LAS TRAVESURAS Y LA DIVAGACIÓN

OM
/
16 de marzo de 2020
/
12:10 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
LAS TRAVESURAS Y LA DIVAGACIÓN

NADIE habla de otra cosa que no sea el coronavirus. Pánico universal. Alerta roja en varios países, cuarentenas masivas, máxima alarma, estado de emergencia, estado de excepción. El mejor momento para hacer travesuras sin que nadie preste atención. Mientras el mundo se encierra para afrontar la pandemia, Putin sale de frente a empujar su reelección indefinida. Este fin de semana, Vladimir promulgó una ley sobre reformas constitucionales para quedarse como mínimo unos 16 años más. Ello sucede tres días después que la iniciativa pasa en el Parlamento ruso con apenas un voto en contra. (Ese infeliz que votó en contra no tarda en desaparecer). Para que perpetuarse no sea como soplar y hacer botellas, lo anterior pasa al Tribunal Constitucional y luego a un referéndum convocado para el 22 de abril. Las leyes ya no son estorbo a las autocracias. Nicolás en Venezuela –aunque el imperio le pele los dientes y el secretario general de la OEA se desgalille amenazando con invocar la Carta Democrática al “dictadorzuelo”, que nunca juntan los votos necesarios para invocar– nadie lo mueve un milímetro del trono donde el finado lo dejó atornillado.

Cada vez pareciera debilitarse más el proyecto Guaidó, auspiciado por el imperio, el Grupo de Lima y similares. La táctica de Nicolás ha sido ir agotándolos por cansancio. Hasta que surgen otros escándalos en el mundo, como esta pandemia, para que nadie preste atención a que los venezolanos, que no huyen despavoridos a otros lugares, se mueren en abonos de hambre y opresión. Ahora con el coronavirus tiene entretenido al auditorio con que posee la cura milagrosa a la enfermedad, ya que los cubanos –a la vanguardia Cuba– le abastecieron suficiente fármaco “interferón”, a cambio de todo el crudo que les manda, para curar la enfermedad. En China sucede lo mismo. En una sola votación, por unanimidad la Asamblea Popular China hace dos años aprobó el mandato indefinido del presidente Xi Jinping. Para ello la ANP había aprobado –en una sola votación– el conjunto de 21 enmiendas constitucionales propuestas, entre las que figura la eliminación del límite de dos mandatos consecutivos de cinco años cada uno para los presidentes del país. “Pese a las resistencias en el propio país, el Parlamento chino, que no es elegido de forma libre, aprobó los cambios constitucionales que existían hasta el momento para limitar temporalmente la presidencia. En total, 2,958 delegados votaron a favor. Solamente dos votaron en contra y tres se abstuvieron”. (Otros de los que no se volvió a saber de ellos). Regresando a Rusia. “Bajo la ley actual, Putin no podría postularse para presidente nuevamente en 2024 debido a límites de mandato, pero la nueva ley restablecería su conteo de mandatos desde cero, permitiéndole postularse para dos sexenios más”.

El exmiembro de la KGB lleva 20 años, desde el 2000, en la cúspide. Todavía no quiebra el récord a Stalin que estuvo en el poder durante 29 años. Pero al paso que lleva, a sus 67 años se mantiene saludable y en forma, haciendo ejercicios, bien puede aguantar mucho más. Aparte de legislar la permanencia a perpetuidad, para que tomen nota de cómo se manda, “los cambios constitucionales fortalecen aún más la presidencia y enfatizan la prioridad de la ley rusa sobre las normas internacionales”. Las disposiciones reflejan “la irritación del Kremlin con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otros organismos internacionales que a menudo han emitido veredictos contra Rusia”. Putin es insustituible. En cierta ocasión, que no había coronavirus para divagar la atención, dado el límite de mandatos puso un presidente nominal y pasó a ser primer ministro. Cuando se le agotó el período a Medvedev, ampliaron “a seis años el mandato presidencial y Putin volvió al Kremlin como presidente en 2012”. “En 2018 fue reelegido para otros seis años”. La razón que dan ahora para el continuismo es “la “inestabilidad” del mundo, el coronavirus y las amenazas contra Rusia”. Para que el amable público sopese hasta dónde llegan los pretextos ridículos: “Muchos países, y particularmente nuestro país, están en una situación extremadamente inestable; por ello, en estos años difíciles algunos países deciden dar a sus presidentes la posibilidad de seguir cumpliendo sus funciones” más allá de sus mandatos, afirmó a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Más de Editorial
Lo Más Visto