Unos a la bulla y otros a la cabulla

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14 de marzo de 2020
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12:38 am
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Unos a la bulla y otros a la cabulla

Por: Carlos Medrano
Periodista

Está ya calificada como pandemia mundial, es denominada Coronavirus o Covid-19, tiene un componente de alarma, de especulación, de histeria colectiva, que genera en sociedades como las nuestras, por ejemplo, ir masivamente al supermercado a abastecerse de alimentos y materiales de limpieza.

Cuando se empezó a conocer sobre las implicaciones del virus en los humanos y cómo contrarrestar el contagio, el gel antibacterial para la limpieza de las manos, se escaseó de los estantes de farmacias, comercios y supermercados, como por arte de magia.

Se ha denunciado que muchos de los inescrupulosos comerciantes, de esos que tanto abusan cuando existe una crisis, le aumentaron de precio inmediatamente, a las diferentes presentaciones del gel, aprovechándose inmisericordemente de los más desposeídos.

Otros, al tenor de la crisis, procedieron a elaborar artesanalmente el denominado gel, sin tener los registros sanitarios, y sin contar con los estrictos procedimientos técnicos y científicos que se necesitan para desarrollar este tipo de productos.

El gobierno reaccionó, pero como siempre lo hizo tarde, frente a esta vorágine de malos hondureños, que lo único que desean es llenarse los bolsillos de dinero, no importándoles nada más que sus intereses económicos.

Bajo el argumento que mucha materia prima escaseó, como el alcohol, por ejemplo, algunos productores de medicamentos y farmacéuticos, empezaron una ola de especulación que afectó a los hondureños.

Otro material que prácticamente desapareció del mercado son los protectores bucales y de nariz, indispensables para no contaminarse y no contaminar, si tuviese la enfermedad.

El gobierno, en su desesperada manera de reaccionar, motivó a los nacionales productores farmacéuticos y maquiladores para que elaboren todos estos insumos para contrarrestar al coronavirus.

Esta epidemia nos dejará aspectos positivos, que, sin lugar a duda alguna, cambiará nuestros hábitos higiénicos y conductuales.

Por ejemplo, el hacer una costumbre reiterada de lavarnos bien las manos, que es una parte del ser humano que está expuesta y que se encuentra sumamente contaminada, ya que por lo menos en Honduras, hemos tenido el hábito de dar la mano para saludar.

Yo por lo menos soy escrupuloso con mis manos, antes del brote de este virus, me lavaba en extremo mis manos, pero conozco a muchas personas que andan sus manos sucias, van al baño, tocan cosas, manosean su nariz y otras partes del cuerpo y no se lavan las manos.

Otra buena medida de convivencia que debemos adoptar es el estornudar e interponer el brazo para que la saliva no salga expulsada abiertamente afectando a quienes están cerca, otros “chanchos” pasan escupiendo a cada instante sin el menor recato; hay otros que tienen la mala costumbre de hablarle cerca a la gente, invadiendo el espacio que cada ser humano debe de tener, inclusive escupiendo mientras hablan.

Otro aspecto positivo de la enfermedad Covid-19 es que el petróleo ha bajado de precio considerablemente, lo que tarde o temprano se verá reflejado en la bomba y en la maltrecha economía de todos los hondureños.

Todos debemos contribuir a combatir al coronavirus, todos sin distingos de colores políticos, religiosos, sociales y económicos, pues no solo es tarea del gobierno el tener hábitos de higiene limpios para una convivencia adecuada a nivel nacional.

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