Lo que nos demuestra la pandemia

OM
/
19 de marzo de 2020
/
12:53 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Lo que nos demuestra la pandemia

Por Octavio Pineda Espinoza(*)

Y llegó el coronavirus, y nos cambió la vida para siempre, lo creamos o no, estemos infectados o no, hayamos o estemos tomando las prevenciones o no, sin embargo, y en especial en Honduras, hay que hacer un par de reflexiones del porqué nos encontramos tan preocupados ante esta circunstancia?, sencillo, porque nuestro sistema de salud es el más precario de todos los sistemas de salud del mundo!, y porqué es eso?, ahh, ahí es donde la burra botó a Genaro! Hemos vivido por 11 años de desmantelamiento del Estado de Derecho, lo que implica la privatización de todos los sistemas de carácter social sostenidos por ese mismo “Estado”, de ahí los problemas en la educación y en la salud, solo para hablar de dos del millón de problemas que los últimos tres gobiernos se echaron a la bolsa y olvidaron olímpicamente.

Hay una explicación médica, científica y lógica para la pandemia?Sí.Tiene esto que ver con nuestro sistema de salud y cómo se ha manejado, en especial en los últimos 11 años? Sí.El asunto no es que exista una pandemia, ya han existido y continúan existiendo en Honduras otras; el cólera, el sida, el dengue hemorrágico, el chikungunya, sika, y siguen existiendo la desnutrición y las enfermedades intestinales que han matado a los infantes de nuestra nación por años y años por la falta de agua, mientras los que administraban el Estado le entregaban el negocio de la prevención a las manos privadas, mientras muchos doctores, olvidando el juramento hipocrático se hacían ricos, mientras se desmantelaban hospitales de especialidades o se hacían negocios con ellos para beneficiar a 3 ó 4 pícaros que ahora dan vuelta a su cara para no ver el producto de su corrupción.

Hay que seguir las instrucciones? Sí, las de los médicos certificados y practicantes, no la de los empleados políticos del gobierno preocupados por salvaguardar la imagen de JOH y sus adláteres, interesados en cuánto sacarán a los organismos internacionales y al mismo presupuesto nacional para chuparlo, ya llevan más de 660 millones de dólares, y no permitieron que los auditara el CNA, como lo hacen los mismos zancudos y las sanguijuelas que extraen la sangre de nuestro puebloque los enferman y matan a diario en Honduras. Los hondureños no somos estúpidos!, vemos las noticias del mundo, porque los noticieros de aquí, vendidos o alquilados, como bien dice el periodista Milton Benítez, solo transmiten la basura oficial!, eso sí, a cambio de un buen precio, el cual deberíamos medir alguna vez para poner en la balanza si lo que se gasta en eso, no sería mejor gastarlo en salud y educación y ohh, cuántos problemas resolveríamos!, sabemos lo que tenemos que hacer.

Debemos luchar porque la educación y la salud; un derecho humano, un deber del Estado, siga siendo eso y no, mercancía de los grandes intereses económicos de este país, que no sean un puñado de bancos y banqueros coludidos, en corrupción con el gobierno, los que decidan el futuro de nuestros hijos e hijas, debemos terminar con esa cártel, en eso estoy de acuerdo con Benítez, pero debemos ir más allá; en un momento de emergencia nacional como en la que nos encontramos, que ha dejado y dejará más al descubierto las irregularidades aprobadas en el Congreso Nacional, con la dirección perversa de Casa de Gobierno y la paciencia del Poder Judicial, más la miopía del MP, debemos los hondureños recuperar nuestro sentido de nación, de pueblo, de Estado, de ciudadanía, de ente soberano, no del diente al labio, como lo hacen los izquierdistas de cafetín, no, como ciudadanos plenos, conscientes de nuestros derechos y nuestros deberes.

La pasividad debe dar paso a la acción, al activismo ciudadano, a los acuerdos, a las alianzas y a las coaliciones políticas entre los miembros más democráticos y comprometidos de la sociedad, no deben, aunque quisiéramos ser santos, la perfección no puede existir en el humano, es lo esencial de su naturaleza cristiana y mundana, al menos deben ser dignos, porque entendemos que todos somos propensos al error, pero no debemos ser prolijos en la perversidad, en el abuso, en el atropello y en la destrucción de nuestra sociedad, mucho menos, en el atropello de los derechos de los demás, eso al menos, me ha enseñado el liberalismo social y en particular, mis padres, hay que luchar por nuestros objetivos políticos sin dejar de observar, entender y atender a los que vienen más abajo en la escalera.

Así que, lo que nos ha demostrado esta pandemia, aparte de la incapacidad total en prevención de por lo menos 3 gobiernos anteriores, es que, podemos salir adelante, y lo haremos, así como lo hicimos después del Fifí, después del Mitch, después del sida, del dengue, del sika y muchas otras enfermedades, por la solidaridad y sabiduría del pueblo, es que, a este gobierno, que jamás tuvo rostro humano, lo que le interesa son los números, los préstamos que se robarán, las ayudas que nunca llegarán a los necesitados, la prohibición de emitir, como hago hoy yo, la libre emisión del pensamiento, tutelado en el Artículo 72 de la Constitución hondureña, sí, esa que violó Juan Hernández, la detención por más allá del término legal señalado en el Artículo 71 constitucional, al fin, eso no importa, no hay abogados en el gobierno!, oops, perdón, Juan es abogado, fuimos compañeros de aulas universitarias, supongo que se le olvidó!, talvez Ana le recuerda, como lo hacía en la UNAH, al fin, ha quedado demostrada nuestra enorme vulnerabilidad en el país más pobre, más desigual, más corrupto, menos ordenado y con el peor sistema de salud del mundo!, me pregunto, y después de 11 años, quién tiene la culpa?

(*)Catedrático universitario

Más de Columnistas
Lo Más Visto