Los capitalinos hacían ayer largas filas para poder comprar productos de consumo para el hogar.
En medio de las prohibiciones, la escasez y compras motivadas por el pánico, los capitalinos agotaron en las últimas horas los productos de consumo en las pulperías y mercaditos, por lo que ya no encuentran dónde abastecerse.
Durante un recorrido de LA TRIBUNA por barrios y colonias de la capital, se pudo observar grandes filas en pulperías, ventas de carne, lácteos, huevos y granos básicos, entre otros comercios.
Llegó un momento en que muchos clientes se conformaban con llevar algunos productos de la lista que llevaban, porque los vendedores les decían “ya no hay” o gritaban a quienes hacían fila: “Los que buscaban quesos, huevos o carne, ¡ya no hay!”.
NI “CHURRITOS” DEJARON
En tanto, los estantes de las pulperías y mercaditos cada vez se miraban más vacíos, incluso se agotaron a hasta los churros y no digamos los productos enlatados y el pan.
Los pulperos ya no soportaban la presión de sus clientes que les preguntaban: ¿cuándo van a abastecerse de lo que más se necesita? y este les respondía: “hasta que vengan los distribuidores”.
Uno de estos casos ocurrió en la colonia 15 de Septiembre, en Comayagüela, donde los propietarios de mercaditos decían que “estamos vendiendo no hay, porque solo estamos vendiendo y no nos abastecemos”.
“Desde las 6:00 de la mañana que abro mi negocio, ya tengo fila de gente esperando que les venda, pero desde hace tres días que no vienen los carros repartidores o distribuidores”, relató el propietario de un mercadito.
ESTAMOS TOCANDO FONDO
En tanto, uno de los clientes expresó que “he andado por toda esta colonia buscando una bolsa de pan, un litro de leche y solo no hay me dicen, entonces creo que ya estamos tocando fondo porque ya se acabó la comida en la casa”.
Similar problemática se vivió en la colonia Arturo Quezada, en un negocio de lácteos y huevos, donde una fila de clientes avanzaba despacio bajo el fuerte sol. Mientras esperaban su turno para poder comprar, los clientes se desesperaban porque veían que la cantidad del producto, de a poco, ya no ajustaba para todos.
Para el caso, un cliente ordenó: “¡Joven, quiero cinco libras de queso!”, pero este le respondió: “No, solo puedo darle una, para venderle un poco a cada uno y tal vez ajusta para todos”.
En la colonia Villa Olímpica de Tegucigalpa, el propietario de un mercadito dijo que desde el lunes quedó desbastecido de productos. “Aquí lo primero que se agotó fueron los productos enlatados, después las bebidas y ahora estamos vendiendo no hay”.
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Pulperías y mercaditos solo venden “no hay”
