Candidato criollo

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16 de marzo de 2020
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12:13 am
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Candidato criollo

Por Marcio Enrique Sierra Mejía

La contienda política al interior del Partido Nacional se vuelve interesante desde cualquier ángulo político que se le vea. Nunca antes en la historia política de esta organización partidaria, un candidato de origen árabe cien por ciento, compite con un candidato criollo neto. Uno vinculado con grupos de poder palestinos que brillan y concentran los grandes capitales de Honduras y, además, con un posicionamiento empresarial no solo extraordinario, sino que, con un poder económico fuerte, cuyo patrón de influencia, es responsable en una gran medida, del patrón de desarrollo capitalista inapropiado que tenemos; el cual, ha dado resultados que van, desde una exitosa concentración de capitales hasta una inevitable desigualdad y pobreza social nada conveniente.

En cambio, el candidato criollo, descendiente de colonizadores españoles cien por ciento hispanohondureños, está más vinculado, con familias empresariales cuyo capital no tiene las dimensiones de éxito empresarial que tienen los capitales de origen árabe, aunque los capitales criollos, son importantes en el desarrollo económico nacional, pero con menor influencia económica y quizá con mayor incidencia política relativa que los empresarios árabes. Igualmente, los empresarios criollos son también responsables del inadecuado patrón de desarrollo capitalista que tenemos.

Desde un punto de vista político, la vinculación del Partido Nacional o de sus líderes con el liderazgo empresarial, es muy importante para entender la posible ruta de desarrollo económico que pretenda impulsar un capitalismo menos excluyente, más propenso a la sostenibilidad de un crecimiento económico y, sobre todo, una lógica de acumulación capitalista creadora de oportunidades de inversión y empleo productivo a lo largo y ancho del país, bajo condiciones honestas y transparentes que, nos den confianza a toda la ciudadanía en general. Es por estas razones, que la perspectiva analítica de la postura política de Mauricio Oliva, debe comprenderse considerando esas condiciones económicas del contexto nacional para explicar el alcance de su planteamiento.

Sostengo que la postura política del candidato Mauricio Oliva es democrática e incluyente y propiciadora de un cambio político pacífico para transformar las condiciones que inciden en el patrón de desarrollo económico que prevalece en el país. Veamos entonces porqué sostengo este punto de vista en el análisis que hago sobre su postura política: 1. Mauricio Oliva se define como un político antiargollas y critica el actual patrón de manejo del Partido Nacional que ha imperado en el siglo XXI. Con buen tino político, sostiene que nadie es dueño del Partido Nacional, ni está marcado con un “fierro personal” e interpreta con sabiduría la naturaleza multifamiliar de amplios orígenes sociales que le da la fortaleza política al Partido Nacional. En cierto modo, su postura política ataca las “desviaciones caudillistas pro capitalismo concentrador de capitales” dominantes en la actual orientación política que impera en el Partido Nacional. Y que le ha causado al nacionalismo hondureño, una desventajosa posición en el escenario político. En la medida que la popularidad del actual Presidente JOH tienda a caer, la imagen del Partido Nacional se ve afectada. En consecuencia, tiene sentido el planteamiento de Oliva, cuando plantea que va “a abrir los espacios y buscar la unidad de las familias nacionalistas”, este candidato está dando señales de un deslinde necesario del actual “modo político” de conducción del Partido Nacional y, por lo tanto, se propone contribuir a cambiar la no solamente posición política del Partido Nacional, pero atinadamente su postura con respecto a la ruta que tiene sobre desarrollo económico nacional. 2. Mauricio Oliva pone el dedo en la llaga del conflicto social al proclamar un posicionamiento ideológico del Partido Nacional que propenda a superarlo al definirse como “un líder afín a los consensos y el diálogo” para unir a la familia hondureña en un entorno de convivencia política pacífica. En vez de manipular a la oposición intenta conciliar posiciones y argumentos pacifistas; lo cual, es un buen signo para construir la paz y el desarrollo económico inclusivo, creador de oportunidades económicas, sociales, políticas y culturales para todos. Es importante destacar que en su postura política asegura “no recurrir a la descalificación para referirse a algún adversario político”. 3. Finalmente, Mauricio Oliva, se autoproclama defensor de la “mayoría silenciosa” y reconoce que hay una gran mayoría de hondureños y hondureñas que han caído en el hartazgo social debido a la frecuente confrontación que impera en el entorno político, debido a manifestaciones violentas que no nos conducen a edificar y “corregir aquellas cosas que se han hecho mal y hacer lo que nunca se ha hecho”.

Concluyendo, la postura del candidato del Partido Nacional, Mauricio Oliva es propositiva y evidencia una actitud democrática amigable y responsable para retomar una ruta política cualitativamente distinta a la que hemos observado últimamente.

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