A traves de los años he visto huracanes y terremotos hacer cambiar fechas de eventos deportivos, pero nunca antes he visto a un virus cancelar o reprogramar torneos deportivos. En lo que va del mes de marzo hemos sido testigo de tantos partidos deportivos que han sido postergados o eventos que han sido cancelados del todo.
En la Florida ya vimos como se canceló el popular torneo abierto de tenis de Miami, que contaba este año con las principales figuras de ese deporte en la rama masculina y la femenina. También se le dijo adiós sin que se jugara al torneo de golf que se celebra cada año en Miami, que se llama el torneo players. Y este fin de semana se cancelaron todos los partidos de la Major League Soccer, donde jugaría por primera vez en casa el equipo de David Beckham, el Inter Miami.
El más famoso torneo de Golf del Mundo, el Masters, que se juega anualmente en Augusta, Georgia, fue cancelado por temor al COVID-19. También se nos informó que se canceló el campeonato masculino o femenino del baloncesto universitario, conocido como la locura de marzo. Por cierto que mi Universidad, la de Virginia, ganó el año pasado la rama masculina. También se le puso fin a los partidos de la liga del baloncesto profesional, la NBA, donde dos de sus atletas ya son víctimas del virus.
Y la temporada del beisbol de grandes ligas, que iba a arrancar en menos de dos semanas, quedó en el aire, igual pasó con carreras de caballo, peleas de boxeo y de lucha libre y juegos de hockey de hielo. Y hasta el futbol americano profesional la NFL, arranca en septiembre pero no se sabe si se jugará ese deporte este año. En resumidas cuentas, el COVID-19 le ha metido una gran goleada a los deportes estadounidenses.
