Integración a medias

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20 de marzo de 2020
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12:38 am
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Integración a medias

Por J. E. Mejía Uclés

El día 4 de marzo se celebró en la ciudad de Guatemala, el V Encuentro Ciudadano, promovido por la Fundación Libertad y Desarrollo, en el que se trataría como tema focal “Centroamérica, Amenazas y Oportunidades Compartidas; un Destino Común” con la presencia de los presidentes y jefes de Estado de Centroamérica, los que lamentablemente no asistieron. Aunque la reunión estuvo muy concurrida y revistió significativa atención por la presencia de expresidentes de América Latina y España. Cada día, el mundo nos enseña que somos los centroamericanos los llamados a resolver nuestros problemas y a encontrar el camino al crecimiento económico que es la ruta para salir de la pobreza. El subdesarrollo tiene un origen ético y cultural que le impide salir de las crisis sociales, políticas y económicas que son recurrentes y se agravan según las épocas y el tipo de gobiernos que llegan al poder de las naciones. El desarrollo solo se logra en libertad y a través de una combinación inteligente de iniciativa, creatividad, voluntad y riesgo, en un marco de reglas claras y estables donde se respetan derechos y se obliga a cumplir responsabilidades.

En los 6 países de Centroamérica ocupamos el 0.4% de la superficie terrestre, tenemos el 0.65 por ciento de la población mundial, el 0.31% del Producto Interno Bruto del mundo, teniendo tan solo, el 0.2% del gasto social que se realiza en todo el planeta. Nuestros índices y problemas sociopolíticos nos ubican como una de las regiones más atrasadas, pobres y violentas del mundo. Y, con serias dificultades para articular un modelo de desarrollo efectivo. Obligados a llevar la integración al siguiente nivel, que es la Comunidad Económica Centroamericana. El V encuentro, propone, un modelo de desarrollo, basado en tres ejes: el primero es la plataforma institucional que garantiza el Estado de Derecho y la certeza jurídica; el segundo eje es la economía que debe de tener un crecimiento robusto y debe de ser capaz de crear oportunidades para todos; el tercero, como no tenemos la masa crítica o la escala para crecer a la velocidad que necesitamos, se hace imprescindible considerar la integración económica regional.

499 kilómetros cuadrados de extensión y 50.5 millones de habitantes. La región experimenta un bono demográfico con un aumento de la población económicamente activa que se estima continuará hasta el año 2050. Esta población es el activo más importante de la región, 35% de su población tiene menos de 35 años, lo que resulta crucial atender el reto de crear condiciones más propicias para su desarrollo. El Producto Interno Bruto (PIB) regional se ubica en 274 mil millones de dólares norteamericanos, al que contribuyen, en orden de importancia: Guatemala (29.6), Panamá (24.9%), Costa Rica (22.2%), El Salvador (9.8%), Honduras (8.9%) y Nicaragua (4.6%). O sea, la Centroamérica de las tres velocidades, Panamá-Costa Rica; Guatemala-El Salvador; Honduras-Nicaragua. El crecimiento promedio anual para el Triángulo Norte se ha mantenido en 3.2% desde el año 2000, pero si restamos el crecimiento demográfico apenas alcanza al 1,5%. De continuar el ritmo actual, estos países tardarían un promedio de 45 años en duplicar su PIB per cápita. Costa Rica, Panamá y en menor medida Nicaragua, han registrado un mayor dinamismo, pero igualmente insuficiente.

Por eso, en el preludio del Bicentenario de la República Federal de Centroamérica y del trigésimo aniversario de la creación del Sistema de la Integración Centroamericana, es necesario escuchar la palabra del destino, este es el momento de inflexión y de cambio, para pasar de la angustia a la esperanza. Somos nosotros los centroamericanos quienes debemos enfrentar el desafío de ir dando forma a la historia; a nuestra historia, sin permitir que sea el capricho de los factores externos, quienes nos dicten lo que tenemos que hacer. El desafío es convertir a la región en una zona de libre movilidad de bienes y servicios, capitales y personas; a través de una estrategia de desarrollo de infraestructura, facilitación logística e integración financiera, facilitando la interconexión desde Guatemala a Panamá. Una solución que permita el crecimiento económico y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

Centroamérica, enfrenta importantes brechas de desarrollo humano y nivel de vida para sus habitantes: pobreza, más de 40% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza y el 13% vive en situación de pobreza extrema. Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador tienen los años de escolaridad más bajos de América Latina. Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, presentan los índices de desarrollo humano y de progreso social más bajos de América Latina. La corrupción y la escasez de inversión han agravado la falta de oportunidades que afecta a muchos centroamericanos. La población migrante es uno de los principales pilares de la economía regional, en 2018, Centroamérica recibió más de 22 mil millones de dólares por concepto de remesas. Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador tienen pésimas calificaciones en los índices de Estado de Derecho, calidad democrática y trasparencia de gobierno. La violencia y el crimen organizado agravan esta situación y obstaculizan la atracción de inversiones a Centro América.

Atender el problema de la gobernanza y ajustar el modelo de desarrollo de la región para lograr mayor crecimiento económico es indispensable para impedir que continúe el círculo de pobreza, la migración ilegal, el narcotráfico, el crimen organizado y la inseguridad hemisférica.

jmejiauclé[email protected]

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