Emprendedurismo saca a flote pueblos del sur de Lempira

OM
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17 de marzo de 2020
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12:06 am
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Emprendedurismo saca a flote pueblos del sur de Lempira

Mapulaca es famosa por sus quesos y el dinamismo comercial.

MAPULACA, La Virtud. En este pueblo de 4,000 habitantes se vende el mejor queso de la frontera y sus pobladores son grandes bailadores y buenos para el jaripeo. Sus vecinos de Gualcinse son especialistas en miel de abeja y el vino a base de frutas locales, mientras que en Candelaria están los hoteles de montaña. En Valadolid y Virginia, en cambio, reciben al turista con sus cuevas y las pozas embrujadas.

En todos estos casos, el emprendedurismo saca a flote a los pueblos del sur de Lempira, poco a poco. Y la nueva carretera que construye el gobierno a paso acelerado los coloca en una nueva perspectiva económica y social con el resto del país y el mundo.
Sucede que, históricamente, estos pueblos de origen colonial, han permanecido aislados con los grandes centros urbanos debido a sus condiciones geográficas que les impone la cordillera de Celaque (más de 3,000 metros de altura), El Congolón ( más de 2,000 metros). El aislamiento los obligó a subsistir comprando y vendiendo entre sí, o en su defecto, con sus vecinos salvadoreños, cruzando el río Lempa.

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José Omar Díaz presenta las variedades del vino “Esencia de la Frontera”, producido en Gualcinse para el mundo.

Por muchos años, la carretera fue un asunto de vida y muerte para unos 100,000 pobladores repartidos en unos 16 municipios, que integran la porosa y desconocida frontera sur con El Salvador.

PUJANZA COMERCIAL
LA TRIBUNA constató la construcción en marcha de la infraestructura de ocho metros de ancho y dos carriles que unirá a los municipios del sur de Lempira con San Juan, Intibucá, separados por el gran Congolón.

A lo largo del recorrido puede verse el vigor comercial, la dinámica actividad agrícola de granos básicos, frutas y hortalizas y las oportunidades que se están generando para el turismo y los nuevos negocios.

Emprendedurismo saca a flote pueblos del sur de Lempira

“Nuestra microempresa es familiar, ya lo estamos vendiendo a nivel local y nacional, pero nuestra visión es llevarlo al mercado extranjero”, dice José Omar Díaz, quien gerencia “Esencia de la Frontera”, un vino a base de Jamaica fabricado desde el 2017 en Gualcinse.

Como todos los demás emprendedores de la zona, Díaz y su familia comenzaron de la nada. Investigaron la jamaica y con un financiamiento local instalaron el negocio. Y como la frontera con El Salvador, su mercado potencial, está a 18 kilómetros, frente a los cientos de kilometros que suponen venderlo en Siguatepeque, por ejemplo, no dudaron en el nombre. En Gualcinse también producen miel de abeja y otros microempresarios aprovechan los derivados de la fruta y el maíz.

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Valladolid es la puerta de entrada y salida para Santa de Rosa de Copán, Ocotepeque y Gracias.

LOS MEJORES QUESOS
El día que llegamos a Mapulaca, estaba de fiesta. La “Auntética Banda LL”, de San Salvador, les venía amenizar la feria patronal, revestida de tradiciones coloniales, gastronomía típica y las famosas corridas de toros y desfiles de caballos. Es un pueblo pujante y en franco desarrollo, favorecido por las cercanías con el Río Mocal, tributario del Lempa, en cuyas riberas pasta el ganado, origen del buen queso. Las remesas y el intercambio con los vecinos salvadoreños son su otro potencial.

“Nuestra gente es trabajadores y creativa”, dice el acalde, Jaime Reyes (liberal), vía teléfono, día después de la feria. “Pocas ferias como la de este año, terminamos rendidos de bailar”, recalca entre risas.

El alcalde, quien ejerce el tercer período, admite el impulso del pueblo con la nueva carretera, considerando que le ha tocado remar contra los colores políticos de los gobiernos nacionalistas de la última década.

“Cuando yo llegué a esta alcaldía, en el 2010, había un solo relajo y entre todos hemos puesto al pueblo de pie, en orden, estamos saliendo adelante”, comenta.

TURISMO Y REMESAS
Casi todos estos municipios nacieron al mismo tiempo, a mediados del siglo XXVII, en pleno auge de la colonia española. Poco a poco, unos más que otros, se han ido desarrollando aprovechando el potencial de su entorno. “Cuando llegué a este pueblo, era un llano entero, no había nada, pocas casas, calles de piedra, hoy ha crecido”, recuerda Rafael Ramírez Ortega, de 87 años, residente en Valladolid, a 30 kilómetros de Mapulaca y cuyo tramo carretera se encuentra avanzado en un 70 por ciento, con cemento hidráulico de 20 centímetros de grosor.

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Valladolid es la puerta de entrada y salida de los municipios del sur de Lempira a otras ciudades grandes como San Rosa de Copán, Ocotepeque y Gracias. Como todos sus vecinos, Valladolid también tiene lo suyo. En el turismo, por ejemplo, cuenta con las “Cuevas del Diablo” o “La Piedra del Tigre”, cuyos orígenes todavía sigue siendo un enigma para los arqueólogos, pero se le atribuye a las antiguas tribus lencas y mayas-chortis. La roca tiene una huella, que según los lugareños, puede ser de un jaguar. Aquí también perduran los famosos bunkers de la guerrilla salvadoreña de los años 70 y 80, que tanto luto sembró en estos poblados y del otro lado del Lempa.

Muy cerca de Mapulaca, los visitantes puede desplazarse al municipio de Virginia donde, según una leyenda, vive una sirena en una poza del río Challel. “Se dice que es embrujada”, asegura Leónidas Barrera, de 80 años, nativo de aquí. “Mi papá me decía allá por 1945, que él iba al chorro y la sirena le regalaba tamales calientes, pero no era con cualquiera que tenía contacto”, narra su hermano, Antonio. También se ahogaron dos niñas y dos militares en el pasado.

A pocos kilómetros de Mapulaca existe algo real y palpable: El Puente de La Integración, inaugurado en julio del 2009. Esta es la otra puerta de entrada y salida de los municipios del sur de Lempira. El respiro comercial de décadas de aislamiento de la zona. Por aquí entró la banda LL que puso a bailar a todos los mapulacas los días de la feria y por aquí salieron miles de hondureños que ahora viven en los Estados Unidos y mandan millonarias remesas, el otro motor de la frontera.

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