que se apueste a la pesca con anzuelos y señuelos, mediante una línea o cañas. Foto: J Quintana Gómez

Otra organización que trabaja en investigación pesquera y está de fiesta este martes por conmemorarse el Día del SAM, es el Centro de Estudios Marinos  de Honduras (CEM), confirmó su director ejecutivo Jimmy Andino.

“Conmemorando la celebración del SAM, destacamos que las zonas de recuperación pesquera son espacios marinos y costeros para la protección de hábitats para garantizar que las poblaciones de la especies aumenten en su diversidad, abundancia y crecimiento”, manifiesta el científico.

Es necesario aumentar las zonas de recuperación, incluidos los sitios de desove, y aumentar la aplicación de las regulaciones para revertir la disminución de las poblaciones de peces, concluye el CEM.

“Son una opción viable y una iniciativa en la que los pescadores y autoridades buscan la sostenibilidad de las pesquerías y una mejor gestión conjunta”, concluye Andino.

Por: Josué Quintana Gómez

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